En 2006, 548 peatones fallecieron en nuestro país a causa de un atropello, y otras 11.760 personas resultaron heridas, 2.361 de carácter grave, por el mismo motivo. Y si buscamos cifras más globales, a nivel europeo, el número de muertos por atropello alcanza la escalofriante cifra de los 8.000. Es por este motivo que las autoridades europeas ya se han puesto manos a la obra para buscar una solución, y la propuesta ya está sobre la mesa a la espera que los países socios de la UE den su visto bueno.
La Comisión Europea lleva un tiempo estudiando hacer obligatorio a partir de 2009 un sistema de asistencia a la frenada de emergencia (conocido por las siglas BAS), que permitirá detener el coche en una menor distancia. Con este sistema, se pretende evitar los atropellos de peatones o, en cualquier caso, reducir la fuerza del impacto en caso que este se produzca. Se estima que se pueden salvar unas 1.100 vidas al año con la introducción de este sistema.
El sistema fue introducido en su día por Mercedes Benz, y consiste en un sensor que es capaz de detectar si el conductor pisa enérgicamente el freno para realizar una frenada de emergencia. En ese momento, se habilita la máxima capacidad de frenada del vehículo, funcionando conjuntamente con el ABS para que no se bloqueen las ruedas. El resultado es una frenada en una distancia considerablemente menor que puede evitar un buen número de atropellos.
No obstante, la Comisión Europea considera necesario pero no suficiente la introducción del BAS en todos los modelos de serie, e invita a los fabricantes a desarrollar nuevos sistemas, como “radares que puedan detectar la presencia de un obstáculo”. Pero los fabricantes se han avanzado a la propuesta, y llevan ya un tiempo dándole vueltas a esta tecnología de detección de obstáculos.
Vía | Mundo Motor