Ahora que estamos en época de veraneos si la crisis lo permite, vamos a hablar sobre cómo colocar la carga en el maletero aunque este es un asunto que, convenientemente extrapolado, puede dar para todo el año y no sólo para cuando vamos a pasar unos días fuera de casa.
Y es que somos muchos quienes confiamos al maletero de nuestro vehículo la noble tarea de alojar nuestras pertenencias, nuestras compras e incluso, en ocasiones, una parte de nuestras mudanzas, por lo que saber cargar un maletero se convierte en un lección básica no ya solamente para nuestra comodidad, sino también para nuestra seguridad.
Para comenzar, nos olvidaremos de disponer parte de la carga dentro del habitáculo. Por razones de seguridad, los objetos nunca pueden ocupar el lugar de las personas. Si durante el viaje una maleta o una caja saliese despedida de su ubicación podríamos resultar gravemente heridos, así que es mejor que todo equipaje vaya alojado en el espacio de carga del vehículo, que para eso está.
Y algo que debemos tener presente, ya antes de proceder a la carga, es qué objetos llevaremos, cuáles pesan más y cuáles menos y qué formas tienen cada uno de ellos. Con esa pequeña clasificación en la cabeza, comenzaremos cargando en primer lugar los objetos más pesados procurando que queden lo más cercanos posibles al eje trasero del vehículo y bien distribuidos para que el coche no se incline lateralmente.
Siempre que podamos, realizaremos la carga del maletero entre dos personas y ayudándonos si es preciso con una carretilla, agarrando los objetos más pesados sin flexionar el tronco sino las rodillas y evitando en lo posible movimientos bruscos de torsión de la espalda que nos podrían causar una lesión en la zona de la columna vertebral.
Si quedan huecos entre esos primeros objetos o entre ellos y el vehículo, los rellenaremos con enseres que puedan tener la forma que nos interesa, como quien juega al Tetris, pero dentro de un maletero. De la misma forma que sucede en el popular puzzle ruso, aquí conviene completar la primera capa de equipaje sin que queden huecos vacíos antes de seguir cargando equipajes en un segundo piso. Así conseguiremos que la carga sea estable.
Conviene además que ese segundo piso del maletero se componga de manera que los objetos que coloquemos queden cruzados respecto de los que componen la capa más baja. De esta manera conseguiremos que la carga sea firme y que no experimente movimientos durante el trayecto. Y si es posible unificaremos todo el conjunto con la ayuda de correas, eslingas o redes de carga para evitar desplazamientos fortuitos del equipaje incluso en caso de colisión.
En previsión de esto último, conviene que si no viaja nadie en los asientos posteriores del vehículo llevemos atados los cinturones de las plazas traseras. De esta forma, si resultamos alcanzados por otro vehículo los cinturones supondrán un retén más para los respaldos de los asientos, evitando en buena medida que la carga irrumpa en el habitáculo.
Finalmente hay que recordar que si el maletero se nos queda pequeño podemos recurrir a un pequeño remolque o a un cofre situado en la baca del turismo para transportar los elementos menos pesados, pero siempre teniendo en cuenta que esta carga adicional, sobre todo cuando llevamos equipaje sobre el techo del coche, representa un duro golpe a la aerodinámica del vehículo y repercute en su consumo de carburante además de en su comportamiento en carretera.
Una vez cargado, cuidado con la dinámica del vehículo
Y es que el comportamiento de un vehículo fuertemente cargado se ve resentido aun cuando la carga vaya alojada en el maletero. Al coche le costará más acelerar, así que tendremos que contar con esta circunstancia antes de lanzarnos a hacer una incorporación o un adelantamiento, y además al coche le costará más desacelerar, por lo que tendremos que tenerlo en cuenta anticipándonos a los problemas y frenando el vehículo con mayor antelación.
Además, el vehículo puede experimentar ciertas dificultades al trazar curvas. Ya sabemos que al acometer una curva interviene el radio de esta y la masa y la velocidad a la que circula un vehículo. Si al cargar el equipaje hemos hecho que aumente la masa del vehículo, el único parámetro que podemos modular es la velocidad a la que tomamos la curva, así que tocará moderarla.
También hay que tener en cuenta que con el vehículo a plena carga, cuando encendemos las luces ya sea porque oscurece o porque pasamos por un túnel o similares, podemos deslumbrar al resto de usuarios de la vía aunque usemos el alumbrado de corto alcance, por lo que conviene revisar la regulación de altura del haz de luz de los faros. Los demás nos lo agradecerán.
Por último, un consejo al margen, por si las moscas. Si nuestro proceso de carga ha resultado especialmente complejo por la falta de espacio en el maletero o por lo que sea, no está de más tomar alguna que otra foto con el móvil durante el proceso de carga del vehículo para que luego, a la vuelta, no tengamos que improvisar soluciones de emergencia cuando comprobemos con estupor que lo que nos llevamos a la ida no nos cabe a la vuelta.
¿Nunca os ha pasado que os falta maletero? A lo mejor lo que ocurre es que os sobra equipaje…
Gráficos | Josep Camós
En Circula Seguro | Nos vamos de vacaciones