La semana pasada saltaba a la actualidad de nuevo la propuesta no de ley para la incorporación de una segunda luz de freno en la parte trasera del casco de los motoristas. Todos los que usamos la moto hemos recibido la noticia con escepticismo porque no creemos que esta propuesta solucione el problema de la visibilidad de la moto pero antes de pediros que participéis con vuestro propio punto de vista como conductores, vamos a hacer un poco de memoria.
Este invento para mejorar la visibilidad de los vehículos de dos ruedas apareció allá por el 2004. Al menos eso es lo que nos ha dicho Toñín, uno de los lectores de Moto22 que los comercializó hace años. Funcionan de forma inalámbrica mediante un emisor colocado en el propio casquillo de la bombilla de la luz de freno de la motocicleta y los LED son alimentados por cuatro baterías. Este modelo presenta varios inconvenientes entre los que podemos destacar el retardo de aproximadamente medio segundo entre la activación de la luz de freno de la moto y la del casco y también, la poca autonomía de las baterías. En mayo del 2007 las pudimos ver en Moto22.
Hasta el 2009 no supimos mucho más de la idea pero a finales del año el PP realizó una propuesta no de ley para hacer obligatorio el uso de este sistema en todos los conductores de motocicletas. Los datos que se presentaron en ese momento fueron que más de la mitad de los motoristas fallecidos en accidente de tráfico fueron en ciudad y de estas, también más del cincuenta por ciento han sido por colisiones entre turismos y motocicletas.
No dispongo de estos datos pero mucho me temo que si se analizan estos datos, el tipo mayoritario de colisión haya sido por alcance. En todo caso, el problema no es la falta de visibilidad de la motocicleta sino el no respetar la distancia de seguridad necesaria para detener el coche sin colisionar. Por mi experiencia, la inmensa mayoría de los accidentes que se producen en vías urbanas entre un coche y una motocicleta son en cruces o al no prestar especial atención a los ángulos muertos de los retrovisores.
De nuevo el PP por mediación de Francisco González ha pedido la obligatoriedad de su uso. Ahora ya se ha dado un paso más allá y la propia DGT ha dicho que estudiará el sistema para ver si presenta algún tipo de inconvenientes técnicos o legales. Eso si, la Dirección General de Tráfico también ha comunicado que su uso no será obligatorio sino opcional, de forma similar a la tercera luz de freno instalada desde hace años en los coches.
Ahora viene la pregunta: ¿es útil? Pues sinceramente y por mi experiencia, no. No es útil por lo que comentábamos antes ya que en el tipo de colisiones en las que está implicada la motocicleta el problema es su falta de visibilidad como conjunto debido a la poca superficie que presenta. No se soluciona con una luz de freno en el casco. Es más, en motos deportivas y debido a la postura que se adopta, muy poco o nada de esta segunda luz será visible.
Además se puede crear confusión entre el resto de los conductores ya que la luz no está situado sobre un elemento fijo de la motocicleta sino que el conductor se mueve, tanto para conducir como para observar su entorno. Y precisamente el mover la cabeza puede despistar a otros conductores que verán su luz de freno cuando no se encuentre en su carril. ¿Vosotros como lo véis?
Si de verdad quieren que seamos más visibles, obligaría a usar prendas de alta visibilidad similar a los chalecos reflectantes que llevamos de forma obligatoria en los coches. Es más, allá por el 2004, mientras volvía del Gran Premio de Jerez, coincidí en ruta con un grupo de motoristas ya entrados en años, que llevaban todos puesto un chaleco. Y tienen toda la razón: más vale estar feo y vivo que ser el más mono del cementerio.