Las obras que muchas veces nos encontramos, a nuestro paso, por cualquier tramo de la vía pública puede suponer una modificación de nuestro itinerario o simplemente una adaptación al nuevo tramo por la señalización vertical y horizontal que impera en ese momento. Una señalización que no debe de sorprendernos por las numerosas obras que se realizan en nuestra red vial sobre todo en verano al predominar el buen tiempo. Por eso, debemos permanecer siempre atentos a la conducción para en el caso de observar una obra cumplir rigurosamente con la señalización, ordenación de la circulación y las indicaciones de los agentes o trabajadores de la obra.
Por otro lado y con el fin de que los usuarios de la vía estén debidamente informados, las obras que dificulten en cierto modo la circulación vial deberán hallarse señalizadas tanto de día como de noche y balizadas luminosamente cuando las condiciones meteorológicas o ambientales lo exijan. Una señalización circunstancial que tiene por objeto, además, anunciar con antelación el nuevo estado de la vía, conseguir una mayor seguridad tanto para los usuarios como para los trabajadores de la obra y un plan para los posibles desvíos provisionales teniendo en cuenta la capacidad de ocupación. Pero, ¿las obras son realmente un peligro para la circulación?
¿Cómo afectan las obras a la circulación?
El verano es la mejor época del año para realizar las labores de mantenimiento de las vías públicas incluidas las obras por el descenso del tráfico rodado, que facilita las tareas y minimiza las molestias a los usuarios, y por la buena temperatura que ayuda a reforzar y mejorar el firme o trazado con el nuevo aglomerado de asfalto sobre la plataforma.
Las obras son necesarios para mantener una red vial en condiciones ya que soporta no sólo la circulación de turismos y motocicletas sino también vehículos pesados y su carga que hacen deteriorar, a su paso, muchas veces algunos trazados además de los riesgos añadidos por el tipo de transporte como pueden ser las averías en ruta y caídas de carga.
La modificación que sufre la red vial obliga a ordenar la circulación de vehículos y el titular de la vía está sujeto a destacar la presencia de los límites de las obras a que den lugar con la utilización de señales de balizamiento (reflectantes y luminosas) para que sean fácilmente perceptibles por cualquier conductor tanto de día como de noche como, por ejemplo, paneles direccionales, conos, balizas, marcas viales amarillas, semáforos, luces ámbar intermitentes, cascadas luminosas, etcétera…
¿Qué conducta debe seguir el usuario de la vía?
Todo preparado para que los usuarios de la vía adaptemos la velocidad a las circunstancias de la vía por obras y por respeto a las personas que están trabajando por el mantenimiento o construcción de una vía pública. Por tal motivo, debemos tener muy en cuenta la señalización, circular por el sitio o lugar indicado y señalizado al efecto, abstenerse de adelantar si la anchura del paso habilitado no permite hacerlo de manera segura, colocarse detrás del vehículo que ya estuviera detenido junto a la obra esperando para pasar y obedecer y seguir las indicaciones del personal destinado a la regulación del paso de vehículo por el tramo en obras.
Por otro lado, cuando las obras imponen reducción de carriles o desvíos provisionales, los conductores deben ser informados con antelación y mediante las correspondientes señales de indicación cuyo fondo, total o parcialmente será amarillo en carteles que anuncian, a modo de croquis, el desvío o desvíos que han de realizarse para alcanzar el itinerario deseado.
No obstante, las restricciones de circulación por obras que están anunciadas de antemano, las podemos ver por internet en la información de carreteras que ofrece la DGT y donde, a tiempo real, se informa sobre los cortes previstos de carreteras y alternativas de movilidad, incidencias, obras que pueden afectar a un sentido o ambos, dentro del territorio nacional, así como el estado de la circulación, si es: interrumpida, saturada, discontinua e intensa. Una información que debemos saber, incluso, antes o durante la planificación del viaje para no llevarnos sorpresas de última hora.
Igualmente, pero a la inversa, la administración o el titular de la vía deben informar sobre la terminación de la obra sin olvidar quitar las señales pues ocurre en algunos tramos que aparentemente está finalizada la obra y permanecen las señales de peligro con la consiguiente confusión entre los usuarios y la incertidumbre de si realmente sigue en vigor o no la señalización circunstancial.
Para terminar, hablando de señalización circunstancial, sólo queda recordaros que cuando la circulación está regulada por el personal de obras mediante el empleo de las señales verticales R-2 (detención obligatoria o STOP) y R-400 (flechas de sentido obligatorio) incorporadas a una paleta, tienen el mismo significado y digamos que están revestidas de autoridad por modificar o limitar el uso de la vía en ausencia de las señales y órdenes de los agentes de tráfico. De ahí, la necesidad que tiene el operario de la obra de conocer las normas de circulación, ya no sólo por su seguridad sino para velar por el resto de usuarios que tienen que seguir sus indicaciones.
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