En esto de la seguridad vial, siempre me llaman la atención los pequeños inventos que, por su sencillez, resultan ser como un huevo de colón, como un algo que me hace decir: “¿cómo no se le había ocurrido esto antes a nadie?”, y por eso de vez en cuando me gusta mostrarlos en Circula Seguro, por si le doy alguna idea a alguien que se atreva a llevar a la práctica sus inquietudes en pos de la reducción de la siniestralidad vial.
Hoy me detengo en un invento ya comercializado al que llego gracias a Seguvial, un blog sobre seguridad vial muy completo y eficaz. Se trata de Walksafe, un paraguas que evita los atropellos atacando al principal punto débil del peatón en un día de lluvia: la falta de visibilidad.
La empresa que los comercializa, la británica Shed Rain, muestra algunos datos interesantes, como el que asegura que casi 5.000 peatones mueren atropellados anualmente en Reino Unido y 71.000 quedan heridos por el mismo motivo. Además, el 65 % de los atropellos se registran en la franja que va de las 6 de la tarde a las 6 de la mañana. Y eso lo explican en un país cuyo nivel pluviométrico, de entre 880 mm y 1.500 mm, se podría comparar con el que tienen nuestra Galicia o la cornisa cantábrica, por ejemplo.
Con estos datos en la mano, los paraguas que evitan el atropello basan su funcionamiento en una serie de reflectantes dispuestos por el perímetro de la parte cóncava del mismo. En realidad, es mucho más fácil de entender en este vídeo que por escrito:
Hay otras iniciativas parecidas a estas en la protección de peatones, como los pequeños reflectantes que se cuelgan de la mochila o sin ir más lejos, el uso del chaleco homologado fuera de sus usos obligatorios, pero desde luego la principal es tener en cuenta dos máximas inseparables que no me canso de repetir:
- Conductor: el peatón también es una persona.
- Peatón: el conductor también es una persona.
Desde el punto de vista del conductor, el peatón es el elemento más vulnerable de la vía. Todos somos peatones en un momento u otro del día, y por lo tanto todos los conductores deberíamos comprender fácilmente que a veces el peatón comete imprudencias, en muchas ocasiones sin siquiera ser consciente de ellas.
Por parte del peatón, el conductor es un ser humano, con sus aciertos y sus errores, con sus virtudes y sus carencias, puede equivocarse y cuando se equivoca al volante las consecuencias de sus errores pueden resultar fatales, de manera que si se lo ponemos un poco más fácil, tanto mejor para todos.
Y si llueve, con más razón, que no se ve nada.
En Circula Seguro | El chaleco reflectante te hace más visible, no inmortal