Estábamos criticando el otro día la subvención de neumáticos para ahorrar carburante y ha sido un importante fabricante de neumáticos, Michelin para más señas, quien ha puesto la nota sensata en todo este asunto: basta con llevar los neumáticos a una presión correcta para ahorrar el mismo carburante que pretende el Gobierno pagando neumáticos nuevos.
Según Michelin, hacia el 40% de los españoles circulan con una presión de inflado insuficiente en los neumáticos de sus vehículos, cifrándose el déficit en aproximadamente 0,5 bar menos de lo necesario. Y este problema afecta al consumo de carburante… pero no sólo a eso.
Con una presión de inflado inferior a lo marcado por el fabricante, el neumático se aplasta y se calienta más fácilmente, de manera que su desgaste se acentuará, acortando la vida útil de la goma y por tanto derrochando dinero. Además, un neumático inflado a una presión insuficiente da problemas a la hora de dirigir el vehículo, especialmente sobre terreno mojado, y llegando al extremo un neumático inflado a una presión insuficiente puede llegar a desllantarse, esto es, a salirse de la llanta y reventar.
Por poner un ejemplo, consideramos un coche cuyos neumáticos tienen como presión de inflado ideal 2 bar. En esas condiciones, su distancia de frenado para pasar de 90 km/h a 70 km/h es de unos 40 metros. Si a ese mismo vehículo lo dejamos sin aire, es decir, si dejamos que sus neumáticos pierdan aire hasta quedarse en 1 bar, esa distancia se irá hasta 45 metros. Y si es sobre mojado… el riesgo de aquaplanning será mucho mayor.
Vamos con otro caso. Ese mismo vehículo, con 2 bar de presión en sus neumáticos, traza una curva a 100 km/h sin despeinarse. Si la presión de los neumáticos baja hasta 1 bar, la velocidad para trazar esa misma curva quedará en 87 km/h con el consiguiente riesgo de que el neumático reviente.
Y acabamos con eso que preocupa estos días al Ministerio de Industria: el consumo de carburante. Un neumático con un déficit de 1 bar de presión de inflado presenta una resistencia a la rodadura mayor de lo que sería normal, lo que puede suponer un incremento de por lo menos un 6% en el consumo de gasolina o gasóleo.
Para evitar todo esto, es imprescindible que le demos a la presión del neumático la importancia que merece. Como mínimo una vez al mes, y siempre antes de un viaje, hay que comprobar la presión con la ayuda de un manómetro de confianza, y ojo, que no todos los manómetros lo son. Es necesario que la medición se haga con los neumáticos fríos, es decir, sin haber rodado más de cuatro kilómetros a velocidad moderada o tras haber descansado dos horitas. De lo contrario, habría que incrementar la presión de inflado en unos 0,3 bar por lo general.
La presión de inflado correcta será la que nos marque el fabricante del vehículo en el libro de instrucciones, en la tapa de la guantera, en el marco de la puerta o en la tapa de llenado del carburante. Creo que no me dejo ningún resquicio donde consultar los datos, dependiendo del vehículo. Si por lo que sea no damos con los datos, en algunas estaciones de servicio hay tablas de inflado, o también nos pueden echar una mano en un taller especializado.
Habitualmente el fabricante nos da dos valores para el inflado, dependiendo de si llevamos el vehículo prácticamente vacío o a plena carga, lo que se equipara también a rodar a altas velocidades. Es muy importante no olvidar ajustar la presión de la rueda de repuesto a la más alta de las presiones indicadas por el fabricante, no vaya a ser que pinchemos en mitad de la carretera y tengamos que inflar la rueda a soplidos, lo que nos puede dejar un mal sabor de boca y un enorme mareo además de una amarga sensación de impotencia.
Y ya que estamos agachados, no nos cuesta nada observar el estado de los neumáticos. ¿Presentan cortes, grietas o bollos extraños? ¿Tienen el dibujo más gastado que el volante de un auto de choque? Si es así, casi que vayamos pensando en sustituir esos neumáticos por otros nuevos. Total, ahora mismo tenemos al ministro Sebastián de nuestra parte. ¿Qué más se puede pedir?
En Circula Seguro | Y ahora… ¡neumáticos nuevos para todos, que invito yo!