Entre la gama de dispositivos antirradar que nos encontramos en el mercado existen tres tipos. Todos ellos son de venta legal pero con la salvedad de que el uso de dos de ellos es ilegal. Entre los legales. los avisadores. Estos dispositivos no son más que un GPS en el que se han cargado una base de datos con los puntos kilométricos en los que puede haber un radar. La información de estos puntos está en una base de datos pública por lo que cualquiera puede tener acceso a ella.
En el otro lado de la ley, están los detectores de radar. Dispositivos que detectan las señales emitidas por los radares móviles avisando al conductor de su presencia. Su coste puede ir desde los 350 a los 1500 euros en función de su potencia. Los hay que barren un terreno de 200 metros hasta los más potentes que pueden detectar la presencia de un radar a dos kilómetros de distancia, incluyendo a aquellos radares con los que nos cruzamos cuando circulamos sentido contrario.
Para que la información sea más completa estos se complementan con un sistema de avisadores con lo que casi pueden informarnos de la presencia de todo radar que se encuentre en la carretera. Por último, existen los inhibidores. Estos funcionana con los rádares de láser y que apenas están implantados en nuestro pais.
Por su parte y tratando de luchar contra estos sistemas, los radares móviles utilizados por la Guardia Civil emiten un haz de ondas que choca con el vehículo midiendo de esa forma la velocidad del mismo. Si la lectura provoca un error, existe la posibilidad de que el coche lleve un sistema antirradar por lo que se procede a la inspección del coche. Estos sistemas pueden estar colocados desde debajo del capot hasta en los parachoques o en los pilotos. Lo más camuflados posible para que los agentes sean incapaces de detectarlos.
Pese a todo ello su uso está en alza. En lo que va de año, 1700 conductores han sido multados por utilizar tecnología antirradar ilegal, casi un 60% más que durante el año pasado. A pesar de que la multa por el uso de estos dispositivos asciende a 600 euros, para muchos es mejor pagarla que ser sancionado con la perdida de puntos o con penas mayores. Hecha la ley, hecha la trampa. En Circula Seguro ya abrimos el debate ¿Es necesario perseguir a los detectores de radar? o por el contrario ¿sería conveniente que utilizaran los radares en puntos donde realmente hace falta que la gente pise un poco el freno?.