Celebramos los 50 años desde que el ABS nos acompaña. Se trata del primer gran sistema de seguridad activa de la historia (si exceptuamos los propios frenos). Un sistema pionero que ha servido de base para el desarrollo de otros sistemas hoy también imprescindibles para nuestra seguridad: control de estabilidad, sistemas de tracción… Repasamos los aspectos clave de este sistema de seguridad activa que ha salvado miles de vidas en todo el mundo.
Qué es el ABS
El ABS es un sistema de seguridad activa para vehículos que actúa sobre el sistema de frenos de estos. Sus siglas significan Antiblockiersystem (en alemán) o Anti-lock Braking System (en inglés), que significa “Sistema Antibloqueo de Frenos”. Su función es evitar que los frenos de nuestro vehículo se bloqueen en caso de frenazo, con la pérdida de dirección que ello conlleva.
El primer sistema similar al ABS fue ideado en 1929 por el francés Gabriel Voisin, que desarrolló un prototipo destinado a la aviación. Sin embargo, fue el fabricante alemán Bosch quien presentó la primera patente en 1936. En 1964 Bosch hizo el primer desarrollo serio del ABS, y en 1969 la también alemana ITT-Teves (hoy Continental) lo presentó por primera vez en el Salón de Frankfurt. No sería hasta 1978 cuando un sistema de ABS se incluyó por primera vez en un vehículo, el Mercedes-Benz Clase S y el BMW serie 7.
Para qué sirve el ABS
En condiciones normales de frenada, la fuerza ejercida sobre el sistema de frenado es máxima sin que ninguno de los elementos deje de funcionar correctamente. En este caso tenemos dos factores que condicionan la adherencia: el neumático y la superficie por la que circulamos.
Cuando el coeficiente de rozamiento entre neumático y calzada adquiere un valor inferior al de máxima adherencia, se produce el bloqueo de frenos. Es decir, se pierde adherencia y estabilidad, con dos consecuencias: aumenta la distancia de distancia de frenado, y se pierde la capacidad de dirección del volante. Es un problema común tanto si tenemos los neumáticos en un estado deficiente, como si circulamos en circunstancia de baja adherencia, como cuando llueve o nieva. El ABS sirve precisamente para impedir que los neumáticos se bloqueen en una frenada fuerte o en situación de baja adherencia.
Qué elementos componen el sistema ABS
Los primeros sistemas ABS de los años 60 eran meramente mecánicos. Sin embargo, desde finales de los 70 y a lo largo de los 80, gracias al desarrollo de la informática, los sistemas ABS pasaron a formarse de elementos electrónicos. Actualmente se desarrollan sistemas ABS con freno eléctrico más sencillos y eficaces, con un número más reducido de componentes susceptibles de avería.
Un sistema ABS básicamente se compone de los siguientes elementos:
- Sensores que detectan si se produce bloqueo de frenos. Lo hacen a través de marcas de una corona dentada montada en el eje, o bien de las polaridades de un rodamiento especial.
- Grupo hidráulico, compuesto de electroválvulas que se abren o se cierran para ajustar la presión del freno en cada rueda.
- Centralita que ejerce de unidad de mando de todo el sistema.
Cómo funciona el ABS
El componente que actúa en nuestro sistema de frenos es el líquido de frenos. Cuando pisamos el pedal de freno, estamos empujando ese líquido a los frenos de las ruedas. Si bloqueamos los frenos a consecuencia de pisar a fondo el pedal, bastaría con levantar un poco el pie para que la presión del líquido disminuyera. Lo que hace el ABS es realizar esta acción por nosotros.
El ABS comprueba si la velocidad de rotación de la rueda es la que debe ser de acuerdo a la velocidad actual. Si la velocidad de rotación es menor de lo esperada, el sistema “intuye” que se está aplicando demasiada potencia de frenado. Ante estos indicios reacciona regulando la presión sobre el sistema de frenado sin que el conductor intervenga. Con ello se consigue que los neumáticos no se bloqueen, se gana en adherencia y el conductor mantiene el control de la dirección en todo momento.
¿Lleva ABS mi coche?
Hoy en día se considera el ABS como el sistema de seguridad activa más importante hasta la fecha. Y se estima que puede evitar hasta el 10% de los accidentes de coche. Se utiliza en todo tipo de vehículos, incluso aviones, y actualmente se debate sobre su conveniencia en motocicletas. Por todo ello, se ha convertido en un estándar para la industria automovilística, y actualmente, más del 75% de los vehículos que se fabrican en el mundo llevan incorporado algún tipo de sistema ABS.
Además, en la Unión Europea el ABS es obligatorio desde el 1 de julio de 2004. Desde esa fecha, todos los vehículos comercializados dentro de la misma deben llevar incorporado de serie algún sistema ABS. Esto fue posible gracia al acuerdo de todos los fabricantes de compartir el conocimiento para que ello fuera posible.
Frenadas de emergencia y casos en los que el ABS no se utiliza
La situación es como sigue: la mejor frenada, la más eficaz, se da cuando, dada una velocidad, la fuerza ejercida sobre el sistema de frenado es máxima sin que ninguno de los elementos que contribuyen al frenado deje de funcionar correctamente. El factor limitante es el neumático. Aunque suene un poco “duro”, el bloqueo se produce cuando el coeficiente de rozamiento entre neumático y calzada adquiere un valor inferior al de máxima adherencia.
En ese momento, dejamos de tener control sobre la frenada y el volante. Es peligroso. Esa situación se da sobre todo en las frenadas de emergencia, momentos en los que nosotros no podemos tener el tacto suficiente como para regular la presión de frenado y volver a tener adherencia suficiente como para seguir frenando: el sistema lo hace por nosotros, actuando de forma independiente en cada rueda y comprobando si la velocidad de rotación de la rueda es la que debe ser de acuerdo a la velocidad actual.
Si la velocidad de rotación es menor de lo esperada, se está aplicando demasiada potencia de frenado y el sistema “intuye” bloque, por lo que reduce la presión de frenado para evitar la situación. Esto, amigos, salva vidas. Y muchas.
¿Cuándo no conviene llevar el ABS activado? En condiciones de nieve o terrenos sueltos, donde la adherencia es mínima (gravilla suelta, polvo, etc.). En esas condiciones es extremadamente fácil bloquear los neumáticos, por lo que el ABS trabajará a destajo alargando considerablemente la distancia de frenado. Sin ABS, los neumáticos se bloquearán, pero también “abrirán surco” en la nieve o la gravilla, contribuyendo a encontrar un “suelo” más adherente y facilitándonos la vida.
Otra situación en donde no es conveniente utilizar ABS es en el automovilismo de alto nivel. Por ejemplo, en la Fórmula 1. ¿La razón? El ABS, igual que el control de tracción, hace los coches más lentos (alarga la distancia de frenado), pero eso es otra historia, y debe ser contada en otro lugar.
Diccionario de sistemas de seguridad del automóvil
Anti-lock braking system, o sistema antibloqueo de los frenos
Impide el bloqueo de los neumáticos en una frenada. Actúa de manera independiente en cada rueda y permite contener la distancia de frenado en un límite razonable, así como mantener el control sobre la dirección.
También denominado:
ABS
Relacionado con:
EDL, ESP, ASR
Inventor / Año:
Gabriel Voisin / 1929
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Imagen portada | Niki-Photography
Imágenes | wikipedia/Zoidy | Unsplash: Nicolas J Leclercq, levin plass, David Beneš, David Beneš.
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