¿Qué moto me compro? (VIII)

Morrillu

5 de agosto de 2009

Ya casi estamos al final de nuestro especial, en el que semana a semana estamos repasando cuáles son los tipos de motos que nos encontramos en el mercado y sus principales ventajas e inconvenientes. Si recordáis, el capítulo IV lo dedicamos a los modelos deportivos, pero poco a poco ha ido surgiendo un segmento de motos derivadas de éstas que cada vez tienen más aceptación entre el público. Hablamos por supuesto de las Streetfighters.

Estos modelos surgieron más o menos a mediados de los años 90 en Francia y Alemania. También es cierto que podíamos incluir a los ingleses años atrás, cuando surgió el movimiento denominado Cafe-Racer. En cualquier caso, el planteamiento es sencillo: a partir de motos deportivas, se les elimina el carenado y los semimanillares, cambiado éstos por manillares altos tipo motocross, con el fin de tener un mayor control sobre la moto.

Aprilia Tuono

Estas primeras transformaciones eran cien por cien caseras, y las realizaba el propio usuario con accesorios de la industria auxiliar. Poco a poco las marcas se dieron cuenta que comenzaba a existir demanda para este mercado y empezaron a comercializar las primeras motos de este tipo, pero manteniendo inalterada la filosofía que las define como motos derivadas de deportivas puras.

Visualmente destacan por si solas gracias a su estética muy agresiva. Normalmente poseen un pequeño carenado superior para proteger mínimamente al conductor, o incluso las más radicales únicamente carenan lateralmente el faro.

Al igual que los modelos deportivos, poseen motores de dos, tres o cuatro cilindros y siempre de potencias elevadas, por encima prácticamente en todos los casos de la barrera de los 100 caballos. Aun con semejante potencia, su ancho manillar y postura erguida te permite mantener un control mucho más eficaz de la moto y son bastantes fáciles de conducir. Eso sí, si le buscas las cosquillas tienes que recordar de donde derivan.

KTM 990 Superduke R

Son motos pensadas para carreteras sinuosas, con muchas curvas. Aquí su agilidad hace que sean muy divertidas de conducir. Normalmente están pensadas para uno solo, aunque ocasionalmente pueden ser usadas a dúo. Lo que no están pensadas es para viajar con ellas, pues ni por diseño ni por concepto aceptan bien las maletas.

Su mínima protección aerodinámica ocasionan fatiga a ritmos altos, incrementado por su posición erguida sobre el asiento que nos hace apostar una postura parecida a una vela. A poco que nos acerquemos a velocidades cercanas a los 120km/h, nos veremos obligados a adelantar el cuerpo y agachar la cabeza buscando la mínima protección aerodinámica.

En cuanto a componentes y piezas, suelen montar lo mejor que hay en el mercado. Suspensiones, neumáticos y frenos siempre están a la última, por lo que el precio de compra y de mantenimiento suele ser igual de elevado que en las deportivas. Y como en estas, también nos permiten incursiones en el circuito para divertirnos y explorar sus límites.

Espero que hoy Oberon esté casi contento. Ya empiezo a rondar el tipo de moto que le gusta.

Fotos | Arpem
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