Qué es el líquido refrigerante, para qué sirve y por qué es importante

Editor Temporal

24 de agosto de 2020

Está siendo un verano caluroso y con los viajes de vacaciones en coche, es posible que en algún momento se nos haya sobrecalentado el motor y nos haya saltado el piloto de la temperatura. Aún sin haber tenido este problema, es posible que hayamos tenido la inquietud por el estado de la refrigeración de nuestro vehículo. En este sentido, siempre recomendamos acudir a nuestro taller de confianza. Pero si hay algo que podemos hacer por nuestros propios medios es vigilar el estado del líquido refrigerante. 

Qué es el líquido refrigerante

El líquido refrigerante es uno de los fluidos utilizados en el funcionamiento de nuestro vehículo. Lo podemos reconocer en las tiendas y grandes superficies porque suele tener un color fluorescente muy llamativo (normalmente verde o rosa), y lo podemos adquirir por un precio muy bajo. Por ese motivo, se le suele dar muy poca importancia, aunque su función es vital para que nuestro vehículo funcione correctamente.

El líquido refrigerante está compuesto básicamente de agua destilada y etilenglicol. El agua es la que hace la función de refrigerante, y se usa libre de compuestos (como la cal presente en el agua corriente) que puedan corroer el sistema refrigerante. Por su parte, el etilenglicol es un compuesto químico orgánico cuya función principal es la de anticongelante, aunque tiene otras propiedades. El líquido refrigerante también suele llevar otros aditivos, según cada fabricante, entre ellos los que le dan el color.

Para qué sirve el líquido refrigerante

Como su propio nombre indica, sirve para refrigerar el motor de nuestro vehículo. Como ya vimos en este artículo de Circula Seguro, el proceso de combustión que se produce puede alcanzar altísimas temperaturas, que acabarían por deformar y estropear las piezas del motor y otros elementos. Para ello, nuestro coche cuenta con un sistema refrigeración cuyo objetivo es mantener la temperatura del motor en unos niveles óptimos, aproximadamente entre los 90 y los 92 grados centígrados.

Este sistema puede refrigerar el motor de dos formas:  por aire, con el ventilador del radiador o el propio paso del aire del coche en movimiento, pero sobre todo por refrigeración líquida, con el líquido refrigerante regulando el calor por todo el circuito del sistema.

Cómo se usa el líquido refrigerante

liquido refrigerante

El nivel del líquido refrigerante es una de las cosas básicas que debemos revisar de nuestro vehículo, sobre todo si con el reciente confinamiento lleva mucho tiempo parado. Lo haremos a través de una exploración visual del depósito que se encuentra bajo el capó (podemos reconocer este depósito por el símbolo de temperatura o por el propio color fluorescente del compuesto). El nivel del líquido debe estar entre el mínimo y el máximo marcado en el propio depósito. Pero de no ser así debemos rellenarlo de la siguiente manera:

  1. Consultamos el manual para saber qué líquido refrigerante usa nuestro coche (a menudo también nos lo indican en el depósito) y compramos una garrafa. Nunca debemos mezclar tipos distintos de refrigerante.
  2. Antes de abrir nada, apagamos el motor y nos aseguramos de que está frío. En ese momento podemos proceder al rellenado.
  3. Retiramos la tapa y abrimos el depósito con cuidado para liberar la posible presión existente.
  4. Rellenamos el depósito con el líquido hasta que esté entre los niveles marcados, y cerramos la tapa hasta sentir un clic.

Todos los líquidos refrigerantes acaban perdiendo sus cualidades con el paso del tiempo, por lo que tendremos que sustituirlo periódicamente. Existen varios síntomas que nos indican que debemos hacerlo, principalmente que su color se haya oscurecido o ensuciado. Pero los fabricantes suelen dar unas pautas generales de tiempo transcurrido (en torno a 3 años) o de kilómetros recorridos (no más de 40.000). En este caso, lo más recomendable es acudir a un taller si no tenemos claro cómo realizar la operación.

Qué tipos de refrigerantes existen

liquido refrigerante

Como decimos más arriba, es más que recomendable no mezclar distintos tipos de líquido refrigerante. Por eso es importante tener claro las diferencias que hay y no fiarnos de que tengan el mismo color. El fin último de estos colores tan brillantes es poder detectar rápidamente fugas en el sistema, y los fabricantes no siempre siguen  el mismo criterio a la hora de usar uno u otro color.

Generalmente, los líquidos refrigerantes se dividen en dos clases: orgánicos e inorgánicos. Los primeros son más duraderos, protegen mejor los materiales del sistema y son más ecológicos. Los segundos en cambio cuentan con silicatos y otros aditivos que, además de degradarse más rápidamente, son más dañinos a nuestro motor y al medioambiente. Desde hace poco también podemos encontrar los híbridos que, a pesar de ser inorgánicos, presentan muchas virtudes de los orgánicos.

Los fabricantes generalmente prescriben el uso de refrigerantes orgánicos. Como hemos dicho, es posible que en el depósito venga la marca G11 o superior, que hace referencia a distintas generaciones de refrigerantes orgánicos. Aún teniendo todos ellos composiciones muy similares, es recomendable usar siempre la misma generación.

También debemos tener en cuenta el clima habitual de nuestro lugar de residencia, sobre todo si vamos a tener nuestro coche habitualmente a la intemperie. Podemos encontrar líquido refrigerante con distintas concentraciones de etilenglicol, que como hemos visto es el que realiza la función de anticongelante. Así, podemos encontrar concentraciones de entre un 10% (para temperaturas de hasta -4 grados centígrados) y un 50% (hasta -37 grados).

Cómo influye en el mantenimiento del coche

liquido refrigerante

Como vemos, a la hora de usar usar líquido refrigerante debemos tener en cuenta tanto la calidad del mismo como el tiempo adecuado entre cambio y cambio. Si contamos con un líquido refrigerante de mala calidad, o lo dejamos durante muchos años, puede producirse óxido e impurezas en el sistema. O lo que es peor, el motor puede acabar sobrecalentándose en exceso y causar averías mayores.

En cambio, un buen líquido refrigerante, con un índice de etilenglicol adecuado a nuestro clima, y renovado periódicamente, nos evitará durante muchos años cualquier problema de sobrecalientamiento o congelación en nuestro vehículo. Y aún más, pues el líquido refrigerante actúa como lubricante, limpia y previene la oxidación y la corrosión de los componentes del sistema refrigerante y del motor. Sin duda un gran aliado para el mantenimiento de nuestro vehículo.

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