Cuando se ingiere alcohol el cuerpo necesita un tiempo para eliminarlo. Aunque “baja” rápido a la sangre y se notan los efectos, *tardan mucho en irse*. Diversos factores afectan a la metabolización: estatura, peso, sexo, lo que se ha comido, estar enfermo, ser un bebedor habitual (no un alcohólico), etc. Hay gente que lo tolera mejor, otros que lo toleran peor.
Entre la mitología circulante está la de que un conductor bebedor habitual con cuatro cañas da positivo, pero va “de p… madre”. *Bueno, eso cree él*. Bastaría con ver la diferencia con su conducción habitual en un circuito con conos y un recorrido marcado, *con alcohol siempre lo hará peor*. Y da igual de qué persona hablemos.
Los controles de alcoholemia no son recaudación, decir lo contrario es absurdo. *El que bebe ya sabe a qué atenerse*, pero lo peor de todo no es la posible multa, sino verse involucrado en un accidente. Y ya sabemos que los accidentes siempre los causan los demás. Es más, el número de controles por conductor es muy bajo a lo largo del año, debería haber incluso más.
Si nos sorprende un control de alcoholemia y damos positivo en el primer test, conviene tener algunas cosas en cuenta. El organismo tarda hasta seis horas en eliminar por completo el alcohol, sí o sí, *y esto no se puede acelerar*. Los siguientes métodos NO sirven para rebajar la cifra cuando soplemos otra vez. Me reitero en lo del NO:
* Correr
* Hacer flexiones
* Comer hierba, chicle o un azucarillo
* Utilizar medicamentos como Almax
* Colocar debajo de la lengua una pastilla de mentol o un grano de café
Puede ayudar el beber mucho agua para orinar, pero no bajará lo suficiente como para _librarnos del «marrón»_.
Recordemos que se considera infracción el superar 0,25 mg de alcohol por litro de aire espirado, los noveles y conductores profesionales la mitad. *A partir de 0,60 mg/litro se considera un delito*, y el conductor queda detenido y el coche inmovilizado. El delito *supone 3.400 euros de multa, retirada de carnet un año, trabajos en beneficio de la comunidad y la pérdida de seis puntos*.
Los agentes de tráfico no son tontos, saben darse cuenta casi siempre cuándo se ha bebido, pues el cuerpo no es impasible ante la droga neurodepresora que es el alcohol. Algunos creen que pueden intentar engañar a un profesional que se dedica con tanta frecuencia a ello que se sabe todos los trucos. Alguno se colará, los demás no. *Los ojos y el habla, los peores delatores*.
Un ertzaina entrevistado por El Correo Digital nos aconseja que, por lo que cuesta la última copa, pongamos para coger un taxi o el transporte público hasta casa. Y al precio al que están las consumiciones, desorbitados, no le falta razón.
Fotografía | losmininos, bocadorada (Flickr)
Fuente | «El Correo Digital»:http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080907/vizcaya/mitos-alcohol-20080907.html