De cómo perder puntos por acabar mal con tus jefes

Josep Camós

11 de enero de 2008

La vida es así. Trabajas para una empresa conduciendo uno de sus vehículos, acabas mal con tus jefes y al cabo del tiempo te das cuenta de que te están quitando los puntos porque alguien que lleva un coche de la empresa para la que trabajaste está haciendo lo que quiere en tu nombre.

¿Enrevesado? Sin duda. ¿Real? También. Que se lo pregunten a Josep Puigtió, un conductor que desde que Hacienda le embargó en 2006 por impago de una sanción va de ventanilla en ventanilla intentando que alguien comprenda que las infracciones que se le atribuyen no son suyas. Y es que por no ser, no es suyo ni el vehículo con el que se infringió la Ley. Ni lo había visto en su vida, sostiene el atónito conductor.
Cuando una empresa recibe un aviso de sanción por una infracción cometida en uno de los vehículos que constan a su nombre, tiene la obligación de comunicar a Tráfico la identidad de la persona que manejaba el vehículo en el momento de ser denunciado. Con poner un nombre, un DNI y una firma basta. Y cualquiera puede entregar ese documento en la ventanilla de sanciones. Será entonces cuando el trámite del expediente se personalice con el nombre del presunto infractor.

Puigtió niega haber tocado siquiera el turismo con el que se le denunció. Según afirma, él se dedicaba a repartir congelados con un pequeño camión frigorífico. Cuando alegó que en las fechas de las denuncias no trabajaba ya para la empresa que según él dio su nombre, los documentos que aportó le fueron rechazados sin más explicación. El caso es tan surrealista que ayer varios medios de comunicación se dieron cita en las oficinas del Servei Català de Trànsit (SCT), donde se presentó Puigtió para pedir una explicación.

También ayer el SCT publicó una nota en la que anunciaba una revisión de oficio de todos y cada uno de los expedientes abiertos contra Puigtió. Asimismo remarcaban que el propio director del SCT se había puesto en contacto con el conductor para explicarle las medidas dispuestas.

No está mal como reacción, pero queda la duda de saber qué habría sucedido si Puigtió no hubiera detectado el error ni hubiese denunciado su caso en los medios. Estaría bien saber qué habría sucedido si el turismo de la empresa se hubiera visto involucrado en un siniestro con víctimas. Y, lo más grave, falta por saber cuántos expedientes como los de Puigtió puede haber en los archivos del SCT y la DGT.

Vía | La Vanguardia, SCT