Probar un coche nuevo

Jaume

25 de septiembre de 2013

En Elegir coche nuevo (tercera parte), yo comenté de pasada que probar un coche nuevo probablemente no era tan importante como hacerlo cuando consideramos la compra de un vehículo usado. No obstante, nuestra querida lectora Elisa respondía que a ella le parecía muy interesante ya que «uno tiene que ir allí dentro, sentirse cómodo… y eso es muy personal».

La verdad es que no tengo nada que objetar a las palabras de Elisa. No obstante, es evidente que en el caso de probar un coche de segunda mano la lista de verificación de cosas a probar es mucho más extensa. No se trata únicamente de sentirse uno rey de su castillo ambulante, que también. Entonces, si decidimos solicitar al concesionario un paseo con el vehículo antes de dar el paso definitivo, ¿qué es lo que podemos llegar a probar?

Las preguntas a responder

Algo que he ido aprendiendo con el tiempo a fuerza de asistir a reuniones poco productivas, que se acaban multiplicando porque se tratan todos los temas necesarios, es que uno siempre debe acudir teniendo muy claras las preguntas a las que quiere obtener respuesta. En definitiva, lo primero que tenemos que saber es para qué vamos a probar un coche nuevo.

En principio, si nos hemos decidido a probar un coche nuevo es porque ya hemos pasado por el grueso del proceso de elección del coche nuevo, y queremos confirmar que la elección que tenemos casi tomada es la correcta. O, quizá, lo hacemos como última criba para decidirnos entre los pocos modelos que quedan sin tachar de nuestra lista.

En este sentido, aunque parezca una perogrullada, las preguntas que deberemos responder en la prueba son aquellas que aún no hemos podido responder. Por ejemplo, no tiene sentido ir a la prueba para conocer qué equipamiento lleva el coche, ya que eso lo habremos podido consultar en nuestra investigación previa.

Ahora bien, los detalles concretos dependerán mucho de los gustos y preferencias del consumidor. Pueden ser detalles tan trascendentales como «¿tengo buena visibilidad?», &laquo¿Los pilares del parabrisas me molestan en las curvas?» o «llego bien a los pedales».

Pero también pueden ser detalles aparentemente nimios, pero que a veces les damos mucha importancia a nivel personal. Por ejemplo, yo personalmente hubiera rechazado un vehículo donde en el mando del alumbrado la única diferencia entre hacer una ráfaga y encender permanentemente las luces de carretera fuera la distancia que recorrías con el mando. Quería un modelo en que la ráfaga se hiciera moviendo la palanca hacia mi, pero la activación normal se lograra empujando el mando hacia adelante.

Es un detalle tonto, obviamente. Pero en mi coche anterior había puesto las largas más de una vez cuando en realidad sólo intentaba hacer una ráfaga. Resulta que paso muy a menudo por un par de travesías donde los vehículos que se intentan incorporar, STOP mediante, difícilmente encuentran hueco si alguien no les concede una medida de gracia. Así que dar un par de ráfagas de cortesía es algo habitual. Y darte cuenta unos kilómetros más adelante que has dejado las luces de carretera encendidas todo ese rato da un poquito de rabia.

Probar un coche nuevo

Mantener el control

Señaladme un concesionario donde probar un coche nuevo consista en recibir las llaves y salir en solitario; y os señalaré un concesionario sin stock. Obviamente, en el viaje de prueba no iremos solos, sino que nos acompañará un comercial.

Si el comercial es bueno en su trabajo, sabrá que su cometido no es tanto dar respuesta a tus preguntas, sino más bien guiarte hacia las preguntas que a él le convienen. En este sentido, según mi humilde opinión, lo mejor es intentar que el comercial nunca sepa realmente cómo pensamos (algo que intento aplicar en todas las situaciones de venta activa). Parte con ventaja, sabe obviamente que tenemos algo de interés, Es como la primera cita: la chica ya ha accedido, así que algo de interés tiene.

Demostrar cualquier tipo de entusiasmo por algo, significa perder parte de nuestro control. Darle una nueva arma que puede arrojar contra nosotros en cualquier momento en que note dudas. Él o ella intentará sacarnos opiniones positivas preguntando con cierta frecuencia. En ese caso, lo mejor es no responder directamente. Usar construcciones como «precisamente es lo que quiero averiguar hoy, si me gusta o no». Responder con evasivas no debe ser tan difícil si hasta los futbolistas lo hacen a diario…

En cualquier caso, durante la prueba, quien debe responder es el coche, no el comercial. Él aplicará su repertorio habitual: cuando note que algo te ha gustado lo ensalzará hasta la desesperación, cuando note que algo no ha sido de tu agrado lo minimizará y te intentará distraer con otros asuntos. Bueno, dejad que lo haga (intentar que se calle es una batalla perdida), pero centraos en lo vuestro.

Un punto importante es la ruta. Obviamente, es importante que sea representativa de por donde uno suele circular. Por lo menos, tanto como sea razonable dentro del poco tiempo disponible. En ese caso, me parece importante que quede patente lo que queremos hacer antes de empezar la prueba. Más que nada, para evitar la desagradable situación de estar en plena carretera y discutir por donde seguir. En esta negociación previa, siempre tenemos la gran arma del comprador: «oye, yo necesito probarlo en estas condiciones; si no es posible, probaré en otra parte».

En definitiva, está claro que al probar un coche nuevo no tenemos que cerciorarnos del estado real del vehículo. Es más, a no ser que cojamos algún vehículo de stock o de km.0, la unidad que probaremos ni siquiera será la misma que aparcaremos bajo nuestra casa si nos decidimos por ese modelo. Se trata de escuchar todo aquello que sólo nos puede explicar el propio coche.

Sobre todo, como decía Elisa, de sentir que ese es tu sitio. Porque, en definitiva, la enorme comodidad de sentir que uno conduce su media naranja mecánica es algo esencial en la seguridad vial. Estar a gusto quizá no te va a salvar de un accidente. Pero sin lugar a dudas, estar a disgusto sí puede provocar uno.

En Circula seguro | Elegir coche nuevo (1): Lo imprescindible
Fotos | Landrovermena, Ronald Lewis