Los pasos de peatones y la desconsideración del conductor

Morrillu

20 de enero de 2015

Imaginaos por un momento que estáis circulando con vuestro coche por una ciudad cualquiera cuando, un poco más adelante, presenciáis un corrillo de gente conversando animadamente. Pero da la casualidad que el corro formado, de unas seis formadas, irrumpe parcialmente en la calzada y os obliga a desviaros de vuestro carril para evitar atropellarlos. ¿Cuál sería vuestra primera reacción? Me imagino que advertirlos con una sonora pitada para recriminarles su actitud.

Es que… mira que hay acera para conversar y tienen que pararse justo en la carretera, con la incomodidad y el peligro que ello supone para el resto de los conductores. Más o menos diríais algo parecido, seguramente. Pues bien, ahora imaginaros el caso contrario cuando os disponéis a cruzar uno de los pasos de peatones y un vehículo invade parcialmente éste en vez de estar detenido antes tal y como dicta el reglamento. ¿A qué tampoco os parece una actitud correcta?

Pues bien, eso es algo que podemos ver en innumerables ocasiones en nuestras ciudades. Conductores que con una actitud completamente pasotista, detienen su vehículo más allá de la correspondiente marca vial y lo hacen sobre el paso de peatones, creando una incomodidad para aquellas personas que van a cruzar.

Y no, no estoy hablando en el caso concreto de que debido a una circulación densa, quedes detenido sobre él (que salvo casos muy excepcionales, también es evitable al igual que no quedar detenido en un cruce aplicando un poco de sentido común y previsión). Hablo de cuando un conductor detiene su vehículo porque sí, porque yo lo valgo.

Los pasos de peatones, con o sin regulación semafórica, está pensado para facilitar que los peatones crucen y debemos considerarlo como si de un partido de baloncesto se tratase. Si estamos más de tres segundos es falta personal. Cuesta el mismo trabajo detenerse un metro antes que un metro después, evitando perjudicar a los demás.

Aunque hay gente que se toma la justicia por su mano una vez que se te han hinchado las narices. Más de una vez pensé seriamente en pasar caminando por encima del capó de algún vehículo, aunque en el caso del vídeo y sin un ápice de violencia, enseña a los conductores pagando con la misma moneda.