¿Qué son las lunas o cristales del vehículo?

Josep Camós

23 de agosto de 2012

Uno de los elementos imprescindibles para la seguridad activa y pasiva del vehículo son las llamadas lunas, o cristales que aíslan a los ocupantes del exterior. A un nivel de seguridad activa, las lunas evitan que elementos como el viento, el agua, un insecto o la proyección de gravilla nos afecten de forma negativa a la conducción. Sin embargo, resulta mucho más interesante el comportamiento de las lunas como elementos de seguridad pasiva.

Su papel en este sentido es doble. De un lado, el parabrisas y la luneta forman parte de la estructura del habitáculo, de forma que las lunas colaboran al evitar aplastamientos en un vuelco. Del otro, la composición de los cristales es en sí un factor de seguridad pasiva, de manera que al romperse ocasionen los menores daños posibles a los ocupantes del vehículo.

A estos efectos, es interesante recordar la diferencia entre los dos tipos de cristal que monta un vehículo en sus lunas: el vidrio templado y el vidrio laminado. Aunque para comprender la importancia de estos elementos tenemos que remontarnos a los primeros años del automóvil, cuando enseguida se ve claro que un cristal puede proteger, en un sentido de primitiva seguridad activa, a los ocupantes.

Los primeros parabrisas estaban formados por dos cuerpos enmarcados que, en caso de acumular suciedad, se abatían para dejar ver. Aquellas lunas estaban fabricadas en vidrio plano, como el de una ventana normal y corriente. Como elemento de seguridad activa, bueno… más o menos cumplía, aunque a menudo hicieran falta igualmente unas gafas de protección para conducir con seguridad.

Sin embargo, pronto los fabricantes de automóviles comprendieron que en caso de colisión aquellos cristales eran todo un peligro. En la mayoría de las colisiones, los cristales se quebraban y mandaban una lluvia de fragmentos punzantes hacia el interior del habitáculo. Y en los choques frontales, sin un cinturón que los retuviera, los ocupantes salían despedidos hacia adelante y atravesaban el cristal.

De hecho, en aquellos tiempos muchas personas temían viajar en automóvil por esta circunstancia.

Vidrio templado y vidrio laminado

La solución implementada fue dual y aún hoy conviven ambas. Para dar con un vidrio resistente y seguro, se recurrió a un fenómeno descrito por primera vez por un curioso personaje del siglo XVII, un noble militar aficionado a la ciencia, nacido en Praga, hijo de Isabel Estuardo y Federico V del Palatinado, que descubrió el vidrio templado. Su nombre: Príncipe Ruperto del Rin.

Vidrio templadoHacia 1660, el sobrino del rey Carlos I de Inglaterra encontró que enfriando en agua una gota de vidrio fundido esta adquiría una mayor dureza… aunque tenía un punto débil en la parte más apuntada. Investigando este fenómeno, ya en el siglo XX el austriaco Rudolph Seiden patentaría el vidrio templado, mucho más resistente que el vidrio plano y más seguro en caso de rotura.

Hoy, el vidrio templado se fabrica en hornos, donde el vidrio se calienta gradualmente hasta una temperatura de entre 575 y 635 ºC para luego enfriarlo rápidamente con aire. De esta forma, mientras la superficie del vidrio se expone a tensiones de compresión, en el interior queda sometido a tensiones de tracción. Así se logra modificar su estructura haciéndolo entre cuatro y cinco veces más resistente a los golpes que un vidrio plano y aumentando su resistencia al choque térmico de 60 ºC a 240 ºC.

Las ventanillas y la luneta de los vehículos actuales montan normalmente vidrio templado, que en caso de colisión se rompe en añicos poco afilados. Sin embargo, este tipo de vidrio presenta un problema en los parabrisas, que al romperse por ejemplo por el golpe de una piedra dejan inutilizado el campo de visión, además de los posibles riesgos para la cara de los ocupantes.

La invención del vidrio laminado supuso una revolución para la seguridad de los ocupantes del vehículo. Compuesto hoy en día por láminas alternas de vidrio y materiales plásticos como el butiral de polivinilo o el etil-vinil-acetato, el vidrio laminado se descubrió casi por azar en un laboratorio de Francia mientras en Reino Unido también se investigaban las posibilidades de combinar materiales para hacer el cristal resistente a los impactos.

En 1903, la caída de un frasco que contenía nitrocelulosa llamó la atención del científico Edouard Benedictus cuando observó que el vidrio no se rompía, y eso lo llevó a crear su primer cristal doble con una capa de celulosa interpuesta. Por su parte, John C. Wood había desarrollado su propio método para combinar vidrio y celuloide, que comercializó con la marca Triplex. No sería hasta 1926 que se comenzaría a aplicar al mundo del automóvil, cuando Ford equipó sus coches con vidrios Triplex.

Además de ser extraordinariamente resistente a los impactos, la característica definitiva que hace del vidrio laminado un elemento de seguridad pasiva es que al romperse no se hace añicos, sino que queda agrietado o cuarteado, de manera que difícilmente puede proyectarse hacia los ocupantes. Desde 1983, es obligatorio que los vehículos monten vidrio laminado en el parabrisas, mientras que el vidrio templado se destina al resto de las lunas.

Diccionario de sistemas de seguridad del automóvil

Lunas

También denominado:

Cristales, parabrisas, luneta, ventanilla, vidrio templado, vidrio laminado

Relacionado con:

Limpiaparabrisas

Inventor / Año (vidrio templado, vidrio laminado):

Ruperto del Rin – Rudolph Seiden / 1660 – 1930

 

Edouard Benedictus – John C. Wood / 1903

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Foto | Belron
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