El peatón es el miembro de la circulación más vulnerable. Los atropellos, incluso en los pasos de cebra, siguen siendo una gran preocupación para los responsables de la seguridad vial a nivel mundial. De ahí que las mejoras para facilitar la seguridad de los peatones a la hora de cruzar las vías sean especialmente bienvenidas.
Una de ellas son los pasos de cebra 3D, que se pintan sobre el asfalto usando sombras para crear un efecto visual que engaña ópticamente a los conductores. La sensación es que cada línea flota en el aire, así como el peatón que camina sobre ellas. De hecho, la sensación tridimensional hace que cada línea del paso de peatones parezca en realidad un bloque con volumen. Evidentemente, esta ilusión óptica sorprende a los conductores y les obliga instintivamente a reducir la velocidad y a prestar más atención a lo que tienen delante.
Antirreflectante y antideslizante
Las ventajas no acaban aquí, ya que, al incremento en la seguridad de los viandantes, se suma que, al utilizar este tipo de pasos materiales especiales con un mayor efecto antirreflectante y antideslizante, también beneficia a los motoristas, que sufren menos percances por resbalones. La explicación está en que la gran mayoría de los pasos 3D utiliza en su instalación una técnica termofusible: en lugar de pintura convencional se usa calor para colocar piezas de plástico, que son antideslizantes y duran doce veces más que la pintura convencional.
¿Adiós a badenes y resaltos?
Estos pasos de cebra 3D podrían evitar la colocación de badenes y resaltos, unos sistemas que son muy incómodos para los conductores de autobuses y camiones. De hecho, algunos profesionales del transporte se quejan de dolores de espalda tras pasar por gran cantidad de estos dispositivos a lo largo de una jornada. Dinamarca e Islandia son dos países que ya han dejado a un lado la instalación de badenes en algunas de sus localidades para apostar por los pasos en 3D.
En Reino Unido, concretamente en Londres, se han puesto en marcha este tipo de pasos con bastante éxito en las zonas cercanas a los colegios, para comprobar si este efecto óptico consigue que los vehículos reduzcan la velocidad y los conductores presten mayor atención. Por cierto, que en Reino Unido ya se ha recurrido en el pasado a los efectos visuales para conseguir que los conductores levanten el pie del acelerador: una carretera muy próxima al Lago Lomond con una gran recta en la que los conductores ponían sus vehículos a altas velocidades, fue transformada gracias a los efectos visuales en una carretera mucho más sinuosa, lo que contribuyó a una reducción considerable de la velocidad de los vehículos.