¿Vas a comprarte un coche con etiquetas ECO o CERO? Cuidado porque la DGT valora cambiar los criterios

Jaime Ramos

15 de julio de 2020

Mucho se ha escrito y hablado sobre el sistema de etiquetado de la DGT que discrimina a los vehículos según su grado de emisiones contaminantes. Un debate público que está contribuyendo a detectar los aciertos y carencias de los distintivos. Por eso, la DGT valora cambios en el horizonte. Todo parece indicar que afectarían a los criterios por los que un vehículo cuenta con la etiqueta ECO y CERO. Esto es lo que sabemos hasta la fecha.

No es la primera vez que en el escenario de la movilidad se ha sugerido una modificación de los distintivos. De hecho, los rumores que surgieron a principios de años eran de tal calado que la propia DGT quiso desmentir que no trabajaba en un cambio:

Ahora ya no se trata de un rumor. El Gobierno ha creado un grupo de trabajo interministerial para «valorar la necesidad de una actualización de las etiquetas». El ejecutivo pretende que las posibles decisiones que se tomen sean en consenso con el sector de la automoción y todos los agentes de la movilidad. Y es que las variaciones en las etiquetas incidirían de forma muy diversa en función de si hablamos de los fabricantes, las autoridades o los conductores.

Muchos de estos últimos circulan por ciudades a los que la etiqueta les permite o no transitar por ciertas área, junto a otras ventajas. Por eso, es una decisión que atañe a gran parte de los conductores que piensan adquirir nuevos modelos. De momento, se ha apuntado que el plazo para la reforma de las etiquetas será de seis meses.

¿Qué ocurre con la etiqueta ECO y CERO?

Etiqueta ECO y CEROEl origen de la cuestión sobre el cambio, o no, del etiquetado ha surgido con la cada vez mayor oferta de modelos que cumplen los requisitos de la etiqueta ECO y CERO por la mínima. De endurecerse los criterios, esto perjudicaría tanto a aquellos propietarios que adquirieron los vehículos, como a los propios fabricantes.

Para solventar esta situación, podría crearse un nuevo compartimiento o etiqueta, de la que hablaremos a continuación. Antes, conviene clarificar qué está ocurriendo en la palestra pública con la etiqueta ECO y CERO.

Sí hace algún tiempo el debate vino por su obligatoriedad, ahora todo gira en torno a las ventajas asociadas. Los vehículos que cuentan con ambos distintivos pueden circular por las zonas de bajas emisiones, acceder a los carriles VAO o contar con descuentos en las áreas de estacionamiento limitado. En el caso concreto de la etiqueta CERO, los vehículos que la porten pueden aparcar, por ejemplo en Madrid, sin coste, ni restricciones horarias. Esta misma política se aplica en otras tantas ciudades.

Híbridos enchufables con etiqueta CERO

etiquetas eco cero

En los últimos tiempos han sido varias las voces del sector que han señalado cierta distorsión entre los criterios que hacen merecedor a un modelo u otro de la etiqueta. En el caso de la etiqueta CERO, recordamos que esta no corresponde solo a los modelos despojados al 100% de emisiones (como los denominados coches eléctricos puros o modelos que montan una pila de combustible de hidrógeno).

También se incluye en la misma clasificación a los híbridos enchufables que cuentan con una autonomía en modo exclusivamente eléctrico de 40 kilómetros. Esto ha animado a muchas marcas a actualizar su hoja de ruta en España. Se ha priorizado la oferta de modelos que superen esa cifra y opten así a la etiqueta CERO.

Las dudas sobre la inclusión de este tipo de motorizaciones, cada vez más populares, surgen porque, pese a esa capacidad para circular en modo exclusivamente eléctrico, esta es una prestación opcional para aquellos que los conducen. Es decir, un híbrido enchufable no tiene por qué usar su perfil de eléctrico y/o enchufarse.

Si bien, los propietarios de estos vehículos tienden a aprovechar las ventajas de la motorización y, en general, aportan una reducción en las emisiones contaminantes. Aún así, los defensores de la movilidad más limpia no dejan de advertir que la etiqueta CERO puede que les quede grande.

Semi-híbridos con etiqueta ECO

etiquetas eco ceroUn fenómeno similar ocurre con la proliferación de los semi-híbridos, conocidos también como híbridos ligeros, mild hybrids o microhíbridos. A pesar de su identificación híbrida, el aporte de energía eléctrica en su motorización es muy limitada. Algo que no les impide obtener el distintivo ECO.

Montan una pequeña batería que aumenta la eficiencia en determinados momentos de la conducción, como en el arranque o a la hora de circular a una velocidad constante en autovía o autopista. Con todo, los beneficios de esta tecnología no suelen suponer una descenso de emisiones superior al 10%. De ahí el dilema que suman al etiquetado.

El motivo es que el actual sistema otorga el distintivo ECO a todos los vehículos híbridos sin distinción (salvo para los mencionados híbridos enchufables de más de 40 kms de autonomía en modo eléctrico). Casi todos los fabricantes han apostado por estos sistemas. De hecho, muchos califican a los modelos equipados con esta tecnología como, sencillamente, híbridos.

¿Habrá nueva etiqueta D?

Parece que las autoridades están buscando un ajuste para paliar la gran horquilla de modelos que aglutinan las etiquetas ECO y CERO. De hecho, el actual sistema no entiende de factores asociados a segmentos o gamas. Esto significa, que un modelo híbrido musculoso y deportivo puede contar con la misma etiqueta que un sencillo utilitario.

Una solución sobre la que se ha especulado y que apoyan las compañías de automóviles es la introducción de una nueva categoría: la etiqueta D. Esta abrazaría a los modelos movidos por combustibles fósiles, pero con mecánicas de última generación más logradas y, por tanto, más eficientes.

Otra opción (aunque sobre esto se ha adelantado nada) es variar los criterios de origen de las etiquetas. Hasta ahora se tienen en cuenta las normas Euro, relativas a algunos agentes contaminantes. Estas dejan fuera al dióxido de carbono como variable para medir cuánto contamina un vehículo. En Alemania, por ejemplo, se tienen en cuenta ambos conceptos para distinguir entre modelos.

Veremos cómo evoluciona la situación de aquí a final de año. Todos aquellos que busquen adquirir un modelo nuevo tendrán un interés especial por ver cómo se modifican, si es que lo hacen, las fronteras entre las etiquetas.

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Imágenes | iStock/nrqemi, DGT y Fiat