De igual manera que ocurre con los vehículos de cuatro ruedas, analizar y comprender cuáles son los efectos de un accidente sobre una motocicleta y sus ocupantes es vital a la hora de diseña sistemas de seguridad y concienciar sobre una movilidad segura. Los crash test de las motos son relativamente recientes pero ya se han convertido en una parte imprescindible de la investigación de cara a la mejora continua de su seguridad.
Falta de estabilidad, primera causa de los accidentes de moto
Si hay algo que convierte a los vehículos de dos ruedas en un medio más vulnerable sobre el asfalto es precisamente eso: las dos ruedas. Una correcta estabilidad es imprescindible para poder conducir una moto con seguridad, y por ello estas equipan elementos que garanticen el equilibrio tales como los frenos combinados, ABS y el control de estabilidad. Uno de los mayores –y más habituales– riesgos de siniestro sobre una moto es la pérdida de estabilidad, ya sea debido a un golpe previo con una barrera fija o móvil o por problemas en el asfalto que posteriormente se traduzcan en un impacto contra el pavimento.
El peligro de caer es uno de los grandes miedos de los motoristas y, junto a la mayor exposición, es el aspecto diferenciador fundamental entre un accidente de moto y uno de un turismo, cuyo conductor no sufre un golpe directo sobre su propio cuerpo. Desarrollar un buen equilibrio a los mandos es importante para reducir al mínimo el riesgo de caída, aunque ello no sea suficiente para evitar los peligros al 100%.
Someter a todos los receptores de tu cuerpo a esas inestabilidades para obligarles a potenciar el equilibrio en esas condiciones te ayudarán a afinar los mecanismos que te harán mejorarlo. Existen multitud de ejercicios de apoyo sobre una pierna con los brazos extendidos, con peso sobre superficies inestables (como una fiball) e incluso ejercicios de coordinación sobre una bicicleta (más ligera y manejable que la moto).
¿Qué aspectos se analizan en un crash test de moto?
Más allá del tradicional estudio sobre los daños materiales que se producen en las motos en un accidente, CESVIMAP ha querido ir un paso más allá para comprender tanto sus opciones de reparación y sustitución, como la manera de aumentar la seguridad de la circulación. Desde 1992, el Centro de Experimentación y Seguridad Vial de MAPFRE lleva desarrollando sus propios crash test a velocidad controlada, para ofrecer una información práctica de enorme valor sobre el comportamiento de las motos y ciclomotores ante un impacto o deslizamiento.
Obtener un informe detallado de los elementos afectados y de la intensidad de los daños en según qué piezas permiten que el diseño de seguridad de estos vehículos se adapte y conforme según los resultados obtenidos, así como comprender qué reparaciones serán necesarias hacer en el taller tras un siniestro.
Para ello, durante los ensayos se realizan impactos de la superficie delantera de la moto sobre una barrera móvil e indeformable a una velocidad programada de forma que se transmita sobre el vehículo toda la energía del golpe. Pero en la actualidad desde CESVIMAP exploran nuevos sistemas de investigación que incluyan también al conductor, su equipamiento y el obstáculo sobre el que se siniestra la moto (otro vehículo, una pared o un peatón).
Con ello, los nuevos crash test en moto permitirán entender mejor los efectos de un accidente de moto sobre el propio cuerpo del motociclista y sobre sus elementos y equipamiento de seguridad (zona del casco que impacta, rasgado de los guantes, zona de arrastre de la chaqueta, desgaste de la suela de las botas, protecciones del pantalón y espaldera…). Así podrán ponerse a prueba también los niveles de resistencia y durabilidad de los materiales. Por otro lado, podrá observarse cómo evoluciona un impacto en función de si es contra otro vehículo o contra un peatón en función de la masa del conjunto.
Un estudio de seguridad global que puede aplicarse en bicicletas
Sin lugar a dudas, la investigación realizada durante un crash test no evita que sigan produciéndose accidentes pero nos ayuda a dar una explicación sobre qué ocurre en ellos y así poder preparar mejor los vehículos y formar mejor a los conductores para reducir el porcentaje de riesgo. Es un camino novedoso y apasionante que requiere de una evolución progresiva que entre a valorar cada variable de forma independiente, para luego poder extrapolar su resultado al conjunto global de motos, sea cual sea su potencia y modelo.
En este sentido, si podemos valorar la intensidad de los daños que se producen en el vehículo, el conductor (cabeza y estructura ósea) y su equipamiento de protección (abrasión en guantes y chaqueta), sería interesante ampliar el campo de estudio a vehículos similares como la bicicleta, conjunto igualmente vulnerable y que puede tener resultados similares a distinta velocidad.
¿Aguarda el futuro en la investigación de la seguridad vial los crash test de bicicletas y e-bikes?
En Circula Seguro | ¿Son los coches más seguros para los hombres que para las mujeres? Los crash tests así lo desvelan
Imágenes | Revista CESVIMAP iStock twilightproductions