"¡No me frenes mal, que no te veo bien!"

Javier Costas

3 de febrero de 2011

Esta semana han salido a la palestra dos noticias muy preocupantes para la seguridad vial en España. Cualquiera con dos dedos de frente piensa que es algo suicida conducir sin frenos o con los ojos vendados. *Pues millones de conductores están de acuerdo con esto parcialmente sin saberlo*.
Por un lado tenemos un informe de la Visión y Vida con la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), que señala que *el 24% de los conductores presenta algún tipo de deficiencia visual*. Eso trasladado a cifras, son seis millones de conductores, ¡y son muchos!
El estudio revela que el 58,4% de los sujetos analizados no tiene la graduación adecuada en sus gafas/lentillas y un 62% tiene baja sensibilidad al contraste. Lo peor de todo es que tal y como están montados los psicotécnicos, esta gente renueva su permiso y se pueden colar hasta daltónicos (y eso si el psicotécnico se hace, ya nos entendemos).

ITV Andalucía
Sabiendo estos datos, no entiendo cómo puede haber gente que discuta el uso de luces 24 horas, o como mínimo, el empleo de las luces de cruce con lluvia, día gris, zonas de sombra en ciudad… Es muy peligroso pensar a la ligera que todo el mundo ve perfectamente, cuando hay bastante «Rompetechos» suelto.
La otra noticia pone los pelos de punta, y viene de la patronal de las ITV y la Universidad Carlos III. ¿Cuál es el defecto estrella de los coches que tienen un resultado desfavorable en la inspección? ¡Los frenos! Un millón de coches tenían defectos graves en sus frenos el año pasado, el 3% «y pico» del parque nacional.
Un ejemplo de defecto grave es tener una diferencia de fuerza de frenado entre ejes del 30%. En cristiano, una frenada a fondo a velocidad de autopista acaba en trompo o accidente con el asfalto en perfecto estado y con un brillante sol español. *Es más grave el hecho de que los dueños no sepan eso de sus coches*, y más aún, que lo sepan y circulen.
Frenos de disco Toyota Supra
Estos hechos reales nos revelan una vez más lo que hay: hay conductores y coches que no dan la talla en el tráfico, y hay que preguntarse por qué. ¿Qué falla en el sistema? ¿Por qué alguien que ve borroso a 100 metros o que sus frenos van fatal no va alarmado por su seguridad y llama a un taxi?
A veces, los que nos dedicamos a esto de la seguridad nos topamos con el «síndrome del médico». Los consejos se conocen (no fumar, vida saludable, hacer ejercicio, tomar verduras, revisiones anuales…) pero en la práctica, parte de lo que se dice entra por la oreja izquierda y sale impoluto por la oreja derecha.
De acuerdo, es muy lógico eso de ir por la vida con buena vista y frenos en estado óptimo. Pero cuando se baja al mundo real, estas cosas acaban saliendo, y la lógica no se cumple lo que se debería cumplir. *Cada eslabón del sistema debería revisarse para evitar que datos tan preocupantes se conviertan en algo habitual*.
Accidente de trafico en Madrid
A veces, nos hacemos preguntas absurdas, como «¿Por qué esta zona es un punto negro? ¿En esta calle cómo es posible darse semejante porrazo? ¿Y por qué no frenó, es que no le vio?» A veces la respuesta más tonta es la mejor, ironías de la vida. Conductor atento y en buenas condiciones y coche en buen estado reducen las posibilidades de accidente al mínimo.
Antes de plantearnos iniciativas como la elevación de los límites de velocidad, deberíamos replantearnos mucho la severidad de los psicotécnicos, o la obligación legal de pasar revisiones de seguridad (como las calderas de gas), la conveniencia de sacar de la carretera a conductores que ya no están en sus plenas facultades, etcétera.
*A día de hoy, la mayoría de los problemas del tráfico tienen que ver con el factor humano*, bien directa o indirectamente (incluye problemas de mantenimiento o de diseño de infraestructuras). Los coches progresan mucho, pero en otros aspectos vamos a paso de tortuga. Habrá que seguir insistiendo.

Fotografía | Arkangel (II), Javier Costas (I, III, IV)
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