En nuestra rutina diaria de coger el coche, llevar a los niños (si tenemos) al colegio, ir al trabajo, del trabajo a casa y luego, a lo mejor, ir a comprar, observaremos a cantidad de conductores que hacen sus propias tareas y se mueven por la ciudad. Y entre todos esos conductores existirán algunos que harán algo que nos moleste, desde tan solo un poquito, hasta sacarnos de quicio, pasando por toda la gama posible de estados de ánimo.
¿Qué nos molesta más al conducir? Y, ¿por qué nos molesta? La pregunta es más seria de lo que parece, porque esa molestia que provoca lo que percibimos sobre los otros conductores puede afectar a nuestra propia conducción, aumentando el estrés, perjudicando a la atención que prestamos a la carretera, e influyendo en nuestro día a día.
Una colección de sujetos molestos en carretera
- El que toca el claxon nada más ponerse en verde el semáforo.
- El que escora levemente hacia nuestro carril.
- El que se pega a nuestro parachoques trasero.
- El que asoma por la izquierda durante centenares de metros esperando una oportunidad para adelantar.
- El que no sabe usar sus luces.
- El que adelanta a toda prisa, y luego te hace frenar.
- El que frena ante un radar.
- El del carril izquierdo.
- El que estaciona en rotonda para comprar tabaco y se cree con prioridad de salida.
Un clásico que no pasa de moda, y es que en cada semáforo de la ciudad encontramos al conductor ansioso que, seguro por deferencia hacia nosotros, nos hace saber que el disco ha pasado a verde, por si casualmente somos daltónicos, o no estamos prestos para arrancar.
Hay personas con problemas a la hora de percibir el tamaño real del carril, e incluso personas que no son capaces de mantenerse entre las líneas de su propio carril, virando levemente hacia nuestro espacio sin darse cuenta, o bien ocupando la friolera de dos carriles, con dos ruedas en uno, y dos en otro.
No sabemos si es por prisa, porque no entiende el concepto de distancia de seguridad, o porque cree en esas mentiras que dicen que si vas pegado a otro consumes menos combustible. Pero molesta.
Suele pasar en carreteras secundarias con línea continua, donde no se puede adelantar durante un buen tramo, que el mismo pesado del punto anterior, pegado a nuestro parachoques, «saca el morro» insistentemente, o de forma continua, para que sepamos a ciencia cierta que, en cuanto pueda, nos adelanta. Es molesto en un grado más al personaje del punto anterior, pero a veces hasta es gracioso.
Ni la antiniebla delantera es racing, ni la trasera se coloca cuando chispea, ni hace el apaño la luz larga que te queda sana porque las demás bombillas las tienes fundidas. No sabes usar las luces, y molestas.
Este no soporta ir detrás de un coche, y por eso acelera más de la cuenta, adelanta a toda velocidad… y luego se deja llevar, haciendo que tú, que ibas a tu velocidad constante, debas reducir tu marcha y preguntarte «qué demonios haces».
Este es primo del anterior, ya que suele ir sobrado de velocidad, adelanta a todo el mundo con superioridad, pero al llegar al radar, se achanta y pasa a circular a 100 km/h, porque si no lo van «a pillar». Esos problemas se resolverían circulando a una velocidad legal, o llevando tu infracción hasta el final con todas sus consecuencias, ya que eres tan chulo.
Qué sensación de libertad es la de circular por el carril izquierdo, con toda la chusma arrastrándose por el derecho. Tú ya estabas antes, desde allá atrás, tirando millas y diciendo a todo el mundo que espere, que es tu turno y derecho circular a 115 km/h con tu control de crucero molestando a todo el mundo. ¿Qué se creen?
Sea para comprar tabaco, para esperar a que la suegra suba, o para comprar el pan «un momentito», este sujeto no solo es molesto, sino peligroso. Al menos tiene tanto peligro como el que se salta la prioridad de salida según el carril, o el que entiende un ceda como «que cedan otros». Si infringes las normas estacionando en una rotonda, al menos ten la humildad de reconocer que lo haces mal y dejar pasar a los demás, so listo.
He escrito sobre nueve personajes que molestan en la carretera, porque el décimo quiero que lo cuentes tú, ¿qué te molesta a la hora de conducir?
Foto | F Mira