Un último estudio de la Organización Mundla de la Salud revela que los accidentes de tráfico serán la quinta causa de muerte en 2030. De unos años hacia aquí, la conciencia social ha trabajado, y mucho, para lograr que descienda la lacra de los accidentes de tráfico y las muertes en la carretera. Localmente, en España, los datos nos están dando un respiro. El trabajo realizado por todas las partes funciona. Algo que también está sucediendo en muchos países desarrollados.
Cada año, 1,2 millones de personas mueren en accidentes de tráfico y de todos ellos, el 90% fallecen en países en vías de desarrollo o países con ingresos medios. En ellos, la tasa de mortalidad cada 100.000 habitantes se duplica con respecto a los países desarrollados. Países que se encuentran en desarrollo-industrialización que ven aumentar la mortalidad ya que aún no han implementado las campañas y medidas de seguridad vial que en países desarrollados ya son parte del paisaje.
Estos países cuentan únicamente con el 50% de los automóviles del planeta, por lo que llegados a este punto cobra importancia el hecho de que la mitad de los fallecidos son peatones, ciclistas o motoristas. La llegada de más y más coches a países que se mueven principalmente con medios de transporte sencillos, como pueden ser las bicicletas o ciclomotores, provoca que las cifras aumenten más de lo que se podría esperar.
Además, la falta de medios para la educación vial tampoco ayuda. Es complicado. Países que tratan de abrirse camino, pero que por otro lado no pueden (no quieren o no son conscientes) de que toda esta evolución desmedida tiene sus consecuencias negativas. Luego tocará mirar atrás y trabajar en ello.
Estas cifras, y las espectativas de futuro, no son muy alagüeñas. Para 2030 se espera que las víctimas en accidente de tráfico lleguen a los 2,4 millones de personas, algo que colocaría a los accidentes como la quinta causa de muerte.