¿Puede un tipo determinado de iluminación salvar vidas en la carretera? La respuesta es un contundente sí. Y por ello, cada vez se están utilizando más luces LED para iluminar las vías. Si percibes una mejor iluminación en las calles que frecuentas, es posible que tu localidad haya dejado atrás los sistemas lumínicos fluorescentes o incandescentes tradicionales, ya que la iluminación LED tiene un increíble listado de beneficios para los ciudadanos.
De hecho, las luces LED no son exactamente una novedad en el ámbito de la seguridad vial: la mayor parte de las señales luminosas que nos advierten de ciertos peligros poco visibles como obras, badenes, cruces peligrosos o curvas muy cerradas, ya son LED. También se utiliza este tipo de iluminación para ofrecer mensajes a los conductores sobre el estado de la carretera, o las previsiones climatológicas que el conductor se encontrará durante su trayecto.
Capacidad de reacción
En diferentes países de la UE ya se están poniendo en marcha planes para la renovación del alumbrado vial con luces LED en las carreteras para mejorar su visualización: su potencia es muchísimo mayor que la tradicional, por lo que se aumenta en gran medida las condiciones de seguridad vial. De hecho, este tipo de luces led pueden aumentar la visualización hasta tal punto, que la capacidad de reacción y de anticipación del conductor aumenta hasta casi los 30 segundos, cuando con otros tipos de iluminación el tiempo es de unos 6 segundos. Todo un logro, si de lo que estamos hablando es de salvar vidas y evitar las muertes en la carretera.
Pero las ventajas de las luces LED en carretera no acaban aquí. Hay otras muchas razones por las que sería muy conveniente que las administraciones apostaran por su uso:
1. Menos consumo de energía
Normalmente, las farolas LED usan menos energía que las habituales, llegando a un ahorro de hasta un 40%. El alumbrado público LED también posee una mejor representación del color, lo cual convierte las carreteras en lugares más seguros para los conductores. Este hecho también puede ser relevante para otros proyectos de iluminación LED en exteriores.
2. Menor contaminación y toxicidad
La emisión de CO2 de este tipo de iluminación es mucho menor. Las bombillas LED no utilizan mercurio o neón, dos materiales que pueden ser perjudiciales, tanto para la salud como para el medioambiente. Además, el LED no crea ningún gas que pudiera ser potencialmente peligroso. Estas razones por sí solas hacen de la iluminación LED una fuente de luz menos tóxica y más segura que las luminarias tradicionales.
3. Larga vida útil
Las farolas LED suelen durar 20 años, una duración tres veces mayor que las bombillas incandescentes y fluorescentes, que son las usadas tradicionalmente en el alumbrado público.
4. Iluminación de calidad
La iluminación LED tiene mejor reflexión y refracción, por lo que proyecta la luz de manera mucho más óptima que los sistemas de iluminación convencionales.
5. Menos resplandor
La naturaleza inherente del LED provoca que cree menos resplandor que sus homólogos fluorescentes e incandescentes; un aspecto muy importante para aquéllos que viajan por la noche y quieren evitar el resplandor y la luz en sus ojos, algo que dificulta la visibilidad.