¿Me pueden multar por saltarme un semáforo en rojo si detrás de mí viene una ambulancia?

Josep Camós

7 de junio de 2015

Con el auge de los semáforos con radar, semáforos con cámara o fotosemáforos, foto-rojo, etcétera, el viejo dilema sobre saltarse un semáforo en rojo para dejar pasar a una ambulancia  vuelve a estar de moda. La situación puede ser frecuente en las inmediaciones de algunos hospitales, especialmente en los centros sanitarios céntricos, donde el tráfico es denso y las retenciones en los semáforos no son despreciables. Y este problema se agrava cuando el conductor no sabe qué hacer en presencia de una ambulancia que llega señalizando que está realizando un servicio de emergencia.

En realidad, la cuestión es tan sencilla o compleja como la queramos ver. Existe un redactado legal que abre la puerta a una interpretación unívoca… o equívoca, según cómo se mire. Porque detrás de la pregunta sobre si me pueden multar por saltarme un semáforo en rojo si detrás de mí viene una ambulancia se esconde no sólo una cuestión legal, que también, sino una importante reflexión sobre ética y valores en la toma de decisiones.

Lo que dice y no dice la ley

semaforo en rojo calle estrecha

El Artículo 68 del Reglamento General de Circulación reconoce la potestad de los conductores de vehículos prioritarios que circulen en situación de emergencia como excepción a la norma general.

Los conductores de los vehículos prioritarios deberán observar los preceptos de este reglamento, si bien, a condición de haberse cerciorado de que no ponen en peligro a ningún usuario de la vía, podrán dejar de cumplir bajo su exclusiva responsabilidad las normas de los títulos II, III y IV, salvo las órdenes y señales de los agentes, que son siempre de obligado cumplimiento.

Es decir, si viene detrás de nuestro vehículo una ambulancia en servicio de emergencia, puede saltarse el semáforo que está en rojo, como excepción («deberán observar los preceptos de este reglamento»).

En cuanto al comportamiento de los demás conductores respecto de los vehículos prioritarios, el Artículo 69 del mismo Reglamento dice así:

Tan pronto perciban las señales especiales que anuncien la proximidad de un vehículo prioritario, los demás conductores adoptarán las medidas adecuadas, según las circunstancias del momento y lugar, para facilitarles el paso, apartándose normalmente a su derecha o deteniéndose si fuera preciso.

¿Cuáles son las medidas adecuadas, según las circunstancias del momento y lugar? Una primera lectura podría sugerir que, ante la presencia de una ambulancia que llega haciendo uso de sus rotativos y de su sirena, sería adecuado pasar el punto de detención del semáforo en rojo. Al fin y al cabo, la emergencia sería una razón aceptable para actuar de este modo.  Sin embargo, no se nos puede pasar por alto un detalle importante, y es que, a diferencia de lo que ocurre en el Artículo 68, en el Artículo 69 no se faculta a los conductores en general a saltarse las normas del Reglamento. Ninguna de ellas. Con la ley en la mano, la respuesta a si me pueden multar por saltarme un semáforo en rojo si detrás de mí viene una ambulancia es afirmativa.

Y el resto de las consideraciones pertenecen al terreno del debate ético que se suscita. ¿Qué está bien y qué está mal cuando viene una ambulancia y tengo un semáforo que me impide pasar… sin que nadie me lo impida físicamente?

El dilema del tranvía, aplicado al semáforo en rojo

semáforo en rojo - dilema del tranvia

Para quien no lo conozca, el dilema del tranvía forma parte de un interesante experimento que abunda en la vertiente ética de la toma de decisiones. Su enunciado, formulado por la filósofa Philippa Foot, dice así:

Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se encuentran cinco personas que han sido atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, tú puedes accionar un botón que hará que el tranvía pase por una vía diferente aunque, por desgracia, hay otra persona atada a esta otra vía. ¿Deberías pulsar ese botón?

Como vemos, la cuestión se reduce a un asunto de males mayores y males menores. Este dilema ha dado lugar a un buen número de replanteamientos. Sin embargo, con la situación inicial ya podemos trazar un paralelismo interesante. Cuando decidimos que saltarse el semáforo vale la pena porque el riesgo que corremos lo percibimos como inferior al riesgo que corremos si no dejamos pasar la ambulancia, estamos tomando partido por una de las opciones del dilema del tranvía. Entendemos que no pasa nada por pasar el semáforo, si lo hacemos con cuidado y sin entrar en la intersección. Total, es por una buena causa…

Ah, pero los fotosemáforos no cuentan con esa cuestión ética, sino que simplemente están programados para detectar infracciones a la ley. Quizá se parte de la base de que el dilema no existe si la ley evita un mal mayor prohibiendo a rajatabla la infracción a las normas y evitando que cada cual se invente sus propias excepciones. Y esa es la razón por la que más de un conductor, en el momento de enfrentarse al miedo de la multa frente a dejar pasar o no a una ambulancia, se lo puede llegar a pensar dos veces. Al fin y al cabo, recurrir una multa por saltarse un semáforo en rojo ya que viene una ambulancia exige que podamos probar que las circunstancias eran lo suficientemente importantes como para motivar una infracción que, no lo olvidemos, es grave y conlleva una sanción de 200 euros y la detracción de 4 puntos del permiso de conducir.