¿Estamos preparados para que en 2035 no se puedan vender coches ni furgonetas gasolina y diésel?

Redacción Circula Seguro

3 de marzo de 2023

Aunque ya se esperaba la noticia, ha sorprendido a muchos, especialmente a los conductores: en 2035 las marcas no podrán vender coches ni furgonetas de combustión, es decir, no se podrán comercializar vehículos que emitan CO2 a la atmósfera. Por lo tanto, sólo se podrán adquirir coches y furgonetas eléctricas. Aunque todavía quedan 12 años, el tiempo pasa muy rápido y es importante que los diferentes países estén preparados para impulsar el vehículo eléctrico. Ayudas a la compra, un abaratamiento de estos vehículos, mejora de la autonomía y más puntos de recarga, son algunos de los aspectos que más reclaman los conductores para que la implantación del coche eléctrico sea una realidad.

Muchos fabricantes ya han anunciado que desde 2030 dejarán de desarrollar y/o comercializar coches gasolina y/o diésel. De esta forma, se adelantan a la medida aprobada por el Parlamento Europeo, con el acuerdo de la Comisión y el Consejo Europeo. Sin embargo, y pese al impulso que muchos Gobiernos están dando al vehículo eléctrico, este no termina de implantarse de manera consolidada en Europa. Los coches eléctricos (eléctricos a batería e híbridos enchufables) siguen representando solo el 1,5 % del parque automovilístico total de la UE. De hecho, solo tres países tienen una cuota de coches eléctricos de batería superior al 2%: Dinamarca, Holanda y Suecia, según datos de ACEA (European Automobile Manufacturers’ Association).

¿Cuál es el objetivo de la Unión Europea? Nada menos que llegar a las cero emisiones. No podemos olvidar que, por ejemplo, el transporte, en general, genera cerca del 28% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. Además, contamos con un parque automovilístico envejecido que contribuye a una mayor contaminación. Por todo ello, se ha establecido un objetivo ambicioso: nada menos que conseguir cero emisiones de CO2 de coches y furgonetas para 2035.

Además, se establece que los coches nuevos que se vendan a partir de 2030, deben tener -respecto a 2021- un recorte del 55% de las emisiones de CO2 (el objetivo actual es del 37,5%) y del 50% para furgonetas nuevas para 2030, .

En primer lugar, debemos tener en cuenta que, aunque en 2035 no se puedan comercializar coches y furgonetas de combustión, esto no significa que no puedan seguir circulando los coches más contaminantes, que ya se van encontrando cada vez con más restricciones para su circulación, sobre todo en los núcleos urbanos. Un ejemplo de ello son las Zonas de Bajas Emisiones recientemente puestas en marcha en España.

Hay que destacar que, como en toda norma, hay excepciones: los fabricantes con una producción reducida (entre 1.000 y 10.000 automóviles nuevos o entre 1.000 y 22.000 furgonetas nuevas al año) podrán beneficiarse de una exención hasta finales de 2035. Los que declaren menos de 1.000 vehículos nuevos al año seguirán estando exentos. Aquí se beneficiarán, sobre todo, grandes marcas premium y exclusivas.

Por otro lado, hay que añadir que la Comisión presentará una metodología para evaluar y comunicar datos sobre emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los automóviles y furgonetas vendidos en la UE. Se establece la fecha de 2025 para ponerlo en marcha.

¿Listos para 2035?

La Unión Europea también ha pensado en ello. Y es que la autonomía y la falta de puntos de recarga para estos vehículos se sitúan como dos de los principales inconvenientes. Por ello, el Parlamento Europeo aprobaba recientemente una nueva normativa sobre la infraestructura de los combustibles alternativos, estableciendo que para el año 2026 deberá haber al menos un punto de recarga eléctrica para coches cada 60 kilómetros en las principales carreteras de la Unión Europea.

Y es que para alcanzar el objetivo de reducir en un 55% las emisiones para el año 2030, es necesario que se instalen hasta 6,8 millones de puntos de recarga públicos en la Unión Europea, es decir, deben crecer más de 22 veces en menos de diez años. Se estima que actualmente hay más de 370.000 puntos de recarga en marcha en los 27 países de la UE, un número muy pequeño si tenemos en cuenta que sólo se podrán comercializar coches eléctricos en 2035.

Hay datos que son especialmente llamativos. En total, seis países de la UE (Lituania, Grecia, Chipre, Estonia, Polonia y Letonia) no cuentan con ningún punto de recarga por cada 100 kilómetros de carretera, mientras que 17 tienen menos de cinco en esa misma distancia. Países Bajos y Luxemburgo son los únicos países que poseen más de 50 puntos de recarga cada 100 kilómetros, según los datos de ACEA de 2021.

También hay una gran diferencia entre los países con más cargadores por 100 km de carretera y los que tienen menos. Por ejemplo, en los Países Bajos hay un cargador por cada 1,5 km de carretera, mientras que Polonia, que es ocho veces más grande, tiene solo un cargador cada 150 km. En el caso de España, hablamos de 1,6 cargadores cada 100 km de vía y en Portugal, de 25 cargadores cada 100 km.

Otro de los datos preocupantes es la velocidad de carga. Según esta misma asociación, los cargadores rápidos (con una capacidad de más de 22 kW) representan una pequeña parte del total. De hecho, solo uno de cada siete de todos los puntos de carga de la UE es rápido. Todos los demás tienen una capacidad de 22kW o menos y no cargan a una velocidad aceptable.

El futuro es eléctrico pero, ¿estaremos preparados?