¿Cómo funciona el cinemómetro de contacto?

Jaume

7 de julio de 2009

Hace unos meses os explicaba cómo funciona los famosos radares de velocidad, el sistema de control de la velocidad más utilizado. En aquella ocasión, alquimist preguntaba sobre los cinemómetros de contacto.

Las fotos que ilustran este articulo han sido tomadas a un aparato instalado de forma provisional en la carretera BV-6001. En este caso, el sistema no incluía una cámara fotográfica, tan sólo el cinemómetro. Por lo tanto, ha sido instalado para conocer la velocidad media por ese punto, sin capacidad de sancionar.

Como podéis ver en las imágenes, el sistema es muy sencillo. Dos sensores anclados en el asfalto, a unos 30cm el uno del otro, envían una señal eléctrica a la unidad central al ser aplastados por las ruedas del coche. La unidad central cronometra el tiempo que transcurre entre ambas señales, y sabiendo la distancia entre ambos sensores, es posible calcular la velocidad.

Toda medición está sujeta a errores, la precisión no puede ser infinita. Veámoslo en un ejemplo sencillo: medir la distancia entre los dos sensores del cinemómetro de contacto. Naturalmente, lo haremos mediante una regla, comparando la posición de los sensores con las marcas impresas en ella.

Podemos suponer que las marcas de la regla han sido efectuadas mediante procesos muy precisos. Pero aún así, habrá una distancia mínima entre dos marcas de la regla. Si utilizamos una regla normal, esa distancia será de un milímetro. Esta separación mínima es la sensibilidad de la regla, no podremos utilizarla para medir cosas con una precisión mayor a un milímetro.

Radar de contacto en la carretera BV-6001

En este caso, es fácil entender el motivo: si uno de los sensores queda justo entre dos de las marcas consecutivas de la regla, no tenemos divisiones más pequeñas para poner un decimal más a la medición. Por lo tanto, cualquier medición hecha con esa regla tendrá un error de un milímetro. Eso significa que la distancia real podría ser un milímetro mayor o menor de lo que nosotros hemos medido. Está claro que si queremos mejorar la medición, necesitaremos una regla más precisa. Y eso también significa más cara.

En el caso del cinemómetro de contacto, la distancia entre los sensores se utiliza para calcular la velocidad del vehículo. Es decir, el aparato mide directamente la distancia entre sensores, y a partir de eso obtiene una medida indirecta de la velocidad. La incertidumbre en el valor de la distancia se traduce en que también tenemos cierto margen de error en la cálculo de la velocidad. Esto es lo que en Física llamamos propagación de errores.

Por supuesto, todo lo dicho también se aplica al reloj interno del cinemómetro. No es posible determinar con precisión el tiempo real transcurrido entre ambos «pisotones» del mismo vehículo. Esto se traduce en otra fuente de error al calcular la velocidad. Al final, hay que tener en cuenta ambos errores para conocer la precisión de la medida final.

Por ejemplo, supongamos que el resultado final de una medición es una velocidad de 52km/h. Si el margen de error resulta ser de 3km/h, significa que la medición sólo nos asegura que se circulaba entre una velocidad de 49 y 55km/h.

Radar de contacto en la carretera BV-6001

En las imágenes podemos apreciar que la distancia entre ambos sensores es muy corta, unos 30cm. De esta forma, las ruedas delanteras pasan por el segundo sensor antes de que las traseras contacten con el primero. Si no fuera así, el segundo pisotón podría confundir el cronómetro interno. Hay que tener en cuenta que existen vehículos, como los ciclomotores, con una distancia entre ejes muy pequeña.

No obstante, esto agrava el problema de la propagación de errores. La precisión de una regla no cambia si medimos 30cm o cinco kilómetros. Pero es obvio que equivocarse de un milímetro cuando estamos midiendo cinco kilómetros es pura anécdota. Pero al medir una distancia más corta, la cosa es más grave, aumenta el error relativo.

Lo mismo ocurre con el tiempo de paso: cuanto más corto sea el tiempo a medir, mayor será el error relativo de la medición final. Como el tiempo de paso disminuye al incrementar la velocidad, está claro que un radar de contacto será más impreciso a altas velocidades. Por ese motivo, los encontramos con más facilidad en tramos urbanos, o donde el trazado pide circular a baja velocidad (como es el caso de las fotografías, cincuenta metros después de dos curvas de 90º cada una).

En estos tramos, el cinemómetro de velocidad puede resultar más barato y manejable que un radar. Al situarse directamente sobre el asfalto y con la unidad central más disimulada fuera del arcén, resultan más difíciles de divisar en la distancia.

Radar de contacto en la carretera BV-6001

La principal desventaja de este tipo de cinemómetros es precisamente la probabilidad de que contacto con el parque móvil produzca desperfectos. En el caso de las fotografías, apenas dos días después de ser instalado, pude comprobar que el uno de los sensores había perdido su anclaje y se había movido de su lugar, tal y como podemos comprobar en la última imagen.

El margen de error de cualquier medición es la base de la mayor parte de las reclamaciones de multas. No obstante, debo insistir en la necesidad de circular a una velocidad adecuada en todo momento, no para evitar multas, sino por seguridad. Cuando se trata de poner en peligro vidas no hay margen de error.

Fotos | Jaume