Cómo convertirse de testigo en protagonista en unos segundos

Esteban Viso

2 de agosto de 2012

Hay veces en la vida que tienes delante de ti una situación de peligro y no haces nada. A veces es tan simple como que no te da tiempo a reaccionar y te metes de lleno en ello. Otras veces es posible que seas testigo, pero no llegues a tener la iniciativa de tomar parte en ella para intentar frenar la situación anormal.

No es nada fácil. Si uno ve un accidente de coche, el código, y también la cordura humana, te dice que debes parar a socorrer siempre que no estén personadas las fuerzas de seguridad, o bien los servicios de emergencia. Si tienes que parar, lo más probable es que lo único que sepas hacer bien sea marcar el teléfono de emergencias y señalizar bien la zona. Sea como sea, pasas de testigo a protagonista en escasos segundos.

Antes de seguir veamos el siguiente vídeo. Se trata de la provincia de Gerona, y lo que vemos desde el autobús parece que esté bastante claro. Vamos a verlo, y después continuamos.

Seguramente os hayáis quedado como me quedé yo: pasmados. Pero pasmados por muchas cosas, a saber: el conductor protagonista está claramente en un estado que no le debería permitir la conducción. Es más, se ve que no le permite mantenerse en su carril. Los ocupantes del autobús parecen tomárselo a broma al principio, pero incluso también cuando se produce la salida de la vía.

Son casi cinco minutos de vídeo, y se supone que la persona que iba grabando comenzaría a hacerlo después de que se observase una conducta sospechosa. ¿Nadie pensó, en algún momento, en llamar a emergencias? Son extranjeros, pero ¿de verdad no intuyen lo que puede estar a punto de suceder?

Ante una irregularidad o un potencial accidente, no debemos ser pasivos. No se trata de denunciar por el mero hecho de hacerlo, sino porque debemos estar concienciados de que eso es algo que va a ayudar a otros. Si no es al conductor protagonista, puede ser a otros conductores que circulan en sentido contrario. Porque esta vez, afortunadamente, la cosa no pasó a mayores, ni afectó a nadie más que al propio conductor. ¿Y si llega a virar a la izquierda?

¿Avisar, intervenir, o pasar?

Podemos hacer tres cosas. La primera es avisar a emergencias. Se describe la situación y se da toda la información requerida. Es el paso más lógico, además de ser solidarios con el conductor y, por supuesto, el resto de vehículos. Alguna explicación habrá para entender la conducta del conductor, que no sólo ha puesto en juego su vida sino la de los demás. O al menos éste tendrá que explicar el porqué de su conducción irregular. La cuestión es hacer algo para evitar que la cosa pase a mayores.

Otra opción es intervenir. Es decir, en el caso del conductor del autobús, intentar evitar que el conductor del turismo siga circulando. Pero eso, ¿cómo lo hacemos? ¿Nos ponemos delante suyo y lo frenamos? ¿Y si pasa algo inesperado, que se salga de nuestro control, y pasa la cosa a mayores? ¿Y si acabamos nosotros denunciados? ¿Y si cometemos una negligencia? Esta opción creo que no la consideraría, de hecho, lo más lógico sigue siendo avisar a emergencias. Aunque creamos que podemos resolver la situación, para esto están los profesionales.

Otra opción es pasar. Es una opción más, pero es delito. No asistir ante un accidente es un delito. Es insolidario, y significa mirar hacia otra parte. Pero puede que ya haya otros conductores estacionados o parados, avisando a emergencias, como en nuestro punto primero. Sin embargo, si somos los únicos, no parar significa casi darse a la fuga, negar la asistencia. Dejar a otra persona a su suerte, indefensa probablemente. En el caso que nos acompaña existe una grabación, y la versión del ‘cámara’ es fundamental para argumentar la grabación, por eso deben esperar a que se personen los agentes de tráfico.

Son casos complicados, pero debemos saber que avisando a emergencias estamos contribuyendo a controlar la situación, a que los profesionales se pongan en marcha y a que algo potencialmente muy peligroso no pase a mayores.

Vía | @JaviMoya