Reconozco que este es uno de mis miedos más comunes estos tiempos, sobre todo desde que llevo a diario a mi hija en su sillita reglamentaria. La primavera es muy bonita y nos ofrece nuevos colores a la vista, pero también hace que avispas y abejas proliferen en sus quehaceres, llegando en algunos casos a ser realmente molestas. La probabilidad de que, circulando con las ventanillas bajas, entre una avispa o una abeja en nuestro coche, es baja. Es decir, casi seguro que no entra nada en nuestro coche, pero ¿y si consigue entrar?
Posiblemente sea más sencillo que un insecto entre en nuestro coche si circulamos por una carretera secundaria, que por la ciudad, pero sea como sea, lo primero que debemos saber es que el «bicho» estará «nervioso». Posiblemente no le guste mucho el topetazo contra alguna parte del coche que se va a llevar, y pueda ponerse en modo defensivo. Pero sin duda, ese es el menor de nuestros problemas, porque el peligro real cuando entra una avispa en el coche somos nosotros.
Nervios fuera, ¿serás capaz?
Lo normal es que el primer consejo si te entra una avispa, o cualquier insecto que pica, en el habitáculo, sea «mantén la calma». Eso es muy fácil de decir si no les tienes pavor a las avispas. Puede ser tu caso. Puede que en la calle o en el campo, o la piscina, te hagas el valiente porque, al fin y al cabo, estás al aire libre y pueden irse o picotear a otra persona, pero en el coche tienes muchas papeletas de que te toque a ti, o a un acompañante.
Efectivamente, el mejor consejo es mantenerse tranquilo, pero si sabes que no vas a poder quedarte tranquilo, para. Detén el coche y abre las ventanillas, las puertas y haz que salga del habitáculo. Si llevas pasajeros, lógicamente que salgan ellos también, y si levas algún bebé o niño pequeño, que sea tu prioridad. Si estamos en carretera, procuremos que todo el mundo esté seguro antes de proceder a hacer nada más, y esto significa que, al menos, hayamos salido de la vía para detener el coche.
Abrir las ventanillas si vamos por carretera, para que el bicho salga, no es que sea la mejor de las ideas. El insecto probablemente preferirá quedarse dentro antes de enfrentarse a la «turbulencia» que entra por la ventanilla. Es mejor bajar la velocidad y, entonces, abrir las ventanillas. Eso conlleva el riesgo de que nos podemos distraer, y entonces sí que la hemos hecho buena.
Es bueno revisar bien antes de salir si tenemos algún insecto dentro. No tiene por qué ser avispa o abeja, una mosca nos puede distraer, y una polilla, por ejemplo, nos distraerá aparte de levantarnos el vello (al menos a un servidor, a quien le dan absoluta grima). Sea como sea, métete bien en la cabeza que lo mejor que puedes hacer, es detener el coche, no queremos héroes.
Foto | edans