Qué medicamentos y fármacos son más peligrosos para conducir

Editor Temporal

19 de agosto de 2020

Ya hemos hablado en Circula Seguro sobre el peligro de automedicarse y ponerse al volante. Por supuesto, los efectos son diferentes dependiendo del medicamento, la dosis administrada y el metabolismo de cada uno. Pero muchos de ellos cuentan con efectos secundarios como la somnolencia, la visión borrosa  o la falta de atención, que pueden resultar fatales al volante. Debido a ello, en España desde 2007 estos medicamentos “peligrosos” a la hora de conducir incluyen en su envase una etiqueta roja en forma triangular y con un símbolo de automóvil.

A pesar de estas y otras advertencias, el 17% de los conductores reconocemos ponernos habernos puesto al volante estando en tratamiento farmacológico. Y se estima que en el 26% de esos casos, los fármacos contenían advertencias sobre el efecto de su uso en la conducción. Por este motivo la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con Fundación MAPFRE, ha puesto en marcha un proyecto de información y concienciación para los conductores.

Con el nombre de “Diseño, elaboración y difusión de una campaña de concienciación ciudadana sobre fármacos que afectan a la conducción de vehículos“, este proyecto docente trata de poner el foco de atención sobre estas sustancias. El proyecto ha finalizado recientemente y pronto conoceremos todo el material divulgativo. Mientras tanto, repasamos brevemente cuáles son estos “peligrosos” medicamentos.

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Antimigrañosos

  • Medicamentos más comunes: Sumatriptán, Zolmitriptán, Amitriptilina.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, mareos, debilidad, dificultad en la visión.

Según la Fundación Migraña y Fundación MAPFRE, entre el 10% y el 12% de la población sufre migrañas. Se trata de una dolencia de muy diversas causas y que ya de por sí supone un riesgo para la conducción. A la hora de medicarnos con antimigrañosos contamos con dos agravantes: Por un lado, que creemos que se tratan de medicamentos “poco potentes”, y podemos llegar a abusar de ellos. Por el otro, que en muchos casos se nos prescriben tratamientos a largo plazo, por lo que tendemos a relajar nuestras precauciones con su consumo.

Antihistamínicos

  • Medicamentos más comunes: Difenhidramina, Dimenhidrinato, Clorfeniramin.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, capacidad de reacción reducida, falta de coordinación de movimientos.

Las alergias son un conjunto de reacciones muy diversas, con síntomas muy diferentes pero que en algunos casos pueden incluso afectar a nuestra conducción. Por eso, los antihistamínicos también son un grupo de fármacos muy amplio, que abarcan estrategias muy diferentes para combatir los síntomas. Aunque las generaciones de antihistamínicos más recientes han reducido mucho los efectos secundarios, algunos todavía pueden resultar totalmente contraindicados para su uso durante la conducción. En este artículo lo explicamos más en profundidad, pero lo mejor como siempre,es consultar con nuestro médico.

Antidepresivos

  • Medicamentos más comunes: Imipramina, Amitriptilina, Trazodona.
  • Efectos secundarios más habituales: nerviosismo, ansiedad, somnolencia, alteración de la coordinación, visión borrosa, convulsiones, temblores, taquicardias, pérdida de reflejos…

La depresión es una dolencia seria y de importancia, motivo por el que se suelen prescribir tratamientos prolongados en el tiempo. Es cierto que, como ocurre con los antihistamínicos, los antidepresivos han mejorado mucho en los últimos años, y que muchos de sus efectos secundarios suelen atenuarse pasados unas semanas. Sin embargo, esto puede generar una falsa sensación de confianza aún cuando su consumo entraña riesgos, hasta el punto de que puede prohibirse la conducción en determinados tratamientos.

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Analgésicos opioides

  • Medicamentos más comunes: Codeína, Morfina, Oxicodona, Tramadol, Fentanilo.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, sedación, disminución de la capacidad de concentración y de reacción, mareo.

Los analgésicos del tipo opioides están indicados frecuentemente para combatir el dolor derivado de lesiones y enfermedades. Son tan efectivos en este cometido, que realmente pueden provocarnos adicción y llevarnos a su consumo indiscriminado fuera de la supervisión médica. Una actitud realmente temeraria si además nos ponemos al volante tras haberlos consumidos, a la luz de sus efectos secundarios. Una bomba de relojería si además lo combinamos con alcohol y otros medicamentos.

Ansiolíticos hipnóticos

  • Medicamentos más comunes: Alprazolam, Lorazepam, Zolpidem, Buspirona.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, disminución de la atención, pérdida de los reflejos y de la percepción de las distancias.

Fundación MAPFRE nos advierte del gran peligro oculto que entrañan estos medicamentos. Muchos conductores con problemas de sueño los toman para descansar bien durante la noche y estar más frescos durante el día. Sin embargo, los efectos sedantes de los ansiolíticos se prolongan durante varias horas y afectan de manera residual incluso al día siguiente. No en vano, son el tipo de fármaco más relacionados con los accidentes de tráfico.

Antiepilépticos

  • Medicamentos más comunes: Gabapentina, Carbamazepina, Pregabalina, Topiramato, Zonisamida.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, mareos, visión borrosa, fatiga, sensación de debilidad.

La epilepsia no es una enfermedad poco común (400.00 personas la padecen en España, y casa año se diagnostican 20.000 casos nuevos), y sufrir sus síntomas estando al volante puede entrañar un gran peligro. Por suerte, Fundación MAPFRE estima que el 70% de los que la padecen disfrutan de una vida plena gracias al uso de antiepilépticos. Estos medicamentos, sin embargo, pueden presentar de por sí efectos secundarios que los contraindican para conducir.

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Antiparkinsonianos

  • Medicamentos más comunes: Levodopa, Carbidopa, Entacapona, Selegilina.
  • Efectos secundarios más habituales: somnolencia, episodios repentinos de sueño, espasmos, visión borrosa, confusión.

A pesar de que la Enfermedad de Parkinson actualmente no tiene cura y constituye la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, los avances médicos han conseguido reducir y ralentizar sus síntomas. Además de los tratamientos quirúrgicos y rehabilitadores, un gran espectro de fármacos han demostrado una gran efectividad, del 80% en algunos casos. Sin embargo, algunos de ellos son ciertamente potentes, y otros aún son realmente recientes, por lo que se aconseja dejar de conducir una vez iniciado el tratamiento.

Plantas medicinales

  • Medicamentos más comunes: Valeriana, Melisa, Pasiflora.
  • Efectos secundarios más habituales: sedación, somnolencia, disminución de la capacidad de reacción.

Las plantas medicinales como las arriba citadas, son viejas conocidas que acostumbramos a consumir en nuestra día a día. Muchas de ellas realmente presentan beneficios moderados para nuestra salud, sin presentar toxicidad en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, los efectos secundarios, aunque leves, existen, y pueden multiplicarse si lo combinamos con alcohol y otras sustancias. El gran peligro que tienen estas plantas es, precisamente, la falsa sensación de inocuidad que nos genera.

Imágenes | Unsplash: Dmitry Bayer | Instagram: Farmaconcienciados (Fac. Farmacia – UCM)