Los nuevos sistemas de infoentretenimiento siguen siendo motivo de siniestralidad

Jaime Ramos

9 de noviembre de 2017

 

Uno de los pilares fundamentales en la seguridad a bordo de un automóvil es, precisamente, el propio automóvil. La industria de la automoción avanza a un ritmo vertiginoso y dentro de sus objetivos, se encuentra el de aumentar la seguridad y reducir los accidentes. Sin embargo, no todo avance tecnológico es positivo para la seguridad. Este es el caso de algunos sistemas de infoentretenimiento.

La integración de las funcionalidades de los smartphones en los vehículos es un hecho. Ya no es necesario que utilicemos un terminal, porque los nuevos modelos traen sistemas que los sustituyen. Y es que, mientras el uso del móvil está totalmente prohibido mientras conducimos, usar los sistemas que integra el vehículo no lo es. Esto no quiere decir que su utilización al volante no deje de ser peligrosa.

La Asociación Automovilística Estadounidense (AAA si tomamos sus siglas del inglés original) ha querido ir más allá en este asunto. Para tratar de identificar el impacto de los sistemas de infoentretenimiento de última generación ha realizado un estudio analizando 30 nuevos modelos en el mercado de Estados Unidos.

Una atención que no nos podemos permitir

De esta manera, la AAA encargó el trabajo a la Universidad de Utah. El objetivo con esos 30 nuevos coches de estreno era determinar la demanda visual y cognitiva de sus sistemas de infoentretenimiento. Para esto, se contó con un grupo de estudio que sacó el máximo partido a estos sistemas mientras conducían, utilizando la pantalla táctil o comandos de voz para diferentes funciones como realizar una llamada, activar la radio, el navegador o activar la radio. Además, dentro de los parámetros que se valoraron estaba el tiempo que requiere completar una actividad relacionada con estos.

Los resultados han sido desalentadores en términos de Seguridad Vial. Ninguno de los sistemas mostró una baja demanda de atención a los usuarios. Todo lo contrario: hasta 23 sistemas de infoentretenimiento requieren de sus usuarios una elevada o muy elevada atención, divididos del siguiente modo:

  • 12 sistemas requirieron una atención muy elevada.
  • 11 sistemas requirieron una atención elevada.
  • 7 sistemas requirieron una atención moderada.

El navegador, la aplicación más peligrosa

Riesgo de sistemas de infoentretenimiento

El estudio arroja además un titular muy representativo. Programar el navegador a través de estos nuevos sistemas debería ser, en teoría, más sencillo que hacerlo con otras tecnologías como la del GPS. Esta presunción no es del todo cierta. Y es que esta tarea robó a los sujetos del estudio una media de 40 segundos en los modelos en los que se permitía esta opción.

La queja de la AAA al respecto está más que justificada:

Las nuevas y actuales prestaciones que implican hacer una llamada o cambiar la emisora de radio son más complicadas porque requieren que los conductores naveguen a través de menús complejos utilizando pantallas táctiles o comandos de voz en lugar de pulsar botones.

Muchos de los últimos sistemas permiten a los conductores realizar tareas que no tienen que ver con la conducción en sí, como navegar por Internet, utilizar las Redes Sociales o enviar mensajes de texto, algo que no tiene sentido que se haga tras el volante.

Uso responsable de los nuevos sistemas de infoentretenimiento

Como hemos apuntado, es cuanto menos una contradicción que la tecnología permita que conduzcamos un vehículo de forma más segura y, al mismo tiempo, nos tiente con prestaciones que aumentan el riesgo.

Como ha venido ocurriendo con el teléfono móvil y, más adelante, con otros tipos de dispositivos que acaban en el habitáculo del vehículo, recae sobre nosotros hacer un uso responsable de los nuevos sistemas de infoentretenimiento.

No podemos olvidar que las distracciones al volante son motivo, según datos de la Dirección General de Tráfico, de casi un tercio de los accidentes de circulación. El uso de las nuevas prestaciones está completamente reñido con el desarrollo de una atención permanente durante nuestra conducción. Esta implica, no solo evitar la distracciones que nos hacen apartar la vista de la vía, sino también eludir aquellas que hacen que la atención sobre la conducción disminuya.

Para el caso de los sistemas de infoentretenimiento, dependiendo de cada vehículo y el tipo de prestación, hemos de cuidarnos de aprovecharlos cuando no aumenten el riesgo, como por ejemplo, cuando nos encontremos con el vehículo estacionado.

Imágenes | AAA e iStock/ChamilleWhite