Muchas veces cuando hacemos caso a las estadísticas de siniestralidad recurrimos al manido tema de los puntos negros. La red viaria española, por desgracia para los conductores, es rica en puntos, aproximadamente 900, donde los accidentes se repiten una y otra vez y eso sin contar en todos aquellos puntos que por tener accidentes repetido, pero sin víctimas mortales, no son catalogados como negros.
Para evitar que los conductores sigan cayendo una y otra vez en esos puntos, un ciudadano riojano ha inventado y patentado en 27 países una señalización que se encargaría de alertar del comienzo y final del tramo peligroso.
Un rombo blanco con puntos negros en el centro y una calavera sería la gráfica sobre la que se basan estas señales. Para poder diferenciar puntos donde se han producido más o menos accidentes. Un único punto negro para lugares donde se hayan registrado pocos accidentes. Dos puntos para zonas con mauor peligrosidad y tres puntos para tramos con mortalidad.
Según el creador, el método es ante todo preventivo, una llamada de atención para que los conductores reduzcan la marcha y que trata de luchar contra todas esas señales a las que tanto están acostumbrados los conductores y que apenas causan efecto.
Cualquier método que modere los accidentes o que los elimine mientras se corrigen las deficiencias de la vía, y sobretodo si es sencillo para todo el mundo, ha de ser bienvenido. Aunque pensándolo un poco colocar una señal de este tipo sería como que las autoridades asumieran sus propios errores. Y hoy por hoy eso es quizás demasiado asumir.
Vía | Larioja.com