Sesenta años de “crash test dummies” (1)

Morrillu

31 de agosto de 2010

Ya han pasado sesenta años desde que se utilizaron por primera vez en pruebas de choque de automóviles los famosos crash test dummies. Desde entonces, la mejora en la seguridad de los vehículos se la debemos prácticamente a ellos, que con su empeño una y otra vez han sufrido en los plásticos propios los rigores de los accidentes.

También hoy se cumplen 141 años de la primera víctima de accidente de circulación, atropellada en 1869 por un vehículo propulsado por vapor, 17 años antes de la aparición del motor de combustión interna. A medida que pasaron los años, los investigadores y las Universidades comenzaron a intentar mejorar la seguridad y se encontraron con el hándicap de tener que realizar pruebas reales con vehículos, pero no encontraron voluntarios vivos y tuvieron que recurrir a, efectivamente, los cadáveres.

A estos hombres y mujeres anónimos que cedieron su cuerpo para la investigación les debemos los primeros avances en Seguridad Vial. El problema es que sólo podían utilizarse una vez y en los años 40 y 50, la moralidad de esta práctica estaba en duda, por lo que hubo que dar una nueva vuelta de tuerca.

Así radicalizaron su modus operandi empleando a voluntarios como el Coronel de la USAF John Paul Stapp. A este hombre lo lanzaban a 677 km/h para luego detenerlo en escasamente 1,4 segundos. También aprovecharon la cercanía física entre humanos y cerdos (en algunos casos, mucho más cerca de lo que parece), para experimentar con ellos y ampliar sus conocimientos.

Pero de nuevo se encontraron con problemas. Por un lado, las pruebas con voluntarios eran extremadamente peligrosas y por otro, las protectoras de animales se echaron encima de las Universidades para pedir el cese de estas actividades.

No quedaba más remedio que empezar a utilizar sujetos artificiales de características lo más aproximadas a los humanos. Sierra Sam, un maniquí desarrollado para probar la eyección de asientos de aviones pareció una buena solución aunque su mayor peso y corpulencia obligó a buscar algo más humano, naciendo los primeros dummies específicos para pruebas en coches.

Vía | Autoevolution
Foto | Danieldecuesta