Todas las razones por las que un neumático de invierno marca la diferencia

Esteban Viso

5 de marzo de 2014

Hace unas semanas que se presentó el nuevo Michelin Alpin 5, un neumático de invierno de la «saga» Alpin que incluye un buen número de mejoras en prestaciones con respecto a su predecesor. Estoy seguro de que habéis leído ya algún reportaje interesante sobre el Michelin Alpin 5 a fondo, así que yo voy a abordar otros aspectos: las razones por las que un neumático así marca la diferencia.
Para eso voy a hablar en primera persona, que es la persona que escribe y que no había tenido la oportunidad de comprobar las diferencias, en cuanto a sensaciones al volante, entre un neumático «de verano» y un neumático «de invierno». Pero antes vamos a ver un mito bastante recurrente en España: que no nieva tanto, y por tanto el neumático de invierno no está para nada justificado. Ese argumento, así por sí mismo, es falso.

El neumático de invierno actual es polivalente

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La frase anterior es un mito porque no es necesario que nieve para que el neumático de invierno esté justificado. Os lo puedo asegurar porque precisamente fui a Sierra Nevada para probar las diferencias entre un neumático de verano y uno de invierno, y no nevó. Pero las diferencias estaban ahí, bien presentes y evidentes.
El neumático de invierno evoluciona hacia un neumático polivalente en cualquier terreno en un ambiente con temperaturas medias bajas. Habéis oído muchas veces que el neumático de invierno funciona mejor que el de verano con temperaturas por debajo de 7 grados, pero no es cierto que funcionen mal por encima de 7ºC: si ponemos en una balanza neumático de invierno vs neumático de verano, a medida que sube la temperatura la balanza se inclina hacia «verano», y a la inversa, si bajamos se inclina hacia «invierno», pero es algo gradual.
Hay cierta lógica en pensar que el neumático de invierno funciona genial en nieve y sobre hielo, porque efectivamente, en esas condiciones no hay color. Experimentar tracción sobre nieve (sin cadenas, claro) es algo muy difícil de explicar, porque instintivamente piensas: «esto no va a agarrar». Incluso sobre nieve desparramada ad hoc para la prueba se notó cómo con un neumático de verano estábamos totalmente vendidos, mientras que con el de invierno podíamos aplicar acelerador, giro de volante,…
ALPIN 5
El caso es que el neumático de invierno va mejor en terreno húmedo y frío que cualquier neumático de verano. Los materiales con los que está fabricado se adaptan mejor a las superficies frías y húmedas, y lo que sería perfecto es que ahora pudieseis «amasar» una bola de goma de un neumático de invierno y una de verano tras salir de la nevera. Pero como no podemos proporcionaros eso, tendréis que fiaros de lo que os cuento: la de invierno sigue «manejable», la de verano es una piedra. Y con eso circulamos en invierno a 3 grados.
Os dejo con una nota sobre el número de días con temperaturas inferiores a 0ºC en la Península, sacada directamente del atlas de la AEMET:

El número de días al año con temperatura mínima inferior o igual a 0 ºC presenta valores más altos, superior a 100 días, en las regiones del interior norte de la Península Ibérica, sobre todo en las provincias españolas de León, Palencia, Lleida, Ávila, Soria, Guadalajara y Teruel, así como en el área de los Pirineos.

Si nos vamos a número de días con temperaturas medias inferiores a 7 grados, creo que no es difícil inferir que será un número de días igual o mayor que el de días a 0ºC, pero será cierto en más provincias. Como bola extra en forma de pregunta, este invierno presente, ¿es o no es un invierno crudo?