5 maniobras de urgencia que deberías saber afrontar al volante sin perder los nervios

Daniel Murias

9 de junio de 2016

Con la llegada del verano, se multiplican los viajes en coche, ya sean cortos o largos. En 2015, la DGT previó 81,5 millones de desplazamientos. Supuso un 4 % más que en 2014. Y este año no será muy diferente de los anteriores, nos gusta conducir en verano.

A pesar de un clima muy clemente, no debemos bajar la guardia, pues seremos más numerosos en la carretera y los peligros también. Y aunque nada sustituya la experiencia adquirida en una escuela de conducción, aplicando estos consejos sabremos reaccionar mejor que la mayoría frente a situaciones imprevistas.

Realizar una frenada de emergencia paso a paso

Frenada emergencia

Ante una frenada de emergencia en un vehículo con ABS deberemos pisar todo lo fuerte que podamos el pedal del freno a la vez que pisamos el pedal del embrague para evitar que se cale el coche, lo que nos dejaría sin servofreno, dirección asistida y demás sistemas importantes. En el caso de que nuestro vehículo equipe un cambio automático nos limitaremos a pisar el freno lo más fuerte posible. Si el pedal de freno vibra, es normal, es que el ABS funciona y deberemos pisar aún mas fuerte.

En el caso de que conduzcamos un vehículo sin ABS, el procedimiento será algo más complicado. En un primer momento haremos lo mismo que en un vehículo con ABS, pisando a fondo el pedal de freno y el del embrague en caso de conducir un coche manual. Es casi inevitable, bloquearemos las ruedas. En ese caso deberemos reducir progresivamente la fuerza sobre el pedal del freno hasta que las ruedas bloqueadas vuelvan a girar a velocidad normal.

Esquivar un obstáculo a alta velocidad de la manera más segura

maniobra de urgencia: evitar obstáculo en carretera

Parece sencillo, pero esquivar un obstáculo a gran velocidad es una de las situaciones más comunes a las que nos enfrentamos en la conducción. Y no siempre lo hacemos bien. Lo más importante es mirar hacia donde quieres ir (la solución) y no hacia el obstáculo (el peligro). De este modo y de forma instintiva que giremos el volante y evitemos el obstáculo en lugar de ponernos de pie sobre el freno e ir recto hacia el obstáculo. Frenar a fondo. Si las ruedas se bloquean, hay que relajar la presión (sin ABS). Si el pedal de freno vibra y hace ruido: seguir frenando. Solo significa que el ABS está funcionando.
Girar el volante hacia el hueco libre en la calzada por donde queremos meter el coche. Con girar el volante entre un cuarto y media vuelta es suficiente para evitar el obstáculo. Tras pasar el obstáculo, volvemos a nuestro carril girando el volante sin movimientos bruscos y mirando a lo lejos por eventuales nuevos obstáculos. Una vez el coche de nuevo estabilizado se puede frenar y detenernos del todo, si fuese preciso.

Qué hacer en caso de que tu coche haga un recto

maniobra de urgencia: recto-subviraje

Llegamos a una curva con una velocidad excesiva (mal), frenamos fuerte y giramos el volante. Sin embargo, el coche sigue recto. ¿Qué tengo que hacer? Aunque vaya en contra de nuestro instinto hay que reducir el ángulo de giro, es decir, girar menos el volante y mirar hacia donde queremos ir al mismo tiempo que aliviamos la presión sobre el freno, dejando de frenar. En este caso, como siempre que se conduce, es muy importante mirar al punto al que queremos ir

Cómo recuperar un derrapaje

Para evitar derrapar es necesario que operemos los controles del coche (volante, acelerador, cambio) de forma suave. La brusquedad en la conducción (frenar fuerte y girar al mismo tiempo, por ejemplo), puede provocar un derrapaje. La solución al derrapaje es lo que se llama el “contravolante“. A veces también se habla de contravolantazo, pero tiene una connotación de brusquedad que no nos gusta. Y es que incluso en esta situación no hay que ser brusco. Rápido sí, pero nunca brusco.

maniobra de urgencia: contravolante

En una curva a izquierdas, por ejemplo, cuando el coche gire más de lo deseado y la trasera nos quiera «adelantar», deberemos girar a la derecha mirando hacia donde queremos ir (para así no girar demasiado, lo cual sería igual de improductivo). La razón de girar el volante hacia el otro lado es que al perder adherencia el coche cambió de rumbo y debemos compensarlo.

Qué hacer en caso de aquaplaning

El aquaplaning ocurre cuando el neumático gira a gran velocidad de tal modo que no puede evacuar toda el agua que entra debajo del neumático. En ese caso, al presión del agua aumenta y levanta el coche de medio milímetro o más. Lógicamente, el neumático pierde contacto con el asfalto y ya no controlamos nada, ni dirección ni frenos.

maniobra de urgencia: aquaplanning
En caso de que ocurra, no frenes ni gires el volante. Hay que levantar el pie del acelerador para que el coche pierda velocidad y las ruedas vuelvan a estar en contacto con el asfalto. Si frenas, las ruedas volverán a estar en contacto con el asfalto paradas (al no haber fricción, las ruedas se han detenido). Del mismo modo, si giras el volante, al volver a tener adherencia, puede que las ruedas ya no miren a la carretera sino a la cuneta o al carril contrario.

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