En función de la prisa que tengas para estrenar coche, de tu presupuesto o de si les das más o menos importancia al tipo de acabado, color o equipamiento de tu futuro automóvil, te resultará útil saber que a la hora comprar un vehículo tienes tres opciones: comprar un coche bajo pedido, de stock o de kilómetro cero. Te contamos las características de estas tres modalidades para que puedas acercarte al concesionario con los conceptos bien claros.
Comprar un coche bajo pedido
Se podría decir que esta fórmula es comprar un “coche a la carta”. Este vehículo se fabrica expresamente para un determinado comprador, que ha elegido una versión, motor, color y equipamiento opcional que hacen esta unidad un poco especial. Desde que se le asigna un número de bastidor, ese coche ya es para ese cliente en concreto. Normalmente, comprar un coche así implica tener que esperar un poco de tiempo, del orden de dos o tres meses habitualmente, hasta que se entrega el vehículo. En los últimos tiempos, el tiempo de espera se ha disparado considerablemente coincidiendo con los problemas de escasez de microchips, un componente cada vez más usual en los nuevos coches digitalizados y conectados. La mayor parte de las fábricas están sufriendo parones o reducciones de la producción que retrasan los pedidos pendientes.
Comprar un coche de stock
Este tipo de coches representan una parte muy importante del negocio de venta de coches nuevos. Un coche de stock es un coche nuevo que no ha sido matriculado ni ha sido usado por nadie. Estos coches surgen porque las marcas y los concesionarios hacen pedidos a las fábricas de automóviles atendiendo a las configuraciones y especificaciones que más demandan los clientes, es decir, estos coches llevan un tipo de equipamiento estándar. De esta manera, los concesionarios se aseguran una disponibilidad de unidades para los clientes, que esperan a ser adquiridos en los depósitos o campas de almacenamiento o en el propio aparcamiento del concesionario. Por tanto, el cliente que escoja entre los coches de stock tendrá que adaptarse a la configuración que tengan los vehículos disponibles en ese momento, no pudiendo elegir entre otras características, los colores, otras líneas de acabado ni otras muchas opciones. La ventaja respecto a un coche que se compra bajo pedido es que suele disfrutar de ofertas o descuentos y que su entrega se realiza, más o menos, en una semana.
Comprar un coche de kilómetro cero
Se llama así a los vehículos que ya han sido matriculados, bien a nombre del concesionario -a fin de cumplir con los cupos mínimos de venta a los que se comprometen- o bien por la propia marca. De esta manera, para el cliente que lo adquiere solo hay que hacer un cambio de titular, es decir, una transferencia de este. Los concesionarios suelen tener prisa por “quitarse de encima” este tipo de unidades y, por ello, suelen contar con ofertas y descuentos muy importantes; además, su entrega al nuevo comprador se realiza generalmente en pocos días. Ten en cuenta que estos vehículos pueden pasar mucho tiempo en el concesionario parados esperando un comprador y pueden tener matrículas menos recientes. Esto se puede traducir en que el tiempo de la garantía del coche puede verse reducido: es decir, si el coche está matriculado 3 meses en el concesionario, son 3 meses menos de garantía, aunque los concesionarios en muchas ocasiones realizan una extensión de garantía para poder vender el vehículo y compensar al cliente. Si optas por este tipo de vehículo verifica muy bien esta última cuestión.