¿Por qué los semáforos tienen esos colores?

Esteban Viso

21 de marzo de 2015

El semáforo es un poste que señaliza a los conductores si pueden pasar, o no, por el carril en el que está situado. Es, además, un poste que muchos conductores quieren ignorar, apurar, o saltarse «porque no daba tiempo a frenar», o porque confunden el ámbar con una invitación a apurar la marcha antes de que se cierre el semáforo. Hoy en día existen varios tipos de semáforo, pero el más común tiene tres luces: roja, ámbar y verde. Algunos tienen las luces en forma de flecha, otros tiene una cuarta luz en un lateral para indicar el paso a una calle lateral.

Sea como sea, el color de los semáforos es universal, y se reproduce en los semáforos para peatones, con un monigote rojo, estático, y otro verde, en posición de estar caminando. Y la elección de estos dos colores (el ámbar es caso aparte) tiene buenas razones detrás. ¿Sabes cuáles son?

El rojo significa peligro

El color rojo significa peligro, es una convención usual entre humanos (en la naturaleza son los colores brillantes los que amenazan más, como el amarillo de las avispas, ¿verdad?). Sin querer hacer un estudio exhaustivo de por qué el rojo significa peligro, lo cierto es que es así, mientras que el verde, más asociado a la esperanza, nos deja psicológicamente preparados para seguir adelante. ¿Poético?

Semaforo Verde

Citando a 86400, un blog que seguía hace muchos años ya:

Así, por ejemplo, la luz amarilla indica precaución, el rojo es peligro como el código rojo del ejercito, y el verde (color que designa históricamente la esperanza) es que todo va sin novedad, sin riesgo.

Los colores, históricamente, en las señales de ferrocarril se escogieron por su fácil visión en grandes distancias incluso en condiciones meteorológicas extremas, así como que son dos colores bastante opuestos y distinguibles incluso en personas con problemas de daltonismo (algunos casos).

Su característica principal es que entre el verde y el rojo hay un buen contraste, y que los dos son colores que se distinguen a grandes distancias, incluso en situaciones de visibilidad tirando a penosa. Esto no es así con otros colores, como el azul, que es mucho menos visible.

La inclusión del ámbar es más una manera de alargar la transición hacia el rojo, que otra cosa. Es mejor pasar por un estado intermedio de «aviso de cambio», antes que hacer una transición abrupta. En algunos países el ámbar se activa también en las transición de rojo a verde. En España eso sería sinónimo de estimular la salida de Gran Premio.

Fotos | juanedc.com, Lanpernas Dospuntocero