Tal vez tengas claro que es el mejor momento según tu situación para comprar un coche, pero es probable que tengas infinidad de dudas. Comprar un coche es una importante inversión, seguramente la mayor después de una casa, por lo que debemos estar seguros de que compramos lo que necesitamos, podemos permitirnos y, claro está, un coche que nos guste.
Por ello, debemos tener claros muchos aspectos que vamos a repasar, sobre todo los seis que verás más abajo. Si no estamos del todo seguros en determinados apartados, es fácil dejarse llevar y equivocarse comprando un coche que se salía de nuestro presupuesto o que nos cansará al poco tiempo ya que no es realmente el que nos gusta. Esto supondrá conducirlo a “disgusto” y arrepentirnos durante todo el tiempo que permanezca con nosotros.
Presupuesto
El primer punto que debemos tener claro es el presupuesto, aunque también te aconsejo que el abanico sea relativamente amplio, por ejemplo, de 20.000 a 23.000 euros (o de 12.000 a 14.000). Eso sí, por poder desembolsar 23.000 euros, no significa que si buscamos un coche urbano tengamos que llegar a esa cifra; tenemos que pensar y comparar el dinero que deseamos invertir dependiendo del tipo de coche que tengamos en mente.
Segmento del vehículo
Hoy en día, afortunadamente, existen multitud de segmentos. Coches de todo tipo, con diferentes características; incluso hay sitio para todocaminos deportivos o supuestos todoterrenos compactos para la ciudad. La oferta es mucho mayor que hace unos años, aunque eso nos puede generar aún más dudas sobre qué tipo de coche escoger.
Dependiendo de las circunstancias en que lo vayamos a utilizar, debemos comprar un coche de un tamaño u otro, con unas aptitudes u otras. Si solo lo vamos a destinar para movernos por la ciudad, con adquirir un modelo pequeño de los segmentos A o B, será más que suficiente. Recuerda que menor tamaño es sinónimo de menor consumo y más agilidad. Si por el contrario, realizaremos largos viajes en familia será mejor que compremos un coche grande, donde puede encajar un SUV de tamaño medio-grande, una berlina del segmento E, o una berlina media en carrocería familiar, por ejemplo.
Si necesitamos un coche polivalente que sea ágil por la ciudad, pero que también cumpla nuestras necesidades en algún que otro largo viaje ocasional, el segmento C suele ser el más equilibrado.
El coche te tiene que gustar, por dentro y por fuera
Como decíamos unos párrafos más arriba, equivocarnos en nuestra compra puede suponer que nos arrepintamos de nuestra adquisición desde prácticamente los primeros días de tenerlo hasta el día en que decidamos venderlo o llevarlo al desguace. Por tanto, nuestro consejo es que te tiene que gustar tanto por dentro como por fuera y si tienes que elevar ligeramente tu presupuesto para adquirir el coche que realmente te gusta hazlo, créenos, si la diferencia no es muy grande merece mucho la pena.
Equipamiento y seguridad
Hoy en día prácticamente todos los coches vienen con un equipamiento básico bastante completo comparado con lo que nos ofrecían hace una década en la mayoría de marcas. Sistemas de seguridad activa como el ABS o el ESP son de serie, al igual que los airbags frontales en materia de seguridad pasiva. Sin embargo, no son las únicas medidas de seguridad hoy en día disponibles. Muchos son los turismos que ofrecen sistemas como frenada automática en ciudad en caso de detectar un posible choque por alcance o sensor de ángulo muerto, entre muchos otros.
Sistemas de este tipo pueden salvarnos de un accidente o de atropellar a alguien, con lo cual, con que solo nos salven de una situación comprometida ya están más que amortizados. No debería importarnos invertir unos euros más en nuestro coche para mejorar nuestra seguridad, la de nuestros acompañantes y la del resto de usuarios.
En cuanto al resto de equipamiento destinado a otras funciones que no sean las de seguridad, no está demás echar un vistazo a posibles sistemas que nos ayuden en el día a día como los sensores de aparcamiento, el control de velocidad de crucero, el navegador, la conexión bluetooth, etc. Aunque esto ya es un poco más cuestión de gustos y preferencias. Eso sí, si tu coche es urbano y nunca saldrás de tu ciudad con él, esa ciudad que te conocemos como la palma de tu mano, no seas cafre y no solicites el navegador integrado.
Tipos de motorizaciones
Una vez ya tenemos claro cual es el modelo que queremos comprar surge otra importante duda. ¿Qué motorización elijo? La mayoría de vehículos ofrecen mecánicas diésel y gasolina con distintas cifras de potencia, habiendo también en algunos casos versiones híbridas y/o eléctricas. Una vez más, todo depende del uso que le vayamos a dar, pero también debemos tener en cuenta el número de kilómetros que recorremos con él.
De esta manera, tenemos que saber que si todos nuestros recorridos van a ser relativamente breves y casi nunca saldremos de la ciudad, deberíamos al menos echar un vistazo a los vehículos eléctricos. Si por el contrario, realizaremos muchos kilómetros al año, pero en la mayoría del tiempo estaremos en vías urbanas y circunvalaciones, es probable que nos interese un modelo híbrido, ya que es en estas condiciones es cuando más se aprovechan sus características.
Si somos más tradicionales y tenemos miedo a las mecánicas alternativas, siempre tendremos la opción de los motores térmicos de gasolina y diésel. Hoy en día el funcionamiento de ambos tipos es muy parecido, con unos motores diésel de funcionamiento suave y propulsores de gasolina que empujan con energía desde bajas revoluciones. Como norma general, se recomienda decantarse por mecánicas de gasolina cuando realicemos menos de 20.000 kilómetros al año y por versiones diésel cuando habitualmente superemos esa cifra.
Gama de potencia
Este un apartado que en ocasiones puede ser difícil de elegir. Y es que lo normal es que cuantos más caballos tengamos bajo el pie derecho, más ágiles seremos entre el tráfico y menos tiempo tardaremos en realizar adelantamientos. Sin embargo, debemos tener en cuenta si nuestro coche es de gran tamaño y pesado, si habitualmente circularemos con varias personas y el maletero hasta arriba y por qué tipo de vías nos moveremos habitualmente.
Por tanto, no es razonable comprar un coche de 180 cv para callejear por la ciudad, ni un todocamino de gran tamaño y 90 cv para viajar con la familia y tirar de una caravana. Lo lógico es buscar un punto intermedio, es decir, en un coche urbano con 75 cv tendremos suficiente, 120 para un compacto y 150 o más para una berlina de grandes dimensiones o un tococamino de gran tamaño. Por supuesto, esto es algo orientativo, y si buscas un modelo divertido es posible que las cifras de potencia citadas se te queden algo cortas.
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