Más patines y bicicletas tras el coronavirus: ¿cómo podemos convivir?

Jaime Ramos

9 de junio de 2020

Bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP) se han alzado como una de las soluciones para una movilidad limpia en ciudad. La «nueva» normalidad creada por el covid-19 está impulsando estos medios de transporte, acelerando su popularidad. Ante esto, surge la necesidad de reforzar la convivencia en la vía y combatir la creciente siniestralidad de ciclistas y patinadores. ¿Cómo hacerlo?

El respaldo para patines y bicicletas en la nueva normalidad cuenta esta vez con un apoyo institucional renovado. Ya hemos visto como, tanto a nivel europeo como nacional, un sinnúmero de ciudades han acelerado sus planes para adaptar sus calles a estos vehículos.

Al ímpetu hacia una movilidad sostenible ha contribuido la crisis del covid-19. Y es que, por su naturaleza, tanto la bicicleta como los VMP pueden garantizar una distancia interpersonal suficiente entre el resto de usuarios de la vía. Coincide en que, además, se teme que el auge del transporte privado (por el mismo motivo) provoque un incremento de las emisiones contaminantes.

Aumento en las calles de patinetes y bicicletas gracias a las ayudas

Patines y bicicletas en coronavirusEl re-diseño de los espacios urbanos se adereza ahora con diferentes planes de ayudas económicas a la compra. A lo largo de mayo Italia o Francia lanzaron planes para beneficiar el uso de bicicletas y patinetes.

Así, el país italiano ha lanzado un subsidio de hasta 500 euros para aquellos que adquieran una bicicleta o patinete eléctrico. Se trata de una ayuda con vocación urbana, pues entre los requisitos para su acceso encontramos residir en una población que supere los 50.000 habitantes.

El plan de Francia, más centrado en la bicicleta eléctrica, parece algo más ambicioso. Así lo demuestran los 20 millones de euros de presupuesto. Se barajan ayudas públicas a la compra de bicicletas eléctricas de hasta 500 euros. Además, se pretende recuperar la bonificación económica por ir al trabajo en bici. Esta vez, cambiarían los céntimos por cada kilómetros recorrido por un pago de 400 euros.

Al contrario de lo que habría ocurrido hace una década, ya no llama en absoluto la atención que las ayudas se concentren en bicicletas y VMP motorizados mediante un propulsor eléctrico. Si la situación persiste, se prevé un especial florecimiento de este sector que ya contaba con cifras optimistas de ventas.

Valencia abre la puerta a las ayudas en España

bicicleta coronavirus

En España, aunque más de 36 ciudades habían tomado medidas para favorecer la circulación ciclista y de VMPs, las subvenciones a la compra brillaban por su ausencia. A nivel autonómico, la Comunidad Valenciana ha sido la primera región en contemplar una inyección de dinero público para la compra de estos vehículos:

  • Hasta 250 euros para bicicletas eléctricas que no pasen de los 1.400 euros.
  • 75 euros en el caso de las bicicletas convencionales que no superen los 500 euros.
  • Y también 75 euros para los patinetes eléctricos con un precio que no vaya más allá de los 450 euros.

El requisito de la limitación en el precio pretende evitar la bonificación de bicicletas o patinetes de una gama superior, relacionados más con la práctica deportiva que con la movilidad urbana.

En junio y siguiendo la misma línea, la Comunidad de Madrid ha anunciado su plan de ayudas que incluirá, según se ha adelantado, una ayuda que cubra hasta la mitad del coste de la compra, no sin unos prudentes límites máximos:

  • Hasta 600 y 700 euros para ciclomotores y motocicletas eléctricas libres de emisiones.
  • Un máximo de 500 euros en el caso de las bicicletas.
  • Hasta 150 euros para los patinetes eléctricos.

Otro límites vendrá establecido por el propio presupuesto establecidos para las ayudas, que será de 2,5 millones de euros.

Es el momento de la convivencia en vía urbana

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Si las ayudas logran su objetivo de incrementar el uso de patines y bicicletas en la nueva normalidad, en especial en sus versiones electrificadas, se antoja más necesario que nunca reforzar la labor por la convivencia entre todos los usuarios de la vía.

Es inevitable recordar que se trata de vehículos que han venido arrastrando dificultades en lo que a su integración urbana se refiere. En el caso de los VMP, la Fundación MAPFRE cuenta con un trabajo pormenorizado que analiza la posición de los patinetes en el estudio “Asociación Española de la Carretera y Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE (2019). Nuevos sistemas de movilidad personal en ciudad y sus problemas asociados a la seguridad vial.”

La propia normativa relativa a los patinetes eléctricos se actualizó en 2019 de cara a reducir la siniestralidad asociada, facilitar la integración y reducir las infracciones más frecuentes, como:

  • Circular con un tipo de VMP que no cuente con la autorización específica para circular (aunque esté homologado)
  • Invadir aceras o zonas peatonales.
  • Hacer uso del teléfono móvil durante la conducción de los patinetes.
  • No utilizar el casco.
  • Estacionar en lugares prohibidos, ausencia de iluminación o prendas reflectantes, circular varias personas en el mismo VMP o conducir bajo los efectos del alcohol u otras drogas.

Convivencia ciclista

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Al igual que ocurre con los patinetes eléctricos, la convivencia ciclista cuentan con sus particularidades. Existen, de igual modo, algunas diferencias importantes entre las bicicletas convencionales y las bicicletas eléctricas, que conviene tener muy en cuenta para la seguridad.

El respeto y el seguir unos hábitos de transporte seguros son las dos primeras pautas para los ciclistas, tanto en lo relativo a su relación con los peatones, como con la del resto de vehículos. A partir de ahí, los usuarios de la bicicleta no deben descuidar la importancia del uso del casco o del cumplimiento de la normativa y, en especial, en relación a semáforos o el tránsito por la aceras.

Uno de los aspectos en los que más se está trabajando en los últimos tiempos es en la visibilidad de los ciclistas. En un último estudio de la Fundación MAPFRE se descubre este como un factor fundamental para evitar cualquier siniestro. Los ciclistas se encuentran entre los colectivos más vulnerables, por eso, el resto de vehículos deberían extremar la precaución a la hora de relacionarse con ellos, respetando las distancias de seguridad con la bicicleta. Especial atención merecen los obligatorios 1,5 metros a la hora de adelantar a un ciclista.

Respeto, concienciación y educación vial se van a convertir, una vez más, en valores imprescindibles para la seguridad de patines y bicicletas en la nueva normalidad. En ese sentido, la seguridad vial tiene ante sí un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad.

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