Curiosa pregunta, y clara respuesta para cualquiera con algo de sentido común… y no seré yo quien dude de vosotros, nuestra audiencia. Si alguien plantea así la pregunta, está claro que siempre es lo segundo, enviar un SMS mientras conducimos, lo más peligroso. No voy, tampoco, a entrar a la batalla eterna de si es necesario hacer estudios ultra exhaustivos para contarle a las personas que hacer otra cosa que no sea conducir mientras vamos al volante, es peligroso.
Lo que no me termina de cuadrar exactamente es la necesidad de comparar algo muy malo con algo peor. Es decir, si yo digo que es peligroso tragarse un sable escribir un SMS es peligroso que duplicar la tasa de alcoholemia, ¿qué estoy transmitiendo exactamente? ¿Sabe cualquiera de nosotros cómo es exactamente la sensación de duplicar la tasa de alcoholemia? ¿Se trata tan solo de un mensaje con impacto? Lo que quiero decir es que no acabo de ver el punto de una comparación tan peregrina: creo que es peligroso escribir un SMS al volante, y nunca he conducido con el doble de la tasa de alcoholemia.
El terreno de los estudios es muy resbaladizo. Los hay muy buenos y muy trabajados, con datos que son objetivos o que no pretenden rizar el rizo, sino dar información que luego se puede interpretar. En este caso, no entiendo el objeto de comparar churras con merinas, más que el posible efecto escandalizador que puede tener en la población (beber y conducir está mal, sobrepasar la tasa de alcoholemia es peor, y doblar la tasa es todavía muchísimo peor).
En el estudio que os comento (enlace a la noticia al final) se coteja “el nivel de concentración de alcohol en sangre con los efectos del uso de teléfono móvil”. Es decir, se supone que lo que se intenta es tener una medida del nivel de pérdida de concentración y reflejos y ver qué nivel de alcohol en sangre, o bien qué exigencia de uso del teléfono móvil producen ese mismo efecto. Y para mi esto sigue siendo mezclar churras con merinas.
Puede ser culpa de quien redacta la noticia, no lo niego, porque primero se compara escribir un SMS mientras se conduce, luego pasa la cosa a ser una llamada de teléfono utilizando el manos libres, y luego una conversación “exigente”. Sea como sea, no creo que sea esta la manera de medir cosas tan importantes, y en segundo lugar (de forma personal y sin pretender hablar en nombre de Circula Seguro), no me creo que tenga el mismo nivel de peligrosidad hablar utilizando el manos libres (manos en el volante, vista al frente) que teclear un SMS (una mano en el smartphone, la vista entre la carretera y la pantalla, y la mente tratando de burlar al corrector ortográfico con una mano sola). Me parece una exposición débil, sesgada y con un único fin: dar un titular.
Mientras conduces, conduce ¡y punto!
Es así de sencillo. No hace falta gastar dinero (perdón de nuevo por mi simpleza o por lo cortas que puedan ser mis miras en este asunto) en estudios que demuestren que un kilo de algodón pesa lo mismo que un kilo de plomo. Conducir es conducir, hacer más cosas mientras estamos al volante implica (lógicamente) quitar porciones de concentración a la tarea más importante, guiar el coche y llegar a destino.
Normalmente tenemos tan interiorizada la conducción que podemos mantener conversaciones triviales, escuchar la radio (y contestar al locutor, por qué no), disfrutar del paisaje. Sin embargo, una discusión, una llamada de teléfono, una discusión por teléfono, leer un SMS, escribir un SMS… son tareas que quitan porciones cada vez mayores de concentración a la tarea de conducir. El alcohol también lo hace, pero no me parece muy adecuado comparar una intoxicación (en menor o mayor grado según la tasa) con una distracción de otro tipo.
Si os digo que cortar cebolla en juliana con un cuchillo afilado y los ojos tapados es más peligroso que beber media docena de copas, estaremos de acuerdo, ¿verdad? Pues eso mismo pienso de un estudio que compara lo peligroso que es escribir un SMS y la tasa de alcohol equivalente que nos pondría en el mismo peligro al volante: que es una verdad, verdadera y de cajón.
Vía | El Mundo
Fotos | Daniel Morris, MrJasonWeaver