Hace ya algo más de un año que se hizo obligatorio el etiquetado europeo de los neumáticos. Fue el 1 de noviembre de 2012. Todos los neumáticos que se vendan para turismos, todoterrenos, vehículos comerciales, camiones, autobuses y autocares tienen que llevar la etiqueta. No están afectados los neumáticos para motos, ni ciclomotores, ni los neumáticos para tierra, los que tienen clavos para el hielo, o los de clásicos. Os explicamos todos los detalles en su día, en abril de 2012.
Es curioso que con el tiempo que ha pasado ya, todavía hay muchos conductores que no lo conocen. Estos resultados son los que arroja un reciente estudio realizado por el Instituto Ipsos para Rezulteo, encuestando a más de 3.400 conductores de cinco países europeos, Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido: solo el 36% han oído hablar de él. Y puesto que el neumático es un elemento fundamental en la seguridad de nuestro coche, vamos a recordarlo.
Eficiencia, adherencia en mojado y ruido
Al leer ese estudio me parece un tanto preocupante que solo un 11% de los conductores prestó de verdad atención a la etiqueta cuando le tocó comprar neumáticos nuevos, y lo que es peor, solo el 8% sabe qué aspectos recoge la etiqueta.
La etiqueta europea de los neumáticos es en pocas palabras algo así como la etiqueta energética que llevan los electrodomésticos, que nos muestra con letras y colores si un aparato es más o menos gastón (o sea cuánto eficiente es).
Pues bien, los neumáticos también pueden ser más o menos eficientes, es decir, un neumático puede implicar que nuestro coche consuma un poco más o un poco menos. De hecho el neumático viene a suponer un 20% del consumo de nuestro coche.
Eficiencia: consumir más o consumir menos
Así que el primer aspecto que recoge la etiqueta es la eficiencia energética, es la primera columna a la izquierda. Y para ello utiliza la misma simbología que la etiqueta de los electrodomésticos: letras, de la A la G, y colores, del verde, al rojo, desde los más eficientes, hasta los menos eficientes.
La eficiencia energética tiene que ver con el coeficiente de resistencia a la rodadura del neumático. Los más eficientes, los de letra A y color verde, hacen que el coche consuma 0,5 l/100 km menos que los neumáticos menos eficientes, lo de letra G y color rojo.
Adherencia: frenar sobre mojado en más o menos metros
El segundo aspecto que recoge la etiqueta es la adherencia en mojado, que tiene que ver con la seguridad del neumático, y en particular con la distancia de frenado de ese neumático sobre un pavimento mojado. Es la segunda columna de la derecha de la etiqueta. Se utilizan también letras, desde la A hasta la G, desde los que más adherencia tienen hasta los que menos.
Así tenemos que el neumático con mejor adherencia en mojado, uno de letra A, frena un coche desde los 85 km/h en 18 metros menos que un neumático con menos adherencia de letra G. Se refleja la distancia de frenado en mojado porque se suele considerar la situación más delicada, y porque puede ser de hasta el doble que frenando sobre pavimento seco.
Aunque pueda parecer paradójico, hoy en día gracias a nuevos compuestos y a nuevos diseños de la estructura y del dibujo del neumático, se pueden conseguir neumáticos de alta eficiencia y a la vez con muy buena adherencia, cosa que parecía casi imposible hace un par de décadas.
Ruido: ser más silencioso o no serlo
El último aspecto que aparece en la etiqueta es el ruido exterior de rodadura, es decir, el nivel de ruido que genera ese neumático al rodar sobre el asfalto a una determinada velocidad de crucero. Así los neumáticos se muestran con tres niveles de ruido, bajo, medio y alto y además se indica el ruido exacto en decibelios (dB).
Esta información aparece en la franja inferior de la etiqueta. Aunque pueda parecer una tontería, a 110-120 km/h aproximadamente el 60% del ruido que se percibe en el coche es debido a los neumáticos. Entre cada nivel de ruido hay un salto de 3 dB.
Por ejemplo un neumático que tenga un nivel de ruido bajo de unos 69 dB, frente a un neumático con un nivel de ruido medio de unos 72 dB, significa que hace casi la mitad de ruido.
Información para el conductor-consumidor
El etiquetado de los neumáticos sirve para que el conductor, que también es consumidor, tenga más información, y de manera sencilla y fácil, para poder comparar las prestaciones de varios neumáticos entre los que dude.
El precio de compra del neumático es muy relevante, pero no siempre hay que ir directamente a los más baratos. Un neumático un poco más caro, pero que consuma menos, saldrá más rentable a la larga. Pensemos por ejemplo en una diferencia muy pequeña entre un neumático y otro de solo 0,2 l/100 km.
Pues bien, si hacemos 40.000 km con ese juego de neumáticos (y con algunos se pueden hacer incluso más kilómetros si uno no hace conducción deportiva), esos 0,2 litros a los cien menos, significa que hemos ahorrado 80 litros de carburante. Al precio al que está ahora mismo la gasolina, aproximadamente 1,40 euros/litro, nos ahorraremos al final 112 euros.
Y lo mismo si hablamos de la adherencia, que tiene que ver con la seguridad: pagar un poco más a cambio de tener un neumático que frene en menos metros, puede ser la diferencia entre darnos un golpe o no dárnoslo, o atropellar a un peatón o no atropellarlo.
Como siempre el mejor consejo es elegir un buen neumático, buscar la tienda o taller donde nos lo dejen al mejor precio, y sobre todo llevar neumáticos en buen estado y siempre con la presión de inflado adecuada.
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