No es la primera vez que hablamos de los circuitos en Circula Seguro. Lo hicimos cuando nos preguntamos si un curso de conducción deportiva nos podría venir bien para mejorar nuestra seguridad vial, y también hablamos de los cursos de conducción segura para motoristas. Sin ceñirnos a los circuitos recordamos también nuestros artículos sobre cursos de perfeccionamiento, o a veces de conducción eficiente. Hoy vamos a hablar de las tandas en circuito, y qué debemos tener en cuenta para que todo sea seguro.
Tandas en circuito, ¿qué son?
En casi todos los circuitos de nuestro país es posible acceder con nuestro coche a rodar, al menos en algún momento del año, y cada vez se organizan más trackdays o, en cristiano, días de puertas abiertas en los que, inscripción mediante, podemos entrar con nuestro coche de uso diario y practicar la conducción en circuito. La utilidad o no de esto es una cosa personal, y mi opinión es que vale la pena probar una vez en la vida qué es eso de conducir en un circuito. Claro que todo depende de lo cuidadosos que seamos y de la facilidad para afrontar una posible reparación/cambio de ruedas que tengamos.
Hemos de pensar que en el circuito vamos a someter al coche a mucho más estrés que en la conducción normal. Y eso, sin apretar al límite. El chasis, las suspensiones, el motor y los neumáticos van a rendir al máximo, y si no tenemos el coche bien a punto, podremos tener avería. Así que el punto número uno a tener en cuenta al meternos en circuito es que debemos ir con el coche impecable en cuanto a mantenimiento. Y ojo, los neumáticos, de nuevo, los vas a desgastar de lo lindo porque el asfalto del circuito es más abrasivo que el de la carretera, y agarra mucho más en seco y en mojado.
Huelga decir que lo más habitual es que las tandas en circuito se hagan con un coche propio, pero que no sea el de uso habitual, nuestro utilitario. Otra modalidad de «tandas» son esos paquetes de regalo que se pueden hacer, que consisten en dar unas pocas vueltas a los mandos de un deportivo.
Consejos para el buen conductor en circuito
- Sé humilde: la consola no te ha enseñado nada, y has de empezar suave, suave.
- Aprende a trazar las curvas, aquí no hay carriles que valgan, y tienes toda la pista para ti. Tampoco habrá nadie que circule en sentido contrario (pero te puedes encontrar un obstáculo).
- Aprende la importancia de ver lejos, lo más lejos que puedas. Lo que pasa a escasos metros por delante de ti es irrelevante con respecto a lo que pasa 200 metros más adelante.
- Sigue las normas del circuito a rajatabla. Aprende qué significan las banderas que se pueden ondear, qué significan y cómo ceder el paso a los que van más rápido que tú (piensa que será la mayoría, y te irá bien).
- Deja siempre un margen de seguridad. Si te preocupa saber qué margen es, es sencillo: siéntete siempre seguro, y por eso, siempre empieza de menos a más.
- Vigila siempre los retrovisores. Siempre significa cada pocos segundos, porque nunca sabes quién puede estar tras de ti de improviso, ni sabes por dónde «te va a salir».
- Utiliza tu buen juicio, tu sentido común y todo aquello de lo que puedas echar mano para evitar cualquier incidente con otros conductores.
- La última vuelta dedícala a enfriar neumáticos, turbo (si tiene el coche) y líquidos. Cuando entres en boxes procura dejar el coche encendido unos minutos para que todo vuelva a sus temperaturas de reposo.
Y lo principal de todo esto: para qué te sirve salir a un circuito? Para conocer tu coche mejor, para darte cuenta de que en realidad no sabes conducir tan bien como crees, para aprender lo que es el límite de adherencia de un neumático, para saber hasta qué punto puedes llegar a frenar con contundencia y darte cuenta de que hay aún más presión que poner sobre el pedal… Lo más importante será si te das cuenta de que conducir rápido no significa hacerlo en línea recta, pisando el acelerador, sino que la clave está en las curvas y las frenadas. Si alguna vez piensas en ser un «quemado» al volante, primero pasa por el circuito. Luego, ya me contarás.
Foto | David Villarreal Fernández