Prácticamente todos los días, mi pareja cruza el paso de peatones de la imagen. A priori, es un cruce bastante sencillo: los vehículos giran a la derecha con un semáforo en verde para encontrarse un semáforo en ámbar intermitente.
Los peatones, por su parte, disponen de un semáforo para ellos que está en verde todo el tiempo que dura el semáforo para los coches abierto. Además, existe señalización luminosa en ámbar en el suelo de tal forma que esta se enciende de forma intermitente a la vez que el semáforo de peatones está en verde.
No parece que debería haber problema, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. En pocos sitios existen más juramentos por minuto que en este cruce.
Pero vayamos por partes. Lo primero, recordando que cuando un vehículo realiza un giro, si hay un peatón cruzando, éste tiene preferencia, en ausencia de otras señales viales. En pocas palabras, que cuando giramos en ciudad, hay que tener un ojo por si nos está cruzando un peatón.
Si además vemos un paso de peatones, casi seguro que tendremos que parar, por lo que deberemos extremar aun más la precaución. En el cruce que os comento, se pasa de un carril a dos y la esquina que nos podría dificultar la visión es redonda, por lo que se ve perfectamente las señales viales.
Disponemos de unas seis luces en el suelo y dos en los semáforos, intermitentes, advirtiéndonos de un peligro, por lo que a no ser que nos dé el sol de frente, deberíamos poder apreciarlo.
Por último, el 99,99% de la gente que pasa por este cruce, son de la ciudad, conocen el cruce y los peligros que entrañan. Y ya rizando el rizo, el semáforo siguiente siempre está cerrado, por lo que un conductor habitual, y que realmente esté atento, debería recordarlo. Los peces no pueden conducir, así que es cuestión de memoria.
Llegados a este punto, es cuando empiezo a no entender nada. ¿En qué piensan exactamente los conductores? ¿Se trata de una nueva versión del mítico juego de Carmaggedon en pruebas?
La solución, en algunos casos, puede ser sencilla. Bastaría con retrasar el paso de peatones unos diez metros, lo suficiente para que los vehículos ya hubiesen realizado el giro y viesen correctamente todas las marcas viales. Pero, ¿y si no se puede?
Precaución, mucha precaución. Ya existen demasiados atropellos en ciudad.
Fotos | Morrillu