Reciclaje de vehículos: Qué parte de nuestro coche se recicla cuando lo damos de baja

Jose Ramon Martinez Fondon

30 de noviembre de 2020

Cada año, alrededor de 27 millones de automóviles en todo el mundo son retirados para su desguace. Según la DGT, solo en España se achatarraron 879.446 turismos en 2019. Se trata de una cantidad ingente de residuos (se estiman que más de 25 millones de toneladas al año) que hace mucho nos hubiese enterrado sino fuese por el reciclaje de vehículos. De hecho, el coche es el producto de consumo más reciclado del mundo, jugando así un papel fundamental en la sostenibilidad global.

Una industria del reciclaje de vehículos en auge

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 Este artículo nos ofrece algunas cifras (como las de arriba) que nos ayudan a entender la magnitud de la industria del reciclaje, mal llamada “industria de la chatarra”. Un sector que se compone además de pequeñas empresas en un 75%, lo que supone un gran dinamizador para las economías locales. Y sin embargo, las cifras de su aportación a la economía circular abruman.

El mayor ejemplo lo tenemos en los materiales ferrosos (principalmente hierro y acero), que constituyen el 65% del peso total del vehículo. Las empresas de reciclaje aportan a la industria del acero el 37% del total de su material prima, más de 14 millones de toneladas al año de material procedente de automóviles retirados. Se estima que ello supone un ahorro del 74% de la energía destinada en la fabricación del metal, y aproximadamente unos 85 millones de barriles de petróleo.

Por supuesto, los metales ferrosos no son los únicos residuos que se recuperan de un automóvil retirado. Ya sabemos que los neumáticos son utilizados para infinidad de destinos, desde la fabricación de sandalias hasta la producción de asfalto. El vidrio de lunas y ventanas se destina a la producción de encimeras y baldosas e incluso bisutería y joyas. El aluminio (que puede llegar a suponer el 50% del valor de los residuos) vuelve a la fabricación de otros coches. E incluso las baterías de plomo-ácido, que contienen sustancias potencialmente tóxicas, pueden reciclarse en un 99%.

Cómo se recicla un automóvil

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El reciclaje de un automóvil no es sencillo, pues como sabemos se compone de muchos elementos y materiales distintos. Por eso se realiza un complejo proceso que trata de aprovechar al máximo los materiales aprovechables y hacer el proceso lo más sostenible posible. Se estima que entre el 80 y el 90% de un vehículo se recicla y se reincorpora a la economía, quedando el resto no aprovechable para su retirada en vertedero.

Inspección del vehículo: El coche retirado se inspecciona y revisa para determinar si puede ser reparado o si debe ser definitivamente dado de baja.

Desmontaje de piezas: Se retiran los elementos de valor que aún tiene el vehículo: desde retrovisores hasta piezas del motor o componentes electrónicos. Estos elementos se venderán directamente de segunda mano o para reparar otros componentes.

Drenaje de líquidos: Igualmente se drenan y eliminan los diferentes gases y líquidos que sirvieron para el funcionamiento del coche: aceites, lubricantes, anticongelantes. Algunos se filtran y se reutilizan, como el aceite o el gas, mientras que los más peligrosos se eliminan de forma segura.

Separación de materiales: Una vez que el resto del coche se deja para chatarra, se retiran los distintos materiales para su reciclaje: vidrio, plásticos, fibras… Cuando solo queda el metal de la carrocería y el chasis, se tritura y comprime todo en planchas o cubos de metal para su posterior reciclajes en los hornos de acero.

Legislación y normativa del reciclaje de vehículos

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A pesar de que el negocio del reciclaje de vehículos ha demostrado ser de gran valor económico y medioambiental, las instituciones de todo el mundo han tenido que regularlo para garantizar que el proceso se realiza con las máximas garantías de sostenibilidad. En España nos regimos por la normativa de la Unión Europea, que aprobó en el año 2000 su primera Directiva (conocida como Directiva ELV o End-of-Life Vehicles) sobre el impacto ambiental de los vehículos al final de su vida. Dicha Directiva entró en vigor en 2002 y se implantó en nuestro país en 2004.

Sin embargo, aunque la normativa ha sido actualizada en 2017, con nuevas obligaciones para los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos a partir de 2021, ha demostrado ser insuficiente en algunos casos. En 2018 la Comisión Europea publicó su estudio de evaluación de la Directiva, en la cual se demostraba que cada año desaparecen de 3 a 4 millones de vehículos en la UE sin que se conozca su paradero. 

Otros países, como Estados Unidos, en vez de legislar ha querido impulsar con subsidios el reciclaje de automóviles. Para ello se han fomentado el achatarramiento de los vehículos más antiguos con ayudas para la compra de nuevas unidades. Los más críticos han denunciado que el impacto ambiental generado por la fabricación de esos nuevos vehículos, no compensan el ahorro que supone el reciclaje de los retirados.

Sector y sociedad implicados en el reciclaje de vehículos

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Aunque hemos visto que el reciclaje de automóviles es fundamental para la sostenibilidad de la industria a largo plazo, los expertos aseguran que se trata solo de una única fase de la Economía Circular a la que aspira la Unión Europea. Este ciclo, de tener una primera fase, comenzaría por la eco-concepción del vehículo, y continuaría con otras tantas que terminan por implicar a todos los actores del sector y de la industria del automóvil.

Por ejemplo, los fabricantes han terminado por asumir su responsabilidad e involucrarse en el proceso. Según nos cuenta MAPFRE, muchos de estos automakers se esfuerzan por diseñar modelos que cuenten no solo con materiales reciclados de anteriores vehículos, sino que a su vez puedan ser reciclados con más facilidad al final de su vida. Este eco-diseño también abarca aspectos como reducir el peso para disminuir el consumo de combustible, utilizar materiales biodegradables o, por supuesto, utilizar sistemas de propulsión no contaminantes.

Siguiendo el ciclo de vida del automóvil, la responsabilidad también llegaría hasta nosotros. Como propietarios y conductores, estamos obligados a hacer un uso eficiente y responsable de nuestros vehículos. Ello implica un comportamiento más seguro al volante, un mantenimiento adecuado que alargue la vida útil, o una postura adecuada a la hora de retirar definitivamente el coche.

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Como vemos, el reciclaje de los vehículos supone solo un eslabón de la cadena. Pero uno muy importante, sin el cual la cadena permanecería rota de forma insostenible. El sector del reciclaje debe enfrentarse a nuevos retos y oportunidades, derivados de la evolución que está viviendo el propio sector de la automoción. El crecimiento de la venta online de repuestos, la robotización de las plantas de extracción, o la reutilización de las baterías del coche eléctrico, son solo algunos ejemplos.

Imágenes | iStock: hroe, ChiccoDodiFC, basar17, Omar Osman, Roberto, gorodenkoff.