¿Notas que el coche no acelera como antes? ¿Emite un humo de un color raro o huele diferente? Los vehículos nos dan “pistas” que pueden indicar que algo va mal. Muchas veces nos avisa a través de un testigo. Sin embargo, otras veces puede no resultar tan evidente. Ante cualquier duda, la mejor opción es acudir a un taller para una revisión exhaustiva.
Y es que siempre hay que prestar atención a las señales que da nuestro coche. En la mayoría de casos, y antes de que se produzca una grave avería, aparecen signos de alarma que nos pueden llevar a sospechar que algo va mal en el vehículo. Pon atención a los avisos que enumeramos a continuación:
1-Testigos: son el principal signo de alarma. Sin embargo, su interpretación varía de un vehículo a otro. El color del testigo nos puede indicar cómo de grave es la situación, pero esto no siempre es así. Por todo ello, se debe consultar siempre el manual. En determinadas situaciones, será necesario detener el vehículo por completo. Por ejemplo, una botella con una gota en rojo puede significar que la presión del aceite motor es baja y, por lo tanto, hay que detener el coche inmediatamente. Por el contrario, el testigo del cinturón de seguridad también puede ser rojo y significa que hay algún usuario que no lo lleva abrochado. Aquí siempre debe primar la seguridad y, por lo tanto, se debe comprobar que todos los pasajeros lo llevan puesto.
Los testigos amarrillos o ámbar suelen indicar que hay un fallo en el sistema, mientras que los de color blanco, verdes o azules suelen ser informativos.
2-Sensaciones: el coche no acelera como antes, no coge bien las curvas, tarda más en detenerse o da tirones. Si tu vehículo ya no se comporta como antes, es necesario que un experto averigüe cuál es el motivo.
3-Color del humo del tubo de escape: el humo procedente del tubo de escape en los coches diésel y gasolina pueden indicarnos mucho sobre el estado del vehículo o una posible avería. Entre los signos de alarma se encuentra que el humo sea blanco y espeso, azul, gris o negro al acelerar, entre otros.
4-Sonidos: ¿escuchas un ruido en el vehículo que no es habitual? Esto puede significar que algo no va bien y, por lo tanto, debes acudir al taller. El tipo de ruido, su procedencia y cuándo se emite nos pueden decir mucho del tipo de avería. Por ejemplo, si este sonido anómalo sólo se escucha cuando se está frenando, puede deberse a un desgaste de las pastillas de freno. Por el contrario, si se emite sólo al cambiar de marchas, puede ser por holgura en los engranajes o desgaste de los cojinetes. Si el ruido es muy sospechoso o si procede del motor, lo mejor es detener el vehículo, llamar a la grúa y llevarlo a un taller.
5-Olor: si hueles a químico, puede ser por un problema con el vehículo; mientras que el olor a dulce puede ser porque se está quemando refrigerante. Si huele a goma quemada debajo del capó puede significar que algún componente también se esté quemando. El olor a huevo podrido que procede del tubo de escape puede deberse a un problema con el convertidor catalítico. Si detectas cualquier olor que no es el habitual, acude a un taller para una revisión.
La tecnología es, sin duda, un gran aliado y cada vez más nos avisa de cualquier incidencia con el vehículo, especialmente los automóviles más modernos. En todo caso, es importante conocer bien tu vehículo y saber qué es normal y qué no para poder detectar averías a tiempo. Recuerda que del buen estado del coche depende tu seguridad y la del resto de usuarios de las vías.