El 90% de los estímulos que percibe un conductor le llegan *por medio de la vista.* En una situación de tráfico como la que muestra la foto, es básico que nuestra capacidad de *observación* funcione de forma precisa. De cualquier otra manera, *la podemos liar.* Pero para que esta capacidad funcione como una máquina de precisión, los primeros que tienen que funcionar de forma correcta son *nuestros ojos,* no ya a un nivel de organización y estructura de la mirada, que también, sino a un nivel mucho más básico.
*Con los ojos debemos ver bien.* Si no, podemos tener un disgusto a la hora de conducir. Y no me refiero a las miopías, los astigmatismos y las vistas cansadas. Esas son afectaciones muy frecuentes y reconocidas y aceptadas por casi todo el mundo. Hay sin embargo una serie de *alteraciones de la visión* que quienes las sufren de forma puntual a menudo las ningunean, acaso creyendo que la cosa *no es tan grave* o quizá que *ya desaparecerá* el problema por sí solo. Pero eso no tiene por qué ser así. Y, lógicamente, no tiene las mismas *consecuencias* dejar de ver lo que nos rodea cuando estamos mirando la tele que cuando vamos a los mandos de un vehículo.
Quizá a nuestro alrededor conocemos a alguna persona que ha sufrido o sufre alguna de estas afectaciones pero no lo cuenta, ya sea por desconocimiento o por algún tipo de temor. En cualquier caso, *conocer el problema* es el primer paso para darle una solución. Luego, el médico se encargará del resto.
Algunas de estas afectaciones sobrevienen en personas aquejadas de migraña o diabetes, pero también hay casos en los que una persona cualquiera, sin enfermedades crónicas que él conozca, sufre estas alteraciones visuales de forma brusca y puntual. Sin embargo, incluso en estos casos tan inesperados, siempre suele haber tiempo suficiente para algo que resulta imprescindible hacer de inmediato en una situación como esta: *buscar un lugar seguro para detener el vehículo y hacerlo.*
Luego la cosa estaría en *hacerse observar el problema* por el médico, máxime si no se trata de un solo episodio aislado sino que la persona experimenta más alteraciones de la visión. A continuación podemos ver una serie de ejemplos de cómo esa persona puede percibir la realidad, esa misma realidad que veíamos en la foto de inicio del post.
Diplopía horizontal o vertical
Esta afectación de la vista, consistente en ver doble, ya sea en un plano horizontal o vertical, puede darse en el contexto de una *diabetes* por parálisis de los músculos que mueven los ojos, pero también puede ser un indicio de una alteración neurológica grave asociada a un *ictus,* antesala en muchas ocasiones del infarto cerebral. Aunque la alteración visual no es especialmente espectacular, las patologías asociadas pueden ser verdaderamente graves.
Escotomas
Los escotomas son *zonas de ceguera* parcial. Pueden venir provocadas por cualquier afectación aguda de la retina o del nervio óptico. En cualquier caso, si los escotomas coinciden con algún elemento crítico de la escena que observamos, como ocurre en esta imagen, el problema puede ser especialmente grave. ¿Dónde está el semáforo?
Escotoma central
Esta variedad de ceguera parcial es característica de una persona con afectación del nervio óptico, por ejemplo a causa de una *embolia.* La zona central del campo de visión desaparece completamente, como en el caso de los peatones y los semáforos de esta escena que, para el conductor, dejan de existir.
Espectro de fortificación
Característico de algunas variedades de la migraña con aura antes de que aparezca el dolor de cabeza, el espectro es una *franja brillante* que, como la empalizada de una fortificación, rodea la zona ciega del campo de visión. Es frecuente que esta zona ciega, además, vaya expandiéndose. A pesar de que el aura con espectro de fortificación es un fenómeno benigno, conducir en estas condiciones se transforma en un macabro juego de puntería.
Fotopsia
La fotopsia es un fenómeno por el cual la persona ve una serie de *destellos* brillantes. Puede aparecer, por ejemplo, en el contexto de un *glaucoma* agudo. Sucede con la fotopsia algo parecido a lo que sucede con los escotomas. Si los destellos impiden ver con claridad lo que tenemos enfrente, como sucede en este caso con las luces del semáforo, podemos tener un serio problema al circular con nuestro coche.
Hemianopsia
La hemianopsia significa, literalmente, «falta de la mitad de la visión». Cuando hay hemianopsia, los ojos dejan de percibir la mitad del campo visual, de forma que el conductor deja de ver *la mitad de lo que le rodea.* En este caso, el semáforo y la posible señalización vertical dejan de ser percibidos. La hemianopsia también puede apreciarse en un plano vertical, desapareciendo los extremos exteriores, el extremo interior de cada ojo (lo que deja una falta de visión central) o el mismo lado de cada ojo.
Oscurecimento en cortina
Típicamente asociado al *desprendimiento de retina,* el oscurecimiento en forma de cortina impide que el conductor vea la zona lateral del vehículo. En este caso, podría colisionar fácilmente con los vehículos estacionados en el lado derecho o podría atropellar a cualquier peatón que caminase por esa parte de la calzada. El semáforo también desaparece en estas condiciones.
Para eso está el médico
No es la intención de este post desvelar los porqués de estas alteraciones agudas de la visión. Al fin y al cabo *esa es tarea de los facultativos* y debe realizarse donde corresponde, y no en un blog de internet. Pero sí que es cuestión de dar a conocer la existencia de estos problemas porque si un día los descubrimos en nuestras propias carnes o en los ojos de la gente que nos rodea debemos tener presentes dos aspectos fundamentales:
Más vale detener el coche que chocar contra algo o atropellar a alguien.
No deberíamos dejar pasar el asunto, que para eso están los médicos.
Foto original | Túrelio
Adaptación gráfica | Josep Camós
Asesoramiento | Dr. Josep Serra