Paella gigante

Jaume

25 de septiembre de 2009

No, no me voy a referir a esas divertidas comilonas en la plaza del pueblo. Esas donde después se compite con la localidad de al lado a ver quién gasta menos botellas de lavaplatos para que quede todo bien limpito.

Con paella, me estoy refiriendo a esas curvas cerradas que muy a menudo se encuentran en las salidas y entradas de las autopistas. Las hay de todos los tamaños y colores. Sales de la autopista, y de repente te encuentras con una curva que se hace interminable.

Para ganarse el nombre, la paella debe hacerte dar, por lo menos, media vuelta. Pero los hay donde acabas girando 270 grados,… y yo he llegado a ver una donde se da más de una vuelta entera.

Supongo que el origen del nombre es la forma que tienen si uno las ve desde lejos. Suelen tener algo de peralte, y el terreno en el interior suele ser más o menos plano, por lo que recuerdan a este instrumento de cocina tan necesario para nuestra gastronomía.

¿Por qué existen? Pues probablemente por que las autopistas a menudo se construyen a alturas diferentes al resto de las vías. Si la carretera de acceso queda en el lado opuesto de la autopista, el carril de salida tiene que pasar por debajo (o por encima) de ella. Así que tenemos que cambiar de dirección y, a la vez, nivelarnos.

Supongo que hay varias formas de hacer esto. Pero seguramente la que menos espacio ocupa es poner una de estas paellas. Yo no sé si los ingenieros de caminos se quedan satisfechos cuando proyectan uno de estos tiovivos, aunque seguramente muchas veces no les queda otra opción. No siempre es fácil expropiar el terreno necesario para construir un acceso de perfil más suave, y seguro que sale más caro.

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Recuerdo la primera vez que tuve que trazar una. Aun estaba en prácticas, hace poco más de un año. El profesor tuvo a bien avisar que la curva era cerrada, pero no detalló más. Tras consumir allí mismo gran parte de la hora que tenía contratada, mi pregunta debió ser algo del estilo «¿pero esto qué (…) es?«. Se rió, y me advirtió que había muchas así en las autopistas.

Durante mis primeros meses de conducción real, las seguía trazando muy lento. Ahora ya no tanto, pero procuro ir a una velocidad cómoda para mi y mis acompañantes. Pese a eso, debo reconocer que es una de las pocas soluciones donde, a pesar de tener la sensación de ir lento, casi nunca me he sentido acosado por nadie por detrás. Es decir, me parece que el resto de conductores también las toman con respeto. Lo cual, excepto excepciones claro, me hace recuperar parte de confianza en el género conductor.

Pero, ¿este tipo de curvas son realmente seguras? La primera respuesta debería ser: ni son seguras, ni son inseguras. Cualquier trazado será tan seguro como precavidos seamos al recorrerlo.

Mi segunda respuesta es: las paellas tampoco ponen demasiado de su parte. Como ya dije, me parece que están diseñadas en base a consideraciones de espacio, puede que hasta de presupuesto,… pero no de seguridad. A parte de la objeción obvia, cuanto más cerrada y prolongada una curva, más fácil es salirse de ella (y más incómoda es para los pasajeros), se me ocurren por lo menos dos graves inconvenientes.

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En primer lugar, por su trazado, son prácticamente curvas ciegas. Si hay cualquier obstáculo, es realmente difícil verlo hasta estar prácticamente encima. Puede no llegar a conllevar una colisión inevitable, ya que la velocidad suele ser reducida. Pero en una curva, y más si es tan cerrada, cualquier maniobra visceral es muy susceptible de provocar una pérdida de control.

Mi segunda queja es el arcén. He observado que, en muchas ocasiones, el arcén es generoso en la parte interior de la curva, pero prácticamente inexistente en el exterior. O se me escapa algo muy gordo, o esto es un error. Cualquier coche estropeado debería quedarse en el arcén, que si está en la parte interna de la curva quedará mucho más oculto por los quitamientos.

Además, la existencia del arcén interior acaba provocando que un gran porcentaje de conductores acaben «cortando» y metiendo unas ruedas en el arcén. Por lo tanto, el espacio que un coche estropeado debería ocupar. Sumando esto al hecho de que puede quedar oculto por el propio trazado de la paella, el resultado es… preocupante.

No obstante, el principal problema de este tipo de salida es precisamente que venimos de una autopista. Es decir, venimos de viajar a alta velocidad crucero, a 120km/h, y de repente nos encontramos con una curva que, si se traza a 50km/h, ya se asemeja más a una centrifugadora que a una travesía segura.

Si esto se une a un carril de desaceleración demasiado corto, podemos meternos en problemas. Precisamente hoy me he encontrado en esta situación. Para que no me llamen acusica, no diré el nombre de la carretera, pero entre la linea punteada que indica la salida en sí hasta el inicio del paellón había unos 50m. Eso quiere decir que si debemos reducir de 120km/h a 40km/h, nuestra desaceleración es equivalente al 63% de la gravedad. Es decir, un señor frenazo.

Por suerte, yo me di cuenta de la situación. Tengo la manía de mirar en la pantalla del GPS el trazado de cada salida que no conozco (cuando lo uso, que cada vez es menos por cierto). Como vi lo que se avecinaba, me aseguré que no viniera nadie demasiado cerca por atrás, solté el acelerador bastante antes de llegar a la salida y llegué a ella a unos 90km/h. Haciendo los mismos números, la desaceleración es tan sólo del 13% de la gravedad (se reduce bastante por que es una dependencia cuadrática, no lineal).

Así que, si no hay más remedio que poner un paellón, por lo menos que nos proporcionen carriles de desaceleración dignos, que apenas se necesita terreno extra para poner un carril más durante tres ciento metros. Sobre todo si la salida es en bajada, que suele pasar si la autopista está elevada.

Mi experiencia de hoy me ha hecho pensar en un trágico siniestro que sucedió a pocos kilómetros de mi casa precisamente cuando un autobús se salió de un paellón. Parece ser que la causa fue un exceso de velocidad (que a la vez, claramente era velocidad excesiva).

Aunque, viniendo de una vía de alta velocidad, ¿a quien le extraña que haya un elevado número de vehículos que van más rápido de lo aconsejable? Desde luego, la responsabilidad fue del chófer. Pero el trazado no le ayudó nada de nada.

Fotos | unav, Google Earth (vía autoexpress) II y III