Los remolques son una excelente opción para ampliar la capacidad de almacenaje de tu coche o de tu moto, pero es importante informarse acerca de sus características, requerimientos y de cómo afectan a la dinámica de la conducción.
Para empezar, y en el ámbito de los remolques para coches, existen dos tipos: ligeros y pesados. Los ligeros son aquéllos cuya masa máxima autorizada es inferior o igual a 750 kilogramos. No requieren permiso de circulación ni matrícula propia, aunque sí deben lucir la del vehículo tractor; tampoco necesitan un seguro independiente. Por encima de ese peso ya hablamos de remolques pesados: para usarlos sí se requiere un permiso de circulación propio para el remolque, así como matrícula específica y un seguro obligatorio al margen del seguro del vehículo tractor (estaríamos hablando, por ejemplo, de las caravanas).
Reforma de importancia
Para poder “engancharlos” necesitarás una bola de remolque. Su instalación es sencilla, pero se trata de una denominada “reforma de importancia” y, como tal, debe reflejarse de forma conveniente en la ficha técnica. Importante que sea un accesorio homologado para no tener problemas. En cuanto a la ITV de los remolques, los ligeros no están obligados a pasarla, pero sí es necesario que estén presentes cuando el coche al que están unidos se presenta para pasar la ITV. Los remolques pesados tendrán que pasar su propia ITV, cumpliendo con los plazos establecidos e independiente de cuándo la pase el vehículo al que están enganchados.
Es muy importante que tengas en cuenta la velocidad máxima a la que puedes conducir con un remolque. En autopistas y autovías es de 90km/h, en carreteras convencionales es de 80 y en ciudad, con carácter general, de 50 km/h. Muchas personas circulan a la misma velocidad que si no lo llevaran, lo que supone un riesgo importante tanto para su seguridad como para la de los demás. Recuerda que llevar un remolque altera mucho la dinámica del vehículo y que no es lo mismo que llevar el maletero muy cargado, como suelen pensar muchas personas.
Distancia de frenado
Respecto a la velocidad, tienes que tener en cuenta que la distancia de frenado aumenta entre un 15% y un 20% por la carga extra. Por tanto, cuando lleves remolque guarda una mayor distancia de seguridad. Conviene tener especial cuidado cuando soplen ráfagas de viento pues, si en general son peligrosas, su efecto se incrementa al llevar un remolque. Por ejemplo, adelantar a un camión con viento lateral puede causar un desvío en la trayectoria, ya que el turismo puede estar a cubierto del viento debido al camión, pero el remolque no.
Otra cuestión muy importante es que la marcha atrás funciona al contrario que en un vehículo sin remolque, por lo que es recomendable practicar el movimiento en algún lugar sin tráfico antes de circular por la vía pública. Además, la carga debe quedar a unos diez o veinte centímetros por delante del eje de las ruedas, para conseguir la máxima estabilidad posible en éste. Cuidado también con las curvas cerradas: conviene abrir el giro al máximo posible y vigilar la presión de los neumáticos por la transferencia de la masa.
Remolques para motos
Aunque los remolques para motos aún no son muy populares, cada vez se ven más en las carreteras. Hay que tener en cuenta que, si en un coche ya transforman la conducción, en una moto su efecto es aún más pronunciado y el comportamiento dinámico de la moto se verá seriamente afectado.
Los remolques pequeños y de una sola rueda pueden girar e inclinarse al mismo tiempo que la moto y facilitan el trazado de las curvas. Son pequeños y de capacidad limitada, pero más cómodos de llevar. Los de dos ruedas o incluso los de cuatro no tienen esa capacidad de inclinación, por lo que su manejo es más delicado. Un exceso de velocidad puede provocar una pérdida de aplomo y estabilidad en los dos tipos de remolques.
La norma permite que motocicletas, vehículos de tres ruedas, y bicicletas puedan arrastrar un remolque o semirremolque, siempre que no superen el 50 por ciento de la masa en vacío del vehículo tractor, pero establece tres condiciones: que la circulación sea de día y en condiciones que no disminuyan la visibilidad; que la velocidad a la que se circule en estas condiciones quede reducida en un 10 por ciento respecto a las velocidades genéricas establecidas para estos vehículos y que, en ningún caso, se transporten personas en el vehículo remolcado.