La bicicleta se ha convertido en un medio de transporte utilizado por un gran número de personas. No solo para el tiempo de ocio y deporte, sino también para los desplazamientos habituales. Por ello, cada vez son más las ciudades españolas que cuentan con opciones de alquiler de bicicletas por minutos (bikesharing).
Este aumento del número de ciclistas en zonas urbanas hace que también crezcan los riesgos e incidentes con los vehículos de cuatro ruedas y el resto de usuarios. Y más cuando los ciclistas dejan la ciudad y circulan por carretera.
Parece que las infraestructuras viales de muchas ciudades no son suficientes o no están adaptadas para la circulación segura de ambas movilidades. No obstante, el problema principal es de convivencia y, por tanto, de formación, educación e información. ¿Qué podemos hacer entre todos?
Los ciclistas son altamente vulnerables
Los ciclistas, debido a su vulnerabilidad, tienen mayor probabilidad de verse implicados en un siniestro vial. También de resultar muertos o heridos como consecuencia del mismo. En el año 2016, tanto en ciudad como en carretera y según la DGT, hubo 67 ciclistas fallecidos y 2.371 usuarios de bicicletas heridos como consecuencia de la siniestralidad vial.
Por eso, desde Circula Seguro queremos dar algunos consejos para compartir el mismo espacio entre conductores de bicicletas y turismos. En definitiva, crear buenos hábitos para evitar incidentes.
Los adelantamientos, factor de riesgo
Al adelantar a los ciclistas hay que dejar como mínimo 1,5 metros de distancia de seguridad lateral. Esto es especialmente importante si circulamos con vehículos de grandes dimensiones. Así evitamos golpes de aire que puedan desestabilizar al ciclista.
Por otro lado, no se debe iniciar o continuar un adelantamiento si se observa que viene un ciclista o grupo de ciclistas en sentido contrario. Se busca evitar las zonas de incertidumbre en el espacio lateral. Por ejemplo, cuando circulamos por ciudad no es extraño que la puerta de un vehículo detenido se abra repentinamente.
Tampoco que un ciclista o un motorista hagan una maniobra para sortear una deficiencia del asfalto. Son muchas las situaciones en las que el espacio lateral de un conductor puede ser invadido, implicando un claro riesgo de colisión.
Este verano, cuidemos las zonas de ocio
Es importante tener presente que en las épocas de clima benigno, y sobre todo los fines de semana, es más probable encontrarse con ciclistas en las vías interurbanas. El buen tiempo anima a disfrutar al aire libre, y por tanto aumenta la movilidad ciclista.
Lo mismo ocurre en urbanizaciones y calles relativamente aisladas, como las zonas de ocio. Es muy probable que irrumpan ciclistas en la vía, incluso menores de edad que no han pasado por un examen teórico de conducción.
Si, además, se observa que un ciclista lleva un pasajero, debe aumentarse la precaución. En ese caso la inestabilidad de la bicicleta es mayor, y puede dar lugar a caídas o movimientos bruscos.
Pitar puede causar un accidente
Ojo con las señales acústicas. Si se hacen, hay que realizarlas a distancia. Estas pueden asustar a los ciclistas y hacerles perder el equilibrio. En estos casos hay que pensar que los ciclistas pueden realizar un desplazamiento brusco hacia el interior de la calzada, consiguiendo lo contrario a lo esperado con nuestra señal sonora. El ciclista no necesita que le avises de que vas a adelantar, basta con respetar su espacio.
¿Cómo circulo por glorietas si hay ciclistas?
Cuando un conductor, al acceder a una glorieta, se encuentre con un pelotón de ciclistas, deberá ceder la preferencia a todos ellos. Como si fuesen un único vehículo o un camión de varios remolques. Además, si circulando por la rotonda nos topamos con ciclistas, debemos reducir la velocidad.
Especial cuidado si llueve
Ante situaciones meteorológicas adversas, como lluvia, hay que extremar la precaución. La bicicleta es un vehículo relativamente inestable. El mismo consejo aplica en zonas de mala visibilidad o rutas ciclistas. ¿Y si somos ciclistas?
El Reglamento General de Circulación dice que cuando sea obligatorio el uso del alumbrado los conductores de bicicletas llevarán colocada alguna prenda reflectante que permita a los conductores y demás usuarios distinguirlos a una distancia de 150 metros, si circulan por vía interurbana. Puede salvarnos la vida.
Como ciclista, soy un vehículo
Hemos hablado del especial cuidado que tiene que tener el conductor de un vehículo a motor pero, ¿y como ciclistas? Debemos recordar que las bicicletas deben circular por la calzada y que se rigen por las mismas normas que los vehículos a motor, siempre que no exista un carril habilitado para ciclos.
Si nuestra ruta cruza una acera o un paso para peatones, tendremos que bajarnos de la bici. Es decir, convertirnos en un peatón durante los metros que sean necesarios. Como consejo, llevar un retrovisor en el casco (y casco, claro) es aconsejable aunque no sea obligatorio en muchas ciudades.
Tener en cuenta cuestas y alcances
Como conductores, hemos de tener en cuenta el esfuerzo ciclista en ascensos prolongados. Este puede provocar trayectorias oscilantes, lo que convierte esta situación en especialmente peligrosa. Además, en estrechamientos o puentes, es previsible que el ciclista abandone el arcén e irrumpa en la calzada.
Al circular, debemos generar unos espacios de seguridad alrededor del vehículo que garanticen el suficiente tiempo de reacción en caso de necesidad. Por ejemplo, evitar las colisiones por alcance. Pero, sobre todo, necesitamos respetar al resto de los conductores.
En Circula Seguro | ¿Qué es para la DGT una ruta segura para ciclistas? Hay 46 en España
Imágenes | Steve Rhodes, Revista DGT, Max Bender
Más información | Siniestralidad de los Ciclistas (DGT)