Sistemas de frenado automático, ¿ante qué frenan, y ante qué no?

Ibanez

4 de febrero de 2014

Los sistemas de frenado automático, o también llamados sistemas de frenada de emergecia autónoma, son sistemas electrónicos de asistencia al conductor y de seguridad de los que os hablamos en el glosario de seguridad del vehículo, y allí podéis recordar sus detalles.

Estos sistemas vienen a ser un primer paso hacia la conducción autónoma que parece que llegará allá por el año 2020 a 2025. El frenado automático demuestra ser eficaz y útil, sobre todo para evitar un accidente por alcance en ciudad o en un atasco de tráfico, cuando el conductor se ha distraído. Pero incluso cuando el conductor no se distrae, hay que tener presente que los conductores normalmente no siempre estamos preparados para reaccionar ante situaciones extremas, ni todos los conductores saben frenar bien, de hecho muchos conductores no frenan todo lo fuerte que el coche permite.

Ford Cámara y Lidar en parabrisas

Nuestro coche ve y frena, aunque nosotros no lo hagamos

En pocas palabras y de manera muy sencilla: con un sistema de frenado automático el coche «tiene ojos» y es capaz de ver los vehículos que hay delante y puede llegar a frenar por sí solo si el conductor no lo hace, intentando evitar el choque.

Hay ciertas variantes sobre este sistema dependiendo del fabricante, algunos solo funcionan en ciudad, a velocidades bajas, hasta 30, o algunos incluso hasta 50 km/h, y otros funcionan también en carretera, siendo capaces de frenar hasta velocidades de 210 km/h, aunque sin poder garantizar el detener el coche antes del alcance, pero al menos sí reducir la velocidad todo lo posible.

Para que el coche, o mejor dicho el sistema, sea capaz de ver los vehículos que van por delante, y así reaccionar en consecuencia, lo más habitual es que se utilice una cámara, una radar o un lidar como «ojo» para que el coche vea qué hay delante y cuánta distancia hay.
Antena Radar Volvo frenado automático
Normalmente la cámara no permite ver a grandes distancias, y se suele emplear en los sistemas que funcionan solo en ciudad, con un alcance de unos diez o quince metros como mucho. Para mayores distancias se emplea el radar o el lidar. En esencia estos dos son equivalentes, el primero mide distancias con los vehículos mediante la emisión de ondas de radio que rebotan en los otros vehículos, y el lidar lo hace mediante láser.

El procesador integrado del sistema es el que se encarga de reconocer que la distancia que hay con el vehículo por delante es peligrosa y que hay riesgo de alcance o choque, y primero advierte al conductor, y si este no actúa, entonces frena el coche por sí solo intentando detenerlo.
Si el conductor reacciona a la advertencia del sistema, que suele ser visual y acústica, pero a veces también con un pequeño tirón a los frenos, y empieza a frenar, el sistema sigue analizando si la fuerza del frenado es suficiente para detener el coche, de acuerdo a la distancia que hay con el vehículo que va delante y a la velocidad que llevaba nuestro coche. Si entiende que el conductor no frena con la suficiente fuerza, el propio sistema hace todavía más fuerza sobre los frenos.

Organismos como Euro NCAP, que evalúa la seguridad de los coches nuevos, han reconocido la valía de estos sistemas, y también los someten a pruebas. Hay que destacar que según estas pruebas no todos los sistemas son igual de eficaces. Y de hecho hasta la Unión Europea está estudiando la posibilidad de hacer este sistema obligatorio dentro de unos años.
FIAT-CBC

Limitaciones del sistema

Desafortunadamente no hay nada infalible ni perfecto, y al menos por el momento, con el nivel al que ha llegado la tecnología, los sistemas de frenado automático no son capaces de frenar ante cualquier cosa. No olvidemos que, cualquier coche, monte todos los sistemas de ayuda y seguridad que monte, sigue siendo manejado por el conductor, que es el que tiene toda la responsabilidad, y es el que debe estar siempre atento y alerta.
Primero, los sistemas basados en cámara pueden llegar a deslumbrarse en situaciones extremas, como cuando incida mucho sol directamente, por ejemplo al atardecer, y cause un reflejo sobre el parabrisas. Es decir, pueden pasar unos segundos en los que el sistema se quede inhábil. Los sistemas basados en radar pueden tener algún problema si se acumula barro o nieve sobre la parrilla, en la zona donde van colocados. Es cuestión de limpiar la zona para evitarlo.

En principio todos los sistemas de frenado automático detectan coches, furgonetas, autobuses y camiones que nos precedan, y en caso de que sea necesario, reaccionan y frenan.

En cambio las motos son un tema un poco más delicado, a veces podrán frenar y otras veces no, pues no siempre las detectan correctamente, sobre todo si están muy cerca y no van centradas en el carril (digamos que pueden quedar fuera del ángulo de emisión de las ondas del radar). Para las distancias cortas los sistemas de cámara no suelen tener este problema.

En general, la mayoría de los sistemas que se estaban montando hasta ahora no detectan ni bicicletas, ni peatones, ni animales. En particular esto es así en los que utilizan radar. Esto ya se está corrigiendo, y este mismo año algunos modelos, de varios fabricantes, y normalmente equipados con cámara, empezarán a montar sistemas que sí los reconocen.
E-Klasse (W212) 2008
Con respecto a obstáculos fijos, como farolas, vallas o guardarraíles, estos sistemas no están preparados para reconocerlos ni reaccionar ante ellos.
Y tampoco todos los sistemas son capaces de frenar ante otro vehículo que se cruza por delante de nosotros, en una trayectoria perpendicular.
Hay que decir que se puede combinar la cámara con el radar, e incluso con el lidar, para aumentar la fiabilidad y capacidad del sistema de reconocimiento.

Yo he probado ya varios sistemas de este tipo, en particular en circuito con condiciones controladas y toda seguridad, y debo decir que son totalmente recomendables, sobre todo porque empiezan a tener precios muy razonables. En algunos modelos vienen de serie, y en los que no vienen de serie estamos hablando, en según qué marcas, de precios alrededor de los 300 a 500 euros.

Para saber exactamente qué elementos reconoce el sistema de frenado automático del coche que nos interese comprar, y saber ante qué otros vehículos o usuarios de la vía frenará si es preciso, no queda otra que preguntar directamente al fabricante (pidiendo la información al vendedor del coche, por ejemplo).

Vídeo | Euro NCAP – Volkswagen (YouTube)
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