Ni las lunas delanteras ni el parabrisas, la ley en España solo permite tintar las ventanillas traseras y la luneta de la parte de atrás de los vehículos. Además, en estos casos, el vehículo deberá tener dos retrovisores exteriores. No obstante, hay algunas excepciones a esta norma: los cristales delanteros y el parabrisas también pueden tintarse si se trata de vehículos oficiales, de automóviles para los cuerpos de seguridad, en los vehículos de los usuarios protegidos o en el caso de civiles que tengan diagnosticada una sensibilidad especial a los rayos del sol.
Mejor de fábrica
En cualquier caso, la principal recomendación es que los cristales vengan ya tintados de fábrica. De esa manera, ya estarán homologados y no tendrás que preocuparte ni lo más mínimo a la hora de pasar la inspección técnica de tu vehículo. No obstante, si has decidido hacerlo una vez adquirido el coche, la recomendación es que acudas a un taller para que te instalen unas láminas homologadas. Podrás elegir entre distintos grados de tintado y diferentes colores. Cuando tengas que acudir a tu cita anual con la ITV tendrás que llevar un certificado de homologación expedido por el fabricante de las láminas y cumplimentado por el taller instalador y un sello en todos los cristales laminados del vehículo, que tendrán que coincidir en la marca con el taller que te puso las láminas. En caso contrario, la ITV resultará desfavorable por lo que tendrás que retirar las láminas de las ventanillas o cambiarlas por unas nuevas. Además, si el tintado de los cristales que llevas no es homologado la multa puede llegar hasta los 200 euros.
Más allá de los aspectos legales, lo cierto es que la demanda de este tipo de cristales ha aumentado considerablemente. Si antes se consideraba una moda, ahora los conductores se fijan en otras consideraciones:
A favor
Para empezar, este tipo de cristales evita el paso de los rayos UVA al interior del coche, contribuyendo a obtener una temperatura más agradable, especialmente en verano. En esta época, además, el tintado de los cristales reduce el consumo de combustible, al disminuir la necesidad del uso del aire acondicionado.
La seguridad es otro factor a tener en cuenta: por una parte, el tintado reduce lógicamente los deslumbramientos y, por otra parte, en caso de percance y rotura del cristal, las laminas solares evitan que el vidrio se desprenda y, por tanto, previenen el daño por cortes entre los ocupantes del vehículo.
La privacidad que confiere el oscurecimiento de las lunas es también un elemento a favor, sobre todo cuando hay niños pequeños o se transportan objetos de valor.
En contra
En cuanto a las desventajas, la principal es que se reduce la visibilidad al entrar menos luz (precisamente ese es el motivo por el que la normativa impide la instalación de tintado en los cristales delanteros). Esta reducción puede traducirse en una mayor dificultad a la hora de realizar maniobras de aparcamiento o marcha atrás.
Otro inconveniente es que, con el paso del tiempo y por efecto de la radiación solar, los cristales tintados que no son de serie, sino que lo son por instalación de láminas, tienden a agrietarse y pueden terminar despegándose.
De cualquier manera, si optas por este tipo de cristales te recomendamos que lo declares a la compañía aseguradora cuando el tintado se haya hecho después de la adquisición y, por supuesto, que dispongas de cobertura de rotura de parabrisas y lunas.