«En abril, aguas mil», dice el refranero español. Y no suele equivocarse mucho. Si bien la lluvia es una bendición de la naturaleza, a la hora de conducir se convierte en nuestra enemiga. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), la lluvia está presente en el 89 % de los 11.000 accidentes registrados con climatología adversa (más de 9.900 accidentes) y en el 75 % de los fallecidos en carretera por clima adverso.
Muchas veces, no somos conscientes hasta qué punto la lluvia influye sobre el comportamiento de nuestro coche. Veamos qué podemos hacer para conducir con lluvia de forma segura.
Ten el coche a punto
Tener el coche a punto y en condiciones es básico siempre, pero será especialmente útil cuando llueva. Comprueba que los faros, los intermitentes y los pilotos traseros funcionan correctamente. Y por supuesto, que las escobillas de los limpiaparabrisas no estén resecas y limpian correctamente. No escatimes en ellas, probablemente sea el elemento de seguridad más asequible de todo el coche.
Los neumáticos serán más caros que las escobillas del limpiaparabrisas, pero en caso de lluvia son vitales. Literalmente te pueden salvar la vida. Comprueba que estén a la presión correcta y que su desgaste no está cerca del límite legal. Si ves que pronto llegarán a los marcadores de desgaste, no esperes y cámbialos ya. Cuanto más profundo el dibujo, mejor adherencia tendrás si la carretera está mojada.
Reduce la velocidad
Con la lluvia, los neumáticos no tienen el mismo poder de adherencia que en seco. Cuando la carretera está mojada, la fricción entre el neumático y el asfalto se ve reducido. Los neumáticos están diseñados para ofrecer mucha fricción, es lo que hace que se adhieran al asfalto.
Por eso cuanto más profundo sea el dibujo, mayor adherencia tendremos. El neumático evacua el agua por esos dibujos para que la goma pueda generar fricción con el asfalto. Aún así, los neumáticos no pueden secar la carretera. Con lluvia, se estima que se pierde un tercio de la adherencia del neumático, por eso debemos también reducir nuestra velocidad un tercio. En Francia, por ejemplo, el limite de velocidad en autopista es de 110 km/h en caso de lluvia, cuando es de 130 km/h en condiciones normales.
Mantén 5 segundos de distancia con el vehículo que te precede
Siempre insistiremos en que hay que respectar las distancias de seguridad. Y más con lluvia. Para ello, olvidaos de la distancia de X coches o X metros con el coche que hay delante.
El truco está en mirar el vehículo que nos precede y ver cuando pasa por un determinado punto, (un árbol, por ejemplo). Debemos tardar más de 3 segundos en pasar por ese mismo punto. Si llueve, es recomendable tardar 5 segundos.
No confíes ciegamente en la tecnología de tu coche
El ABS, el control de tracción y el control de estabilidad que equipan la mayoría del parque móvil de nuestro país son auténticos salvavidas en condiciones climáticas adversas. Nos permiten frenar y cambiar de dirección sin que bloqueemos las ruedas o perdamos el control del coche.
Sin embargo, tampoco pueden hacer milagros y las leyes de la física son inquebrantables. Por mucho ABS y ESP que equipe el coche, si vamos con demasiada velocidad y, por ejemplo, entramos en aquaplaning, no nos servirán de nada.
Qué hacer en caso de aquaplaning
El aquaplaning ocurre cuando el neumático gira a gran velocidad de tal modo que no puede evacuar toda el agua que entra debajo del neumático. En ese caso, al presión del agua aumenta y levanta el coche de medio milímetro o más. Lógicamente, el neumático pierde contacto con el asfalto y ya no controlamos nada, ni dirección ni frenos.
En caso de que ocurra, no frenes ni gires el volante. Hay que levantar el pie del acelerador para que el coche pierda velocidad y las ruedas vuelvan a estar en contacto con el asfalto. Si frenas, las ruedas volverán a estar en contacto con el asfalto paradas (al no haber fricción, las ruedas se han detenido). Del mismo modo, si giras el volante, al volver a tener adherencia, puede que las ruedas ya no miren a la carretera.
En Circula Seguro | Conductor: cuidado con la lluvia